El aborto viola todos los mandamientos y es promovido por satanás

Es por eso que la cosa más preciosa del mundo es un ser humano. Hay otras cosas preciosas que también deben ser valoradas, protegidas y fomentadas: grandes obras de arte, casas finas, bellos paisajes, los animales de los que dependemos para sobrevivir, así como las bendiciones que recibimos a través de los dones naturales de la tierra, el fuego y el agua. Pero completamente por encima del valor de todo esto a los ojos de Dios y a los ojos de todos está el valor de cada vida humana.

Para los cristianos, la fuente de este valor es el hecho de que cada ser humano está hecho a imagen y semejanza de Dios; no se produce en masa como tantos miles de fotografías que salen mecánicamente de un solo negativo. Cada humano es una obra maestra única, pero cada uno es una semejanza de Dios individualmente y por separado, dibujado a mano por el Creador y destinado, a través de la unión con Cristo, a vivir para siempre.

Nuestro Catecismo de la Iglesia Católica, nos dice lo siguiente sobre el aborto:

2270: La vida humana debe ser respetada y protegida absolutamente desde el momento de la concepción. Desde el primer momento de su existencia, se debe reconocer a un ser humano los derechos de una persona, entre los que se encuentra el derecho inviolable de todo ser inocente a la vida". Antes de formarte en el vientre te conocí, y antes de que nacieras te consagré. Mi cuerpo no se ocultó de ti, cuando fui creado en secreto, intrincado en las profundidades de la tierra.

2271: Desde el primer siglo la Iglesia ha afirmado el mal moral de todo aborto provocado. Esta enseñanza no ha cambiado y permanece inalterable. El aborto directo, es decir, el aborto deseado como un fin o un medio, es gravemente contrario a la ley moral: No matarás al embrión por el aborto y no harás que el recién nacido perezca. Dios, el Señor de la vida, ha confiado a los hombres la noble misión de salvaguardar la vida, y los hombres deben llevarla a cabo de una manera digna de ellos mismos. La vida debe ser protegida con el máximo cuidado desde el momento de la concepción: el aborto y el infanticidio son crímenes abominables".

El aborto es una plaga social.

El Padre Thomas J. Euteneuer, nos tiene un interesante testimonio que ofreció al portal vidahumana.org.

Hace un tiempo visité el centro de abortos de Leroy Cahart en Omaha, Nebraska, EE. UU., donde se practican abortos "por nacimiento parcial". Pude ver, incómodamente, un lugar totalmente repulsivo y lleno de maldad humana.

Solamente con mirar el dilapidado centro para reparación de vehículos convertido en una fábrica para matar bebés, y la suciedad en toda el área, no pude menos que pensar que el mal del aborto degrada todo lo que toca.

El aborto no es solamente una plaga social; es también una negación espiritual del plan de Dios en la vida para la felicidad y el bienestar del ser humano. Cuando Dios dice "¡sí!" a la vida y la fertilidad, el demonio grita un rotundo "¡no!".

El aborto viola todos los Mandamientos.

El poder espiritual del aborto consiste en su perfecta violación de todos los mandamientos de Dios.

• Primer mandamiento: Por ser una falsa religión, el aborto constituye una violación del primer mandamiento que prohíbe la veneración de deidad alguna fuera de Dios.
  
  
• Segundo y Cuarto mandamiento: El aborto constituye también un revés del cuarto mandamiento, pues el padre y la madre "deshonran" al niño de la manera más espantosa, maldicen la santidad de Dios en su segundo mandamiento, que se manifiesta en Su única criatura hecha "a Su imagen y semejanza" (Génesis 1:27).
  
  
• Tercer mandamiento: De la misma manera, viola también el tercer mandamiento, porque la inmensa mayoría de los bebés mueren por aborto los sábados, que son días de mayor actividad comercial de los centros de abortos. (El sábado es, tradicionalmente, el día de observancia judía, que fue trasladado al domingo por la Iglesia Católica luego de la resurrección de Cristo.)
  
  
• Quinto mandamiento: Ciertamente, el aborto es un pecado contra el quinto mandamiento, que prohíbe el homicidio directo.
  
  
• Sexto y noveno mandamiento: En primer lugar, la mayoría de los abortos son pecados contra el sexto y el noveno mandamientos (adulterio, fornicación y lujuria).
  
  
• Séptimo mandamiento: Más aún, el aborto nos roba, a nivel personal y nacional, de nuestras esperanzas para el futuro, cimentado en nuestros bebés, rechazando así el séptimo mandamiento: "No robarás". Todos aquellos que estudian el asunto de la inmigración, deben recordar que la presencia de más de 40 millones de inmigrantes hispanos en EE. UU., ha llenado el vacío dejado por la destrucción de 47 millones de nuestros propios niños por medio del aborto. Esa destrucción ha ocurrido a partir de la decisión judicial a favor del aborto, llamada "Roe & Wade", que el Tribunal Supremo de Estados Unidos emitió el 22 de enero de 1973. Aquel dicho "la naturaleza aborrece un vacío" tiene tanta verdad en los asuntos de la demografía, como en los de la física.
  
