Evangelio de hoy Domingo 5 de agosto 2018. Lecturas de hoy con la oración del día y reflexión del Papa Francisco. Juan 6,24-35. Evangelio del día Domingo
Lecturas de hoy Domingo - Evangelio de hoy 5 de agosto, 2021.
Santo Evangelio de hoy Domingo 5 de agosto, 2018 y las Lecturas de hoy para reflexionar. Palabra diaria y reflexión sobre el Evangelio del día, en Juan 6,24-35 - Meditación de la Palabra del Santo Evangelio de hoy por el Papa Francisco. "Jesús es el Pan de vida que es alimento para nosotros". Se propone las lecturas de hoy con la oración del día para tu vida en el domingo XVIII del tiempo ordinario del Evangelio de hoy. Palabra diaria para crecer con Dios.
Evangelio según San Juan 6,24-35
Jesús es el Pan de Vida: "En aquel tiempo, cuando la multitud se dio cuenta de que Jesús y sus discípulos no estaban allí, subieron a las barcas y fueron a Cafarnaún en busca de Jesús. Al encontrarlo en la otra orilla, le preguntaron: "Maestro, ¿cuándo llegaste?" Jesús les respondió: "Les aseguro que ustedes me buscan, no porque vieron signos, sino porque han comido pan hasta saciarse. Trabajen, no por el alimento perecedero, sino por el que permanece hasta la Vida eterna, el que les dará el Hijo del hombre; porque es él a quien Dios, el Padre, marcó con su sello". Ellos le preguntaron: "¿Qué debemos hacer para realizar las obras de Dios?" Jesús les respondió: "La obra de Dios es que ustedes crean en aquel que él ha enviado". Y volvieron a preguntarle: "¿Qué signos haces para que veamos y creamos en ti? ¿Qué obra realizas? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como dice la Escritura: Les dio de comer el pan bajado del cielo". Jesús respondió: "Les aseguro que no es Moisés el que les dio el pan del cielo; mi Padre les da el verdadero pan del cielo; porque el pan de Dios es el que desciende del cielo y da Vida al mundo". Ellos le dijeron: "Señor, danos siempre de ese pan". Jesús les respondió: "Yo soy el pan de Vida. El que viene a mí jamás tendrá hambre; el que cree en mí jamás tendrá sed". Palabra del Señor
Reflexión del Papa Francisco.
Jesús señala que no vino a este mundo para dar algo, sino para darse a sí mismo, para dar su vida como alimento para los que tienen fe en Él. Esta comunión nuestra con el Señor nos compromete a nosotros, sus discípulos, a imitarlo, haciendo de nuestra existencia, de nuestros comportamientos, pan partido para los demás, como el Maestro partió el pan que es realmente su carne...
Cada vez que participamos en la Misa y nos alimentamos con el Cuerpo de Cristo, la presencia de Jesús y del Espíritu Santo obra en nosotros, da forma a nuestro corazón, nos comunica actitudes internas que se traducen en comportamientos de acuerdo con el Evangelio.
En primer lugar, la docilidad a la Palabra de Dios, después la hermandad entre nosotros, el valor del testimonio cristiano, la fantasía de la caridad, la capacidad de dar esperanza a los desesperados, de acoger a los excluidos.
De este modo, la Eucaristía hace madurar en nosotros un estilo de vida cristiano. La caridad de Cristo, recibida con el corazón abierto, nos cambia, nos transforma, nos hace capaces de amar, no a nivel humano, siempre limitado, sino de acuerdo a la medida de Dios, es decir, sin medida. ¿Y cuál es la medida de Dios?: Sin medida. La medida de Dios es sin medida. Todo, todo, todo. No se puede medir el amor de Dios: es sin medida.
Y entonces llegamos a ser capaces de amar incluso a los que no nos aman, y esto no es fácil, ¿eh? Amar a quienes no nos ama: No es fácil. Porque si sabemos que una persona no nos quiere, también tenemos nosotros el deseo de no quererla. Pues no. Hemos de amar incluso a los que no nos aman. Oponernos al mal con el bien, a perdonar, a compartir, a acoger a los demás.
Gracias a Jesús y su Espíritu, también nuestra vida se convierte en "pan partido" para nuestros hermanos. Y viviendo así, descubrimos la verdadera alegría. Es hermoso esto: nuestra vida se convierte en don. Esto es imitar a Jesús. Yo quisiera recordar estas dos cosas. En primer lugar, la medida del amor de Dios es amar sin medida. ¿Está claro esto? Y nuestra vida, con el amor de Jesús, recibiendo la Eucaristía, se hace don.
Jesús, el Pan de vida eterna, bajó del cielo y se hizo carne gracias a la fe de María Santísima. Después de haberlo llevado con Ella, con amor inefable, lo siguió fielmente hasta la Cruz y la Resurrección. Pidamos a la Virgen que nos ayude a redescubrir la belleza de la Eucaristía, para que sea el centro de nuestra vida, especialmente en la Misa dominical y en la adoración. (Reflexión antes del rezo del Ángelus, 22 de junio de 2014)
Oración de sanación.
Señor,necesito de tu gracia y tu bendición cada día para poder enfrentarme a las dificultades desde la óptica de la esperanza. Sé que me hablas a través de tu Palabra, y a ella me quiero confiar. Tú eres el Pan de Vida, el alimento para nuestra alma que todo lo sana y restaura. Sé que al comer tu Cuerpo y tu Sangre recibiré vida nueva para vivir en comunión contigo para siempre. Amén. (Autor: Qriswell Quero - Extraído de nuestro devocional diario de la oración del día para las lecturas de hoy)
Propósito para hoy
Prepararme para realizar lo más pronto posible una buena confesión, haciendo un examen de conciencia sobre mis acciones con los demás
Frase de reflexión
"Para poder ayudar a los demás necesitamos de encuentros personales con Dios: momentos de oración y de escucha de su Palabra". Papa Francisco
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