Las parejas que hacen funcionar su matrimonio no son las que nunca tuvieron una razón para separarse, son aquellas en las que su compromiso fue siempre mayor
Tengo un par de buenos amigos que están experimentando una tensión constante en su matrimonio. Parecen estar atrapados en un frustrante ciclo de falta de comunicación, sentimientos heridos y tristeza.
Más de una vez han hablado en serio acerca de tirar la toalla y seguir en caminos separados. Se han distanciado y no saben dónde se equivocaron o cómo pueden arreglarlo.
Como he interactuado con parejas casadas de todo el mundo, he observado que la situación que están viviendo mis amigos no es única. Muchas parejas experimentan este mismo ciclo que conduce a la desesperanza y puede hacer que la opción de divorcio parezca un atractivo nuevo comienzo en lugar de un devastador último recurso.
He empezado a tratar de responder a la pregunta: ¿Por qué sucede esto? ¿Por qué las parejas que en algún momento eran fuertes, unidas y felices se sienten desconectadas y más como adversarias que como parejas?
Hay muchos factores que pueden contribuir a esto, pero a continuación he enumerado algunos de los más comunes y también agregué consejos de como prevenir esta horrible situación:
1.- Suponer en lugar de comunicarse.
Las suposiciones son el enemigo de una comunicación saludable. En el matrimonio, podemos meternos en grandes problemas al tener una mentalidad de: "Sabe que odio cuando hace esto, ella lo hace sólo para molestarme" o "Debe saber que lo necesito para hacer esto, no debería que decirle".
Hay millones de ejemplos que podría enumerar, pero estos demuestran el punto. ¡NO HAGAN SUPOSICIONES! Hablen de todo. Expresen sus sentimientos y pídanle a su esposo o esposa que haga lo mismo. Este es el primer paso para volver a la misma página.
Incluso la Biblia tiene algunas palabras sobre esto:
"Los necios basan sus pensamientos en suposiciones absurdas, así que sus conclusiones serán una locura perversa". (Eclesiastés 10,13)
2.- Luchar individualmente en lugar de abordarlas juntos como equipo.
Las luchas en el matrimonio nunca son "mías" o "tuyas". Siempre deben ser "nuestras". Cuando comenzamos a dividir nuestras responsabilidades, metas, sueños, dinero, tiempo y luchas, en categorías separadas en lugar de compartir la propiedad sobre todos ellos, están practicando para el divorcio en vez de construir un matrimonio más fuerte.
El divorcio es dividir todo. El matrimonio es compartir todo. ¿Cuál estás haciendo tú? Deja de dividir y empieza a compartir.
3. Tratar de arreglarse en lugar de comprenderse.
Si tu pareja tiene una opinión o perspectiva diferente a la tuya, no significa que esté equivocado/a. No siempre deben tener exactamente las mismas ideas. El matrimonio es acerca de la unidad, NO uniformidad.
Ser unificado en tu compromiso con el otro, no siempre significa que compartan la misma perspectiva exacta en todo. Sus diferencias los hacen más fuerte cuando aprenden unos de otros y tratan de ver el mundo desde las perspectivas únicas del otro.
No trates de corregira tu pareja o convencerla de que tu manera de pensar es mejor. En su lugar, esfuérzate por aprender de ella y darle el respeto que necesita y merece.
4.- Centrarse en los defectos de tu pareja en lugar de sus fortalezas.
En lo que eliges centrarte, es lo que comenzará a parecer más grande e importante y todo lo demás parecerá pequeño por comparación.
A veces pido al público que participe en un ejercicio donde medimos cuán observadores somos. Les pido que miren alrededor de la habitación y mentalmente graben todos los elementos que ven de color rojo. Después de cinco segundos, les pido que cierren los ojos y con los ojos cerrados, les pido que digan en voz alta cada artículo que vieron que es el color azul.
Por lo general, sólo hay silencio y algunas risas. Nadie vio azul hasta que volvieron a abrir los ojos, aunque la habitación estaba llena de azul por todos lados. El punto es que tendemos a ver sólo lo que estamos buscando.
Jesús enseñó buscar y encontrar su voluntad. Asegúrate de que estás buscando las cosas correctas. Busca lo bueno. Sé el mayor incentivo de tu pareja. No su mayor crítico.
5.- Fantasear con la soltería
Comparar las dificultades de tu matrimonio con una fantasía de qué tan buena sería la vida si estuvieses soltero.
Esta falsa fantasía causa más divorcios que quizás cualquier otro factor. Seduce a una parte de la pareja a dejar el matrimonio en busca de un espejismo que en realidad no existe.
Tal vez podrías encontrar algún alivio temporal de las luchas, pero el divorcio es generalmente una solución trágica y permanente. Es un intento equivocado de detener el dolor, pero siempre causa más dolor en sus secuelas.
No estoy diciendo que el divorcio nunca esté justificado, pero como con mis amigos y con otros tantos, el alivio temporal no es nada comparado con las bendiciones permanentes de abrazar las luchas y preservar juntos.
Serás más fuerte después de solucionar los problemas. Las parejas que lo hacen funcionar no son las que nunca tuvieron una razón para divorciarse, son aquellas en las que el compromiso con el otro, fue siempre mayor que sus razones para dejarlo.
Si estás experimentando alguna de estas situaciones en tu matrimonio, no se den por vencidos el uno al otro. Den comienzo a algunos nuevos hábitos saludables. Quédense juntos. Sigan adelante en los días difíciles. Oren. Apóyense uno en el otro.
Rodéense de amigos que les animen y apoyen en este viaje de reconstrucción del matrimonio. Comunícate con tu pareja sobre todo. Deja de hacer excusas y comienza a hacer un camino hacia el futuro junto a tu pareja.
