San Francisco de Sales es el Santo de la amabilidad. Decía la verdad con elegancia, sin herir a nadie. Es Doctor de la Iglesia y el patrono de los Periodistas
San Francisco de Sales: Patrono de los periodistas.
San Francisco de Sales, también llamado el Santo de la amabilidad, fue un escritor que se distinguió por decir la verdad con elegancia y sin herir a nadie, por escribir y hablar con tanta delicadeza que nadie se sentía molesto. Llegó a ser declarado como Doctor de la Iglesia. Además de su gran amabilidad y de ser un excelente escritor, era un gran orador que no buscaba el morbo, sino la transmisión de la simple y llana verdad evangélica. San Francisco de Sales es el santo patrono de los Periodistas.
Fiesta: 24 de enero.
Martirologio Romano: Memoria de san Francisco de Sales, obispo de Ginebra y doctor de la Iglesia. Verdadero pastor de almas, hizo volver a la comunión católica a muchos hermanos que se habían separado y con sus escritos enseñó a los cristianos la devoción y el amor a Dios. Fundó, junto con santa Juana de Chantal, la Orden de la Visitación, y en Lyon entregó humildemente su alma a Dios el 28 de diciembre de 1621. Fue sepultado en Annecy, en Francia, en este día.
Biografía de San Francisco de Sales.
San Francisco de Sales, nace el 21 de agosto de 1567, en el Castillo de Sales, para aquella época su nacionalidad es saboyana. Saboya era un ducado soberano cuya capital fue Turín y su territorio ocupaba regiones que hoy son parte de Suiza, Francia e Italia.
El niño crece junto a su madre, de quien aprende a contemplar la naturaleza, a acercarse a los hijos de los campesinos y así entablar conversaciones con ellos, su padre le enseñaba a ser un hombre de bien.
El ambiente familiar en que se desarrolla San Francisco de Sales le hace ser sensible a las necesidades de los pobres, fervoroso en sus oraciones y rodeado del cariño de sus padres.
Vocación de Francisco de Sales.
A los 13 años, San Francisco de Sales viajó a París para estudiar con los jesuitas. Después estudió Derecho y Teología, primero en la Universidad de París y posteriormente en la de Padua.
San Francisco de Sales deseaba ser sacerdote, pero se lo ocultó a su padre; solo su madre y amigos íntimos lo sabían Siempre obtuvo las mejores calificaciones, pero su sabiduría no disminuía su humildad: "Dios es mi maestro en la ciencia de la santidad, a Él acudo para aprender, pues, de nada serviría ser sabio, si no soy santo".
En el corazón de San Francisco de Sales aún latía su gran aspiración: "el sacerdocio". Cuando terminó su doctorado en Padua, manifestó al fin su anhelo a su padre, pero este se negó. Con la intervención de su primo Luis, el permiso fue alcanzado y se ordenó sacerdote en 1593.
También, San Francisco de Sales fue muy devoto de la Virgen María. Es bien conocida su oración de petición a María.
"Oh, Santísima Virgen, querida madre mía, te saludo y te venero con todo mi corazón. Madre de la misericordia, reza por mí. Reina del Cielo, te encomiendo mi alma. Oh, mi tierna Madre, obtén que yo pueda ser amada por tu Hijo. Dulce esperanza con Jesús, dulce refugio de los pecadores, me arrojo a tus pies. Hazme experimentar el efecto del poder que posees con la Santísima Trinidad, oh gloriosa Virgen María. Amén".
San Francisco de Sales y su vida misionera.
A pesar de ser tan joven y recién ordenado, San Francisco de Sales no se detuvo ante el peligro, más bien acudió a las tierras de misión con el ánimo alegre y lleno de confianza en Dios.
Este lugar poblado de protestantes, no le daba ninguna seguridad física. Muchas veces fue atacado y estuvo en peligro su vida misionera, pero el amor a Dios y a las personas fue tan fuerte que nada ni nadie pudo amedrentarlo.
Su dura y larga labor fue gratificada por el cielo, porque llegó a convertir a más de 70.000 protestantes y sobre todo a dar a conocer a todos, las maravillas de nuestra fe católica.
