Un Director Espiritual. San Bernardo enseña que Cualquiera que se tome a sí mismo como su propio guía espiritual es discípulo de un tonto
Un director espiritual se dedica a guiar a las personas en el viaje espiritual y a ayudarlas a explorar los asuntos de la fe y Dios. La dirección espiritual es una práctica que se encuentra en muchas tradiciones de la fe.
Si quieres crecer en tu camino de fe y vida espiritual, podrías considerar conseguir un director espiritual para tu vida que te vayadando luces de cómo enfrentar ciertas situaciones de la vida desde la óptica espiritual.
Para cualquiera que busque y viaje activamente el viaje espiritual, aquí te traemos algunas razones para tener un Director Espiritual
San Bernardo de Claraval es famoso por decir que:
"Cualquiera que se tome a sí mismo como su propio guía espiritual es el discípulo de un tonto".
Esto simplemente significa que en los asuntos que realmente importan en la vida, es peligroso y tonto fallar por no buscar el consejo de otro más sabio
¿Es peligroso no tener un Director Espiritual?
Por el simple hecho de que el ser humano tiene una capacidad infinita para engañarse a sí mismo. Para hacerlo aún peor, la inteligencia, la unidad, y la buena voluntad pueden acelerar el autoengaño. Sí, leíste bien.
El bien en sí mismo y el deseo de hacer el bien, pueden ser usados por el enemigo para convencernos de que nos encontramos en el camino correcto. Después de todo es claro que nos referimos al bien, ¿cierto?
Debido a mi rol ejecutivo en distintas fundaciones cristianas sin fines de lucro durante décadas, he tenido la desafortunada y desgarradora experiencia de ver a muchos hombres buenos caer. De hecho, yo mismo he sido "el tonto" algunas veces.
El comienzo del final sucede cuando un patrón destructivo surge en un cristiano y se convierte en algo evidente para quienes lo rodean. Aquellos que lo aman intentarán amablemente ayudarlo a volver al camino correcto.
El "discípulo del tonto" responde teniendo una reunión con su director espiritual (es decir, con él mismo), y de ella sale con sorpresa, sorpresa un certificado de autoafirmación de que tiene un alma limpia y de que está haciendo todo bien.
Para empeorar las cosas, los tontos usualmente tienen seguidores que le apoyan en su comportamiento. El siguiente paso que darán es platicar con ellos o lamentarse con ellos. ¿Qué obtienen en respuestas?, ¡Alabanza y afirmación!
En este punto, el camino hacia el infierno está establecido y en proceso, se está cimentando en la soberbia ;de aquel que cree ser poseedor de la razón y piensa estar obrando para el bien porque tiene buenas intenciones.
En este momento, solo un gran choque y humillación, llevarán a esa autoengañada alma de vuelta al carril.
Razones para tener un Director Espiritual.
La respuesta fue revelada por las observaciones de San Bernardo. Él también fue testigo de la caída de muchos fieles.
Estos buenos tontos comenzaron a caminar hacia la destrucción, con una pobre comprensión del efecto del pecado y la concupiscencia en el alma sobre sí mismos, sumado al poder del autoengaño que emerge de estas fuentes.
Debido a que no identifican claramente la gravedad de estos factores y también, posiblemente por algún trauma psicológico que les ha creado un sistema de autoprotección, se perciben a sí mismos realmente mejores de lo que son, por esto no desarrollan nunca el hábito de pedir consejos a otros, en especial de aquellos que están dispuestos a enfrentarlos y decirles la verdad que realmente necesitan saber sobre sí mismos.
Si miramos la sabiduría de los Doctores de la Iglesia, encontraremos que están repletos de advertencias con respecto a la autoconfianza.
Santa Teresa de Jesús en el "Castillo Interior", incluso nota que mientras más largo sea el viaje hacia el castillo (una metáfora para la unión progresiva con Dios) más necesitamos una voz externa que nos ayude a andar por el camino estrecho.
De todos los hombres que he visto caer, ni uno solo, ni siquiera los religiosos o los sacerdotes, han tenido un director espiritual. Ninguno ha permitido a nadie decirle frontalmente duras verdades sobre sus almas y su progreso espiritual. Dicho de otro modo, todos ellos han sido discípulos de un tonto.