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Categoría: Reflexiones
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La Soberbia es uno de los siete pecados capitales. De ella se deriva la Vanidad, un pecado muy peligroso ¡Cuidado! En cuaresma el diablo anda suelto.

La Soberbia, como bien sabemos, es uno de los siete pecados capitales. Se caracteriza por el deseo y la convicción de buscar ser el más importante, ser mejor que los demás y buscar la gloria a toda costa, adoptando una confianza extrema en uno mismo y perdiendo tu relación con Dios, porque crees que tú "puedes hacerlo todo".

A la Soberbia se le llama pecado capital, porque de él, se derivan otra serie de pecados, uno de ellos es la Vanidad. Esta es muy peligrosa, pues es como el rostro de la arrogancia. La persona que le invade este pecado, siente el deseo de ser admirado por "sus" propios méritos. Tienen un carácter insaciable por sobresalir y que lo halaguen con mucha frecuencia.

¿Recuerdan ustedes una noticia que no hace mucho conmovió al público americano?, el despido de un periodista muy famoso, Brian Williams, de la cadena televisiva de información NBC.

Brian Williams mintió en una información que contó sobre una hazaña en donde él se hacía pasar por héroe. Él era el número uno, el más escuchado en Estados UnidosContaba con una fidelidad de audiencia incuestionable. Cobraba cerca de 10 millones por contar la verdad.

Todo ocurrió por hacerse el héroe, cuando no tenía ninguna necesidad. 

El incidente sucedió en el 2003 e inicialmente Williams habló de un convoy de cuatro helicópteros. Con el paso del tiempo, la historia la transformó. En marzo de 2013, Williams acudió a un programa y contó otros detalles. "Dos de nuestros cuatro helicópteros fueron alcanzados, incluyendo en el que yo iba", declaró. Habló de fuego de una granada lanzada con misiles y de AK-47, y prosiguió: "Pensamos en cómo aterrizar con seguridad y lo hicimos, un aterrizaje rápido y duro"... Luego de esto, Williams volvió a usar esa historia durante un partido de hockey, en el que le rendían homenaje a un veterano de guerra. El vídeo se colgó en la página de Facebook de la cadena, y los comentarios en el mismo no se hicieron esperar. Entre todos los comentarios, apareció uno escrito por Lance Reynolds y decía lo siguiente:

"Lo siento, colega. No te recuerdo en mi helicóptero. Te recuerdo llegando cerca de una hora después de que hubiéramos aterrizado y preguntándome qué había pasado".

Identificaron luego a Reynolds como el ingeniero de vuelo, y lo contactaron junto a otros más, quienes sí estaban en ese helicóptero y todos ellos confirmaron: "Nunca estuvimos bajo fuego enemigo directo"

¿Qué necesidad tenía Brian Williams de mentir? Solo cabe una explicación: ¡la vanidad!... El presentador fue suspendido por 6 meses sin remuneración. Los directivos de la cadena consideran que la suspensión es una acción “apropiada” y “proporcionada” a una conducta que consideran “inexcusable” porque puso en riesgo la confianza que millones depositan en la cadena.

Williams, no ha sido el único que ha caído en la vanidad: Una periodista, Janet Cook, hasta llegó ganar el Premio Pulitzer por contar la historia de un niño, Jimmy, un hijo y nieto de heroinómanos. Jimmy nunca existió como se demostró después.

También hubo otro caso de otro periodista, llamado Jayson Blair quien trabajaba en el New York Times. Blair publicaba unas historias que resultaban realmente fantásticas que trataban sobre asuntos de varios países del Oriente Medio. Eran crónicas de guerra, reportajes verdaderamente increíbles que resultaban muy llamativas a los lectores, por los que Blair estaba teniendo unos muy buenos ingresos por ello. Resultó ser que todo lo escribía desde su casa con el móvil. Al momento de descubrirse su falsedad de las historias, tuvo que renunciar no solo él, sino además toda la cúpula del New York Times para el que trabajaba.

Reflexión:

Es Cuaresma, un tiempo dedicado al Señor Jesús a través de las buenas obras y el servicio a los más débiles. Tiempo de ayuno, oración y penitencia.

Como cristianos tenemos que recordar que todos podemos caer en el pecado de la vanidad, nadie está exento de ello. Pidamos siempre a Dios contar con la gracia y el don de la humildad.

Satanás les va a hacer creer a muchos cristianos, en este tiempo de cuaresma, que todas las obras que están haciendo, es el resultado de su propio esfuerzo, y les va a incitar para que les gusten los aplausos y las porras. ¡Ese es el pecado de vanidad!

Un llamado a todos los laicos, curas y obispos que servimos al prójimo realizando obras de caridad, evangelizando o sirviendo en la parroquia, diócesis o con algún otro apostolado de evangelización: si comienzas a recibir halagos: ¡cuidado!, mantén siempre en tu mente las palabras que Jesús mismo nos recomienda:

"Cuando hayan hecho todo lo que se les mande, digan: "Somos simples servidores, sólo hemos hecho lo que teníamos que hacer" (Lucas 17,10)

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Qriswell J. Quero, PildorasdeFe.net

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