Jesús: nuestro maravilloso y admirable consejero

De dónde sacamos que Jesús es nuestro maravilloso y admirable consejero, pues de la misma Palabra de Dios: "Porque un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado; le ponen en el hombro el distintivo del rey y proclaman Su nombre: "Consejero admirable, Dios fuerte, Padre que no muere, Príncipe de la Paz" (Isaías 9,5)

Los nombres de Isaías para Jesús son hermosos y teológicamente significativos. Jesús es el Dios poderoso. Él es uno con el Padre, eterno en Su ser. Él es el verdadero gobernante de este mundo. Y Su reino es uno de paz, como los ángeles anunciarían a los pastores siglos después.

Pero ¿qué significa que Él es nuestro "admirable consejero"? En el lenguaje contemporáneo, admirable se ha convertido en un sinónimo de grande. Un consejero para nosotros es algo parecido a un asesor. Pero el "consejero admirable" en Isaías tiene un profundo significado que es mucho mayor que esto que acabamos de describir.

Jesús: Admirable consejero.

La palabra hebrea para admirable aquí, pele´ (pronunciado: peh´ · leh), es la misma palabra que se usa en otros lugares para referirse a las maravillas de las obras de Dios.

Por ejemplo, el Salmo 89,6 declara que "los cielos celebran tus maravillas". Aquí lo admirable es el trabajo de la creación. Pero este sentido de maravilla también es despertado por la obra de salvación de Dios, como en Éxodo 15,11:

¿Quién como Tú, Yavé, entre los dioses? ¿Quién como Tú, glorioso y santo, terrible en tus hazañas, autor de maravillas? (Éxodo 15,11)

Y del mismo modo, Salmos 77: 12-13:

"Recuerdo las hazañas del Señor, recuerdo tus milagros de otros tiempos. En tus obras medito, una a una, y pienso en tus hazañas". (Salmo 77,12-13)

Una maravilla es algo que causa asombro e inspira admiración.

Esto nos lleva a la segunda palabra en el título, consejero. En el contexto del Antiguo Testamento, la idea principal es la de un sabio consejero.

Se usa repetidamente en este sentido a lo largo de los primeros libros históricos, Job, los Salmos y Proverbios. Por ejemplo, en Proverbios 11,14:

"Cuando no hay dirección, el pueblo va a la deriva, la salvación depende del número de los consejeros".

Y de particular interés es Proverbios 12:20, que conecta el consejo con la alegría de la paz:

"El embuste se aloja en el corazón de los intrigantes, la alegría, en el del buen consejero".

Aunque la palabra hebrea traducida como consejo es diferente a la palabra traducida como sabiduría, muchos comentaristas ven las dos palabras conceptualmente vinculadas.

El título de Sabiduría es teológicamente rico para Jesús. Proverbios 8 representa a Jesús como la sabiduría divina a través de la cual Dios creó el mundo.

Juan 1 retoma esto, nombrando a Jesús la Palabra. Las dos están estrechamente relacionadas. La sabiduría es el plan y el diseño de Dios para Su creación, Sus pensamientos al respecto. Llamamos a estos pensamientos Palabra porque los pensamientos de Dios son completos (Agustín lo señala en De Trinitate).

Ahora está claro cómo admirable y consejero están relacionados. Cristo como la Palabra divina, la sabiduría de Dios, es la fuente de todas las maravillas de la creación y la redención (que es la nueva creación). Podemos ver por qué estas palabras pertenecen a la misma familia de conceptos teológicos.

Pero ¿qué significa cuando las palabras, esto es, admirable y consejero, se combinan juntas como un título?

Los comentaristas describen varias formas diferentes de interpretar la frase.

En primer lugar, hay quienes señalan que una coma pertenece en la mitad de la frase y que Admirable y Consejero son dos títulos relacionados pero distintos. Cristo será llamado Admirable y Consejero. El título de Consejero es similar al de Palabra o Sabiduría.

Llamar a Cristo Admirable es afirmar que Él es una maravilla. Como lo expresaron dos comentaristas del siglo diecinueve:

"No solo es esto o aquello lo que es maravilloso en Él; sino que Él mismo es una maravilla".

Un comentarista, Joseph Benson, explica:

"Él es maravilloso en Su persona, como Dios y hombre, Dios manifestado en la carne, la unión de dos naturalezas tan diferentes en un ser individual, inteligente y consciente de sí mismo, es un misterio grande e incomprensible... Él también es maravilloso con respecto a Su nacimiento, vida, doctrina, milagros; Su amor y sufrimientos; Su muerte, resurrección y ascensión; Su humillación y exaltación; Su cruz y corona; Su gracia y gloria"

Pero hay otras formas de entender la frase.

Podríamos leerlo como alguien cuyo consejo causa asombro. Esto ciertamente se aplica a la enseñanza de Jesús que a menudo se describe en los evangelios como causante de asombro o admiración entre los que escuchan. (Véase, por ejemplo, Mateo 7:28 y Lucas 2:47).

Alternativamente, un consejero admirable podría ser un consejero, o un maestro, que hace maravillas. Esto también es muy apropiado para el ministerio de Jesús. Él era un maestro sabio y un obrador de milagros, una combinación inusual para cualquier figura de la historia humana.

Quizás haya una interpretación más. Un comentario parafrasea el título como "alguien que aconseja cosas maravillosas". Ahora bien, esa podría ser otra forma de referirse a la "maravillosa" enseñanza de Jesús. O podría significar algo completamente diferente.

Podría significar que Jesús nos aconseja cómo hacer maravillas nosotros mismos. Como dijo Jesús en Juan 14:12:

"En verdad les digo: El que crea en mí hará las mismas obras que yo hago y, como ahora voy al Padre, las hará aún mayores".

Esta promesa podría referirse a los milagros, y los apóstoles y los santos que los siguieron ciertamente los hicieron. Pero la maravilla en la que Jesús podría aconsejarnos también podría ser nuestra propia salvación, que es el mayor milagro y asombro de todos ellos.

Sólo en este último sentido, el título de "consejero admirable" aborda su significado contemporáneo. Pero este significado solo tiene sentido cuando entendemos los más antiguos.

Basta decir que Jesús es el maravilloso y admirable Consejero de muchas maneras.

Tal vez, para nosotros, durante el resto de este Adviento, lo mejor es dejarnos atrapar en esa coma intrusiva de la traducción más literal, "admirable consejero", y reflexionar por separado sobre la maravilla del nacimiento de Cristo para que entonces podamos ser estimulados cada vez más a buscar la sabiduría de Su consejo.