San Francisco de Sales, conocido por su espíritu conciliador, encabezó varias delegaciones diplomáticas, aun ante los Reyes de Francia, que tenían hacia él una gran estima. Siempre llevó a feliz término sus diligencias, a pesar de las intrigas, porque sus determinaciones las decidía delante del Santísimo Sacramento.
Confianza en Dios.
Tenía una enorme confianza en Dios y en todo lo que obraba a través de sus acciones. Al respecto, San Francisco de Sales diría: "Es bueno desconfiar de nosotros mismos, pero ¿de qué nos serviría eso si no pusiéramos toda nuestra confianza en Dios y esperáramos su misericordia? Si no sientes esa confianza, no dejes por ello de hacer estos actos y de decir a Nuestro Señor: "Sin embargo, oh Señor, aunque no tengo ningún sentimiento de confianza en Ti, no obstante, sé que eres mi Dios, que soy todo tuyo y que no tengo ninguna esperanza, sino en tu bondad; por eso, me abandono enteramente en tus manos". Siempre está en nuestro poder realizar estos actos; aunque tengamos dificultades para realizarlos, no hay imposibilidad. Así damos testimonio de fidelidad a nuestro Señor."
La fama de San Francisco de Sales creció tanto por su virtud como por su sencillez. Fue nombrado obispo coadjutor de Ginebra. En 1602 el obispo Granier murió y Francisco tomó su lugar. Fue consagrado entre la alegría de su madre y de todo el pueblo que le aclamaba lleno de júbilo.
Su estilo de vida y carácter cobraron mayor fama, ya que se reveló como un gran organizador de su diócesis. Llevó una vida austera y con suma preocupación por los pobres y por la formación de sus feligreses. Por ello, San Francisco de Sales empezó a escribir libros de manera sencilla que gustaron a todos. Consta, además, que perteneció a la Tercera Orden Mínima
El encuentro de San Francisco de Sales con Santa Juana de Chantal en 1604, acogiéndola como hija espiritual, dio como resultado la fundación de la Orden de la Visitación de Santa María, el 6 de junio de 1610, para mujeres jóvenes y viudas que querían vivir el llamado de Dios sin la rigurosidad de los conventos monacales.
La oposición del obispo de Lyon a este novedoso tipo de congregación les obligó a redactar una regla basada en la de San Agustín de Hipona.
Muerte de San Francisco de Sales.
Después de una temporada atendiendo a las comunidades religiosas de su diócesis, fatigado por su gran labor apostólica, San Francisco de Sales murió a los 56 años, el 26 de diciembre de 1622.
San Francisco de Sales es considerado el Santo de la Amabilidad, y prueba de ellos que al hacerle la autopsia le encontraron el hígado endurecido como una piedra. 33 piedras se obtuvieron de su vesícula biliar, signo de los constantes esfuerzos por ocultar la ira que sentía, para así hacerse amable, delicado y bondadoso en el trato.
Las obras de San Francisco de Sales incluyen los conocidos clásicos religiosos Introducción a la vida devota (1609) y Tratado sobre el amor de Dios, además de numerosas cartas y sermones.
Sobre la muerte de Francisco de Sales.
En el año 1632 se hizo la exhumación del cadáver de San Francisco de Sales, se encontraba en perfecto estado e inclusive elasticidad en los brazos, al mismo tiempo una fragancia dulce emanaba del ataúd
Lo canonizaron en el año 1665. Los milagros que empezaron a obtenerse por su intercesión fueron tan numerosos, que el Santo Padre lo declaró santo cuando apenas sucedieron 40 años que se había muerto. En 1877, el papa Pío IX declaró a San Francisco de Sales como Doctor de la Iglesia. Considerado desde 1922 como el santo patrono de los escritores católicos, y los periodistas. Su festividad se celebra el 24 de enero.
Oración de San Francisco de Sales.
No esperes con miedo los cambios de la vida; más bien, míralos con la plena esperanza de que, a medida que surjan, Dios, de quien eres, te guiará con seguridad a través de todas las cosas, y cuando no puedas soportarlo, Dios te llevará en sus brazos. No temas lo que pueda suceder mañana; el mismo Padre comprensivo que te cuida hoy, te cuidará entonces y cada día. Él te protegerá del sufrimiento o te dará una fuerza infalible para soportarlo. Tengan paz, y dejen de lado todos los pensamientos e imaginaciones ansiosas. (San Francisco de Sales, estar en paz)
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