Debemos poder discernir los errores modernos y tóxicos, conocer por qué se dan, explicarlos y esforzarnos por acabar con ellos.
Nunca en la historia del mundo ha habido tanta información y tan fácil acceso a ella. Debido a la Internet, la información se puede adquirir en segundos en casi cualquier momento y lugar.
Al mismo tiempo, nunca hemos vivido en un tiempo con tanta confusión y tantos errores que se propagan por toda la inmensa extensión del universo como ahora. Jesús define quién es el camino, la verdad, y la vida. Jesús llama al diablo:
"El padre de las mentiras y un asesino desde el comienzo".
Por lo tanto, nos incumbe a nosotros, seguidores de Jesús, saber cuál es la verdad para poder discernir los errores modernos, conocer por qué se dan los errores modernos, explicarlos y esforzarnos por destruirlos. Esto debemos hacer por nuestro amor a Dios y por la salvación de las almas inmortales.
¿Cuáles podrían ser los 5 errores modernos más comunes?
1.- Independencia de la Iglesia.
¿Con qué frecuencia escuchamos a gente que dice que fueron bautizados católicos, que han recibido los sacramentos y llegaron a la conclusión de que aman a Jesús, pero no soportan ir a la iglesia?
En otras palabras, pueden interactuar con Dios fuera de la Iglesia. ¡Una forma muy equívoca de pensar! Jesús dijo que Él estaría con nosotros siempre, incluso hasta el final de los tiempos.
Sin embargo, Él está verdaderamente presente en la Iglesia, su Cuerpo Místico y por la digna recepción de los Sacramentos, especialmente la Santa Eucaristía que es el Pan de la Vida.
2.- Creer que el infierno no existe.
Incluso entre los católicos que fueron enseñados por las monjas trabajadoras, orantes y ortodoxas, la doctrina del infierno es descartada como pasado arcaico, una reliquia de la polémica teología medieval.
Este es su razonamiento que en pocas palabras dice: "No puedo creer que un Dios amoroso y misericordioso que puede llevar a cualquiera al infierno".
¡Recuerda, que Dios es amor! Dios no envía a nadie a infierno. Sin embargo, Dios nos da a todos la libre elección, la libertad de elegir entre el bien y el mal. Algunos eligen deliberadamente el mal. Cierto, Dios es amor, pero Jesús también dijo: "Si tú me amas, cumple mis mandamientos...".
"No todo el que me dice: "Señor, señor" entrará en el reino de los cielos, sino solo el que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo". (Mateo 7,21)
3.- Ir a tomar el pan y el vino.
Esto es demasiado común. ¡La jerga litúrgica me enerva! En la Santa Misa una vez que el sacerdote ha consagrado el pan y el vino, ya no es pan y vino, aunque las apariencias indiquen lo contrario.
No, son los verdaderos y sustanciales Cuerpo y Sangre de Jesús. En lenguaje teológico (gracias a Santo Tomás Aquinas) es transubstanciación. Por lo tanto, nunca debemos acercamos al momento de la Sagrada Comunión y decir: "Voy a tomar el pan y vino".
Más bien, debemos decir con reverencia y adoración:
"Voy a recibir la Santa Comunión, el Cuerpo y la Sangre de Jesús, ¡el Hijo del Dios viviente!"
¡Debemos aprender a pulir nuestro vocabulario eucarístico!
4.- Materialismo, consumismo y hedonismo.
Un error constante que muchos cometen, especialmente durante las vacaciones: Materialismo, consumismo y hedonismo. Estos están íntimamente relacionados, uno conduce al otro.
El materialismo es simplemente esto: Amor a lo material. A cosas que pueden ser adquiridas por el dinero es el fin de todo el propósito de la vida. Entonces una vez que tienes el dinero, compras.
¿Eres dueño de tus posesiones o ellas son dueñas de ti? Esto es consumismo. Tanto el materialismo como el consumismo producen hedonismo.
Esta es una antigua filosofía griega que significa: la vida está destinada a tener tanto placer como tú le permitas.
¿Cuántas personas viven para tener, para comprar y disfrutar? Este es el dios moderno. MUY INCORRECTO. Santo Tomás de Aquino afirma que todos somos llamados a la felicidad.
Sin embargo, la felicidad no se puede encontrar en la creación, sino en el Creador. La felicidad no se puede encontrar teniendo, sino siendo. Jesús dijo:
"De la abundancia del corazón habla la boca".
Nuestra Señora de Lourdes le dijo a San Bernadette:
"No puedo prometerte verdadera felicidad en este mundo, sino en el siguiente".
5.- Dictadura del relativismo moral.
Esta frase fue acuñada por el cardenal Ratzinger, para luego convertirse en el Papa Benedicto XVI. ¿Cómo explicar este error moderno? Muchos católicos hoy en día, aunque no conocen la terminología teológica, de hecho son relativistas morales.
El conocido profesor de la Universidad Franciscana, Dr. Scott Hahn, lo llama "Catolicismo de Cafetería". En otras palabras, estos tipos de católicos son como los que van a comer en una cafetería: Escogen la comida que les gusta y evitan el consumo de los alimentos que son menos atractivo para sus papilas gustativas.
El relativismo moral hace lo mismo con respecto a la elección de doctrinas: rechaza lo que no es atractivo para sus papilas gustativas espirituales.
Un ejemplo clásico es la Encíclica publicada por el Beato Papa Pablo VI, "Humanae Vitae", relativo a la vida humana.
El Santo Padre afirma en términos inequívocos que el uso de medios artificiales para evitar la concepción es malvado.
En otras palabras, usando píldoras, condones o inyecciones hormonales para evitar la posibilidad de la concepción es malo, moralmente reprensible, es pecado y es muy desagradable para Dios.
Hay enormes masas de los llamados "católicos" que simplemente han desechado esta enseñanza como algo intrascendente e insignificante. Esta enseñanza sobre la vida exige ser aceptada.
La Iglesia no promueve el control de la natalidad. Las personas deben aprender a controlar sus apetitos sexuales recurriendo a la gracia de Dios a través de la oración, una ferviente vida sacramental, la práctica de la penitencia y la devoción a Nuestra Señora.
Debemos dejar de ser contra-culturales, no dejarnos ir simplemente con la corriente,debemos obedecer las enseñanzas de Jesús a través de su cuerpo místico, la Iglesia. Si lo haces, conocerás la verdad, y la verdad te hará libre.