No te rindas. Dios te ha creado para grandes cosas
La fe y la esperanza realmente funcionan juntas para nuestro bien. No te rindas nuncas. Dios te ha creado para grandes cosas
No te rindas. Dios te ha creado para grandes cosas, para propósitos buenos, justos y lleno de bendiciones. A pesar de las duras pruebas, pon todo en las manos de Dios, Él sabrá el momento preciso en que deba actuar en tu vida para que lugres tu cometido.
En el mundo no solo hay mucha desesperanza sino que además la vivimos y sentimos a diarios en cada metro cuadrado de nuestra vida. Este mundo se ha vuelto más hostil y muchas personas ya no tenemos exudar las consecuencias de sus heridas en los demás; pero los cristianos debemos ser capaces de CREER que, a través de nuestras acciones podemos hacer un mundo mejor.
Vamos por el mundo plantando semillas de fe y esperanza todos los días, incluso cuando creemos que no lo hacemos. Todo aquellos buenos consejos y acciones generosas son nuestras semillas de esta vida, entonces, ¿qué vas plantado por la vida?
Es hora ya de recomenzar, olvidemos los fracasos pasados y comencemos a vivir solo por la fe, la esperanza y el amor. Comencemos por permitir que la fe se fortalezca a través de la esperanza y sea aliemntada a través del amor.
La fe y la esperanza realmente funcionan juntas para nuestro bien y más cuando le ponemos amor a todo lo que hacemos.
No te rindas. Dios te ha creado para grandes cosas.
Dios te quiere feliz, optimista, lleno de esperanza y con gran perseverancia. No te desanimes creyendo que los problemas son más grandes que tus capacidades.
El Dios de la vida te ha dado grandes talentos que aún estás por descubrir. No te amilanes, Dios llenará de fuerza a tu corazón.
La desesperanza te dice: no luches, las derrotas pasadas te dicen: no lo intentes; pero DIOS te dice: "No te rindas.Yo te he creado para grandes cosas". Y si sientes que te fallan las fuerzas, recuerda esta promesa de Dios para ti:
"Los que esperan en el Señor renuevan sus fuerzas" (Isaías 40,31)
Ánimo. Mantén viva la llama de la fe que te invita a pensar que va ese milagro va a suceder.
No hay dificultad que Dios no pueda transformar en bendición. Ante la prueba no veas tu fragilidad, sino la grandeza de Dios, las maravillas que Él puede hacer en ti ¡Ánimo!
