El demonio utiliza la pérdida de la razón para atacarnos. Hoy, la habilidad de discutir y de ser convencidos ha desaparecido completamente.
La pérdida de la razón se ha convertido en el patio de recreo del demonio en nuestra cultura moderna. Esta semana en nuestra serie: "investigando las muchas tácticas del demonio", examinaremos la pérdida de la razón en nuestra sociedad y cómo el Enemigo ama usar esto para su beneficio.
La pérdida de la razón.
Tiempo atrás, la gente solía debatir acerca de temas y cuando el debate terminaba, la otra persona terminaría realmente convencida. Habría un cambio de mentalidad porque el argumento de la otra persona fue convincente y hacía sentido. Hoy, la habilidad de discutir y de ser convencidos ha desaparecido completamente.
Una cultura de expertos vs. Argumentos razonables
El escritor C.S. Lewis se refiere a la situación de la siguiente manera:
"[Escrutopo, un demonio anciano, le escribe a Orugario, su sobrino y demonio principiante] Pareciera como si supusieses que discutir era la manera de mantenerlo alejado de las garras del Enemigo [Dios]. Ese sería el caso si hubiese vivido algunos siglos atrás. En esos tiempos, los humanos todavía conocían muy bien cuando algo era comprobado y cuando no; y si algo era comprobado entonces realmente creían en ello. Ellos aún estaban preparados para alterar sus estilos de vida como resultado de una cadena de razonamiento". (Cartas del diablo a su sobrino, 1)
Escrutopo continúa en su carta explicando que ellos han adquirido muchas armas recientemente para combatir este sentido de la razón. Él escribe:
"Pero lo que con la prensa semanal y otras armas han alterado en gran medida que ... Él no piensa en la doctrina como principalmente "verdadera" o "falsa", sino como "académica" o "práctica", "anticuada" o "contemporánea" o "implacable". La jerga, no la argumentación, es tu mejor aliado para mantenerlo lejos de la Iglesia. ¡No pierdas el tiempo tratando de hacerle creer que el materialismo es cierto! Hazle pensar que es fuerte, o severo, o valiente esa es la filosofía del futuro. Ese es el tipo de cosas que le importan." (1-2,)
Podemos ver esta "cultura de expertos" en nuestra sociedad incluso hoy en día, donde creemos todo lo que vemos sin intentar ponerlo a prueba para determinar si es un argumento válido o no.
Esencialmente vemos las noticias a través del lente "si el New York Times escribe acerca de esto y esto, entonces debe ser cierto".
Abrimos los periódicos o visitamos blogs o sitios de noticias y en lugar de argumentos que son razonables y que siguen un orden lógico, vemos falacias clásicas que apelan a la autoridad o a una celebridad (si Taylor Swift lo hace, entonces debe estar bien) o apelan a las emociones, que hacen que crímenes atroces parezcan los actos de amor más misericordiosos que una persona puede hacer (el suicidio asistido de Brittany Maynar es un muy buen ejemplo).
El demonio admira la pérdida de la razón.
Es obvio que el demonio odia que regresemos a la razón. Enseñarles a nuestros hijos como tomar decisiones basadas en argumentos coherentes sería el fin del arduo trabajo del demonio. A él le gusta la pérdida de la razón. Como dice Escrutopo:
"El problema con las discusiones es que mueven toda la lucha hacia el bando del Enemigo [Dios]. Él puede argumentar también El mero hecho de argumentar y discutir, despiertan la razón del paciente; y una vez que la razón se despierta, ¿cómo prever el resultado?" (2)
No es sorprendente entonces que los sistemas escolares en todos los ámbitos, incluyendo las escuelas católicas, han acabado con la filosofía o la lógica.
El pensum clásico está lejos de estar en la corriente principal y principalmente está siendo utilizado por las familias que educan a sus hijos desde sus hogares, así como un grupo selecto de los sistemas escolares clásicos.
El demonio admira esta pérdida de la razón en nuestra educación y simplemente hace su trabajo más fácil. Sin embargo, si somos capaces de recuperar este sentido de la razón en nuestra sociedad, tendrá efectos drásticos en nuestra cultura y puede fácilmente revertir la ola.
Lección: Si queremos combatir al demonio, debemos ser razonables y usar la habilidad de pensar que nos ha sido dada por Dios.