Dios renueva tus fuerzas y tu vida con su amor
Permite que el Santo Espíritu de Dios te impulsa a amarlo más. Dios renueva tus fuerzas y tu vida con su amor
Dios renueva tus fuerzas y tu vida con su amor. Llénate de su presencia y procura tener encuentros íntimos con Él en la oración. Preséntale a tus seres más queridos, pide por ellos, porque la oración de intercesión es lo más importante que puedes hacer por las personas más importantes en tu vida e incluso para ti mismo
Debemos amar la oración al punto de orar espontáneamente cuando y dondequiera que surjan las buenas intenciones en el corazón: durante el descanso en el trabajo, antes de un exámen, en la cola para pagar las compras, ante el Santísimo luego de participar de la Santa Misa.
Nuestra vida se alimenta de la oración, por lo que no siempre debemos dejarlo a la espontaneidad. Escoge un tiempo y un lugar para estar solo y en el que se sienta cómoda. Puede ser por la mañana en casa, o durante un viaje largo, o durante su hora de almuerzo, o en algún momento conveniente antes de acostarse
Debemos confesamos abiertamente nuestra necesidad del amor de Dios, que necesitamos de su presencia en nuestra vida para tener paz, sanación y vivir lleno de gracia. Necesitamos la esperanza restaurada, es por ello que más debemos acercarnos a la fuente del divino amor.
Dios renueva tus fuerzas y tu vida con su amor.
Señor, que oportunidad tan maravillosa es conocerte, amarte y seguirte con todas mis fuerzas. Un día tu nombre llegó a mis oídos y mi vida no volvió a ser la misma.
El fuego de tu amor me sedujo y ahora me devora por dentro. Tu Santo Espíritu me impulsa a amarte más y más cada día. Tú renuevas mis fuerzas y mi vida con tu amor.
Desciende, ¡Oh Dios de amor y compasión! y recuérdame que tu Reino es un eterno presente.
"Acuérdate del Señor todos los días de tu vida, hijo mío, y no peques deliberadamente ni quebrantes sus mandamientos. Realiza obras de justicia todos los días de tu vida y no sigas los caminos de la injusticia". (Tobías 4,5)
Renueva mis fuerzas, renueva mi vida, prepara mi corazón para recibirte en cada momento de mi vida, y sobre todo prepara mi alma para recibir el gran Don de tu compañía.
Gracias Señor Jesús, por amarme a mí y a los míos. Sáname siempre de mis aflicciones. Ten compasión de mi alma abatida y traeme sanación en todos los ámbitos de mi vida.
