Pedir permiso al cónyuge es una táctica muy sana en la comunicación matrimonial, pero puede convertirse en algo malo cuando la pareja abusa
¿Pedir permiso al cónyuge? Recientemente escribe un artículo que se llamaba "Cinco razones por las que pido permiso a mi esposo", (lo pueden leer al final de esta publicación) y recibí una enorme respuesta de aquellos que se sintieron muy identificados así que como aquellos totalmente en contra.
A pesar de que yo soy una fuerte promotora de que ambos esposos pidan el permiso del otro antes de tomar la mayoría de sus decisiones, quiero señalar que esto requiere de un delicado balance.
Pedir permiso al cónyuge.
El pedir permiso al cónyuge es una táctica muy sana en la comunicación matrimonial, pero realmente se puede convertir en algo malo cuando la pareja lo confunde o abusa de este.
He recibido incontables comentarios de lectores que están de acuerdo en que en un matrimonio es mucho más sano cuando ambos esposa y esposo piden permiso al otro antes de hacer planes. Yo creo que aquellos que se oponen a esta práctica mayoritariamente tienen un tema específico con la palabra "permiso"... Y lo entiendo, realmente lo entiendo
El permiso es una palabra que a los adultos no nos gusta mucho escuchar. A menos que sea dirigida a sus hijos, y a pesar de ellos, pedimos y damos permiso todos los días de nuestras vidas: cuando pasamos el examen de conducir, el departamento de transito nos da un permiso para conducir legalmente un automóvil.
Cuando vamos a un restaurante, pedimos que nos asignen una mesa. En nuestros trabajos, pedimos y damos permisos todo el día. Es simplemente parte de la vida diaria.
Así que, ¿por qué se vuelve esto un tema cuando lo vemos dentro del matrimonio?
Si buscamos la palabra permiso en el diccionario (o Google), dice que el permiso es "consentimiento o autorización".
Algunos sinónimos para permiso son "Autorización, consentimiento, licencia, autoridad, dispensa, asentir, aceptar, acordar, aprobar, sellar, estampa de aprobación, patrocinio, bendición, liquidación, indemnización, la tolerancia, la potenciación".
Al leer estas palabras, parecen tener todas un significado positivo por sí mismas, aunque el termino permiso parece ser negativo para muchos de nosotros. ¿Por qué sucede esto? ¿Será que pensamos que pedir permiso al cónyuge es signo de debilidad y sometimiento?
Yo creo que es porque muchas personas han usado el acto de dar un permiso en una forma egoísta, poco sana, o abusiva. Si esto es verdad, no es de extrañarnos que alguien odie tener que pedir permiso, especialmente de su cónyuge. Aun así, yo creo que es bueno, cuando se hace en una forma sana, amorosa y respetuosa como lo describía en mi artículo.
Entonces, ¿Cómo es que pedir permiso se puede volver algo malo? Aquí hay tres formas.
3 formas en la que pedir permiso a tu cónyuge puede volverse algo malo
1. Cuando el permiso se pide como una demanda.
Nuestro matrimonio es un compromiso de por vida, no una sentencia de por vida. Es una elección. Elegimos dar y recibir amor a y de nuestro cónyuge todos los días. No deberíamos tratar a nuestro cónyuge como si fuese nuestro prisionero.
No hacemos demandas; eso no es un acto de amor en el matrimonio, y ciertamente no genera un ambiente de amor. AMBOS debemos pedir el permiso del otro por el amor y el respeto mutuo.
2. Cuando pedir permiso solo se da de un solo lado.
En el artículo, explico este punto,
"Por favor déjenme ser claro en esto... NO es sano ni aceptable que solo uno de los esposos pase constantemente pidiendo permiso al otro si el otro hace siempre lo que quiere a su manera. Esto es manipulación y falto de amor y puede llevarnos a un comportamiento abusivo".
El pedir permiso al cónyuge debe ser una práctica MUTUA en el matrimonio, o la relación sufrirá mucho y se volverá enfermiza.
3. Cuando esta crea un co-dependencia enfermiza.
De acuerdo a investigaciones,
"Las relaciones codependientes son una clase de relaciones disfuncionales de ayuda donde una persona apoya o permite a otra persona una adicción, pobre salud mental, inmadurez, irresponsabilidad y bajo rendimiento".
En otras palabras, la persona que manda dentro de la relación de co-dependencia mantiene a su cónyuge al sacar ventaja de su dependencia del alpha de la pareja. Esto NO es sano y es extremadamente abusivo.
Nunca debemos manipular a nuestro cónyuge al hacerlo sentirse inadecuado a menos que ellos tengan su aprobación o guía.
Nuevamente, el pedir permiso al cónyuge debe ser una práctica mutua en el matrimonio para cultivar y mantener una relación sana.
Más que nada, debemos comprender que buscar el permiso de cónyuge no debe significar una táctica de manipulación. Escogemos pedir permiso a nuestra pareja para extender la comunicación y mostrar amor y respeto mutuo.