  
• Octavo mandamiento: No cabe duda de que esta "religión" se sostiene a base de un sistema altamente sofisticado de falsedades y engaños, que llevan a la mujer a acudir al centro de abortos, todo lo cual viola también el octavo mandamiento: "No levantarás falso testimonio".
  
  
• Décimo mandamiento: Finalmente, el décimo mandamiento, que prohíbe codiciar los bienes del prójimo, trata sobre el pecado capital de la avaricia, que es precisamente lo que motiva a los aborteros. En ocasiones se oye a los aborteros decir que odian el aborto, pero ellos aman el dinero que hay detrás de ello.

El aborto es la obra maestra del demonio.

El aborto es como una gran vorágine espiritual que hala a las personas hacia el interior de sí misma, y hasta la Iglesia también podría verse comprometida por este mal. La mayoría de los pecados enumerados son pecados de omisión.

Pero los pecados de la Iglesia son pecados de omisión inspirados por el aborto, lo cual se ve en el terrible silencio de los sacerdotes sobre este tema, los líderes políticos "católicos" herejes que apoyan el aborto, la fácil justificación del aborto por educadores católicos, la falta de verticalidad moral del personal médico católico en cuanto a los anticonceptivos aborteros y la esterilización, y la lista continúa. Pero debemos saber algo: el demonio está detrás de la plaga del aborto.

Todo lo que he señalado tiene el propósito de informarles de que el aborto es una fuerza espiritual que rechaza el plan de Dios para el amor, la vida y la familia. El aborto no solamente destruye los cuerpos, pues también destruye las almas; y esto, tomando en cuenta la eternidad, es la gran obra maestra del demonio.

Si has participado en un aborto hay esperanza para ti.

Sí tú, que estás leyendo esta publicación, por ignorancia o por falta de una buena consejería, has cometido este pecado del aborto, por favor no temas, tu dolor puede ser sanado. Nadie te habló de los efectos emocionales secundarios y ahora te ves en esta crisis. Hay esperanza para ti.

Jesús, que murió por todos los pecados, reveló un Dios de misericordia y perdón. El perdón espera a cada pecador cuyo dolor es verdadero. El pecado del aborto no fue excluido cuando Jesús nos dijo que hay alegría en el cielo por cada pecador que se arrepiente. Él vino al mundo para salvar a los pecadores. Ese es un club al que todos pertenecemos.

La buena noticia es que los dones de gracia y misericordia de Dios son mayores que nuestros pecados. El aborto no cae más allá de la misericordiosa providencia de Dios: Sus extensos ríos de misericordias están sobre todas sus obras. Una vez que una vida humana es concebida, está irrevocablemente destinada a la inmortalidad. El aborto podrá haber negado el desarrollo normal de esa pequeña vida que estabas concibiendo en tu vientre, pero su existencia es inmortal y está al lado de todos los ángeles. Busca ayuda y consejería profesional, cuéntale a tu párroco que Él no te condenará, sino que te arrojará los brazos de la misericordia de Dios. Recuerda que Dios quiere que todos se salven, y tú no eres la excepción.

Oración para pedir por el fin del aborto.

El apostolado de la defensa de la vida, "Sacerdotes por la Vida", invita a cada cristiano a decir la siguiente oración cada día para poner fin al aborto.

La oración enfatiza nuestro compromiso personal de hablar y actuar en nombre del niño no nacido. En lugar de simplemente pedirle a Dios que haga algo, reconoce que Dios quiere cumplir su voluntad a través de nosotros. (Priestsforlife.org)

Señor Dios, te agradezco hoy el regalo de mi vida,  Y por la vida de todos mis hermanos y hermanas. Sé que no hay nada que destruya más vida que el aborto,  Sin embargo, me alegro de que hayas conquistado la muerte  por la Resurrección de tu Hijo. Estoy listo para hacer mi parte para terminar con el aborto. Hoy me comprometo a nunca estar en silencio, a nunca ser pasivo, para no olvidar nunca a los no nacidos. Me comprometo a ser activo en el movimiento pro-vida, y nunca dejar de defender la vida hasta que todos mis hermanos y hermanas estén protegidos, y nuestra nación una vez más se convierte una nación con libertad y justicia, no solo para algunos, sino para todos. A través de Cristo nuestro Señor. Amén.

Recursos sobre el aborto.