Solo Dios te llena el corazón de esperanzas y te da su protección, pero tienes que tener la plena confianza de que todo saldrá bien, porque con Dios de tu lado nunca sales derrotado en ninguna circunstancia.

"¡Señor, no me abandones, mi Dios, no te alejes de mí. ¡Ven pronto a socorrerme, oh Señor, mi salvador!". (Salmo 38,22-23)

Solo Dios te llena el corazón de esperanzas y te da su protección.

Que nadie robe tus sueños, que nadie mate tus ilusiones, no permitas que palabras mezquinas te hieran y entristezcan tu alma. Repite alegremente como el Salmista:

"¿Por qué voy a desanimarme? Mi esperanza he puesto en Dios. ¡Él es mi Dios y Salvador!". (Salmo 43,5)

Te invito a conversar con Dios y a decirle:

Señor, gracias por este momento de paz que me regalas. No quiero vivir mi vida sin poner mi mayor esfuerzo y sin ánimo para hacer las cosas.

Lléname de esa alegría sincera y de tu paz que da consuelo. Lléname de una Fe capaz de mover montañas, porque cuando esa fe aparece, la duda desaparece, cuando ese valor se hace presente, el temor escapa.

Seguro estoy en Ti mi Dios y sé que no hay problema que pueda sobrepasar tu inmenso poder.

Ten la certeza de que Dios en este momento te está escuchando. Él inclina su oído hacia ti. Él llenará tu corazón de esperanzas y te brindará su protección para no desfallecer ni perder el ánimo, aún el as circunstancias más duras. Confía en Dios, confía en su amor.

Paz y bien

Ahora, abre tu corazón a Dios y con esta oración de confianza reconoce su poder en tu vida.

Oración de confianza en Dios.

Dios de poder y de amor, Tú que eres rico en misericordia, ven y acércate a mí, pobre pecador que te ha ofendido tanto con sus faltas pero que quiere hacerlo mejor de ahora en adelante.

Sé que puedes hacer todo posible, incluyendo cambiar mi corazón de piedra por un corazón de carne que te ame y reconozca siempre tus milagros de amor en mi vida.

Me arrodillo ante tu presencia en este momento y admito que solo no puedo transitar este camino pedregoso, no puedo ocuparme tampoco de todos los problemas que embargan mi vida.

Todo te lo entrego Señor. Pongo todo en tus manos, por favor, toma el control y hazme saber si hay algo que quieras que haga.

Tú eres mi Maestro y mi guía, mi amigo y compañero de viaje. Contigo a cargo, confío en que todo saldrá bien. Te lo pido en el nombre poderoso de Jesucristo. Amén