Oración o psicoterapia: ¿cuál se necesita? ¿Está uno en contra del otro?

En términos de sanación ¿cuál se necesita? la oración o psicoterapia? Puede estar uno en contra del otro? Puede ser difícil saber porque la salud mental y la espiritualidad están tan estrechamente entrelazadas. Aquí, un psicólogo desenreda la confusión.

A menudo aparecen historias trágicas en las noticias. He aquí un par de ellas:

"Una mujer que ha hecho hasta lo impensable por sus hijos, ha decidido terminar con su vida. Todo el mundo está en estado de shock.

Nadie puede creer que abandonaría de esta manera a sus propios hijos. Siempre estaban tan bien vestidos y cuidados, asistían a la Iglesia todos los domingos.

Eran unos vecinos tranquilos y agradables, siempre parecían tan felices...  Y sin embargo, un día encendió el gas en la estufa. "Es el trabajo del diablo", dicen las personas"

Una joven sufriente dejó su hogar y nunca volvió. No dijo una palabra a nadie. Acababa de dejar a su hijo dormido y salió.

Una semana antes, ella había publicado una foto de su recién nacido en Facebook, feliz como se suponía que debía estar. Planeó el bautizo y compró la ropa. "¿Que le ocurrió a ella? ¿Qué la hizo tomar esta decisión? "

Detrás de esos titulares sensacionales se encuentra un profundo trastorno psicológico. La verdadera gran causa de esto es, regularmente, que la persona ignora lo que realmente le sucede.

Cuando un paciente católico me dice que no cree en la psicoterapia, le digo que no se trata de fe, sino de habilidad.

¿Qué hicieron mal?

La madre sufriente no pidió ayuda. Estaba avergonzada. Tenía miedo de sí misma porque sus pensamientos parecían extraños. Vio cosas que otros no veían. Oyó voces, pero otros no reaccionaron ante ellos. O dejó de preocuparse por sí misma, ya no vio a sus amigos porque estaba demasiado cansada. Sus hijos lloraron tanto… ¿parece increíble su historia?

En medio del insomnio y la fatiga, algo inquietante se infiltró en sus recuerdos extraños y no deseados, eran pensamientos peligrosos.

Algo dentro de sí le estaba diciendo que abandonara su casa como una forma de castigo:

"Sí, esa es su cruz, y ella tiene que soportarla. Ella no merece la felicidad, su bebé tampoco. Tiene que castigarse a sí misma"

Un sacerdote o un consejero espiritual pueden desempeñar un papel importante en el apoyo moral, pero esto NO SUSTITUYE a un profesional de la salud mental.

Muchos católicos están convencidos de que tienen problemas con su fe, pero no saben que tienen problemas con su salud mental.

Los pensamientos que suelen surgir: "Pierdo la paciencia con mis hijos". "Me siento avergonzado y corro a la confesión"; "Me arrepiento, y prometo intentarlo una vez más", pero sucede una y otra y otra vez. Empiezo a golpearme.

En vez de intentar comprender lo que podría estar pasando, me rechazo y me castigo: Me privo de todo, no compro nada nuevo, no salgo con mis amigos. Pero no pido ayuda. ¿He perdido mi camino? Soy débil porque me aleje de Dios. Estoy en la cama llorando cuando debería estar tratando de ser más santo.

Oración o psicoterapia.

La diferencia entre los problemas espirituales y psicológicos

Esa línea de pensamiento es peligrosa. No creen que necesiten ayuda médica. La idea de tener un diagnóstico clínico está muy lejana. El miedo y la vergüenza de ir a un psicólogo o un psiquiatra son todavía más bloqueantes.

Y si las oraciones no ayudan, y los problemas no son entendidos y siguen dando lata, entonces, ¿tal vez un exorcista ayudará?

Un sacerdote o consejero espiritual puede desempeñar un papel importante en el apoyo moral, pero no sustituye a un profesional de la salud.

Por supuesto, una confesión tiene cierto componente terapéutico. Es una forma de admisión limpiadora que permite aliviar los sentimientos. Pero a menudo es una solución a corto plazo, porque los problemas vuelven, las dificultades se acumulan y el dolor no disminuye.

Una confesión es un acto de fe; en cambio la terapia es trabajar en sí mismo, y siempre es un proceso. Consiste en comprender, por ejemplo, el por qué estoy aterrorizado por la ternura de mi marido; por qué amo posesivamente, o por qué soy tan honesto que me muestro agresivo hacia las personas cercanas a mí.

Problemas espirituales vs problemas psicológicos.

Es importante diferenciar entre problemas espirituales y psicológicos. En lugar de sentir una culpa constante, estar en el dolor y luchar sin éxito contigo mismo, es crucial admitir que tu problema no es espiritual sino psicológico.

No estás perdido, estás enfermo. No tienes una crisis de fe, sino un problema de salud mental.

El pecado de la gula puede ser manifestación de la bulimia, el pecado de la pereza podría ser depresión, y la vanidad podría ser un trastorno neurótico. Tener "pensamientos impuros" repetitivos puede resultar en un diagnóstico de trastorno obsesivo-compulsivo.

¿Un católico puede necesitar el apoyo de un psiquiatra o de un psicólogo?

Al igual que cualquier otra persona que ya no es capaz de resolver sus propios conflictos y percibe que sus sentimientos y pensamientos podrían suponer un riesgo para sí mismo o para sus seres queridos.

Cada vez que alguien te pregunta, "¿Qué te sucede?", significa que no entiende el verdadero problema; ¿y tú lo entiendes?

Es grande la tentación de decir que no pasa nada, que es una cosa privada; es mi cruz, y lo soportaré, no importa lo que suceda.

Cuando te duele una muela, no corres a buscar unas pinzas para extraerla; buscas un dentista.

Cuando nos retiramos de la vida cotidiana y sin razón aparente, nos sentimos tristes y sin esperanza; cuando tenemos pensamientos suicidas, obsesiones, comportamientos de llamar la atención de los demás, es entonces cuando debemos acudir a un profesional de la salud mental.

Nota del Traductor: "Un psicólogo clínico puede atender en terapia cualquier trastorno mental, y además apoyar al psiquiatra a determinar los rasgos clínicos que caracterizan las enfermedades mentales, así, el psiquiatra puede determinar de manera más acertada el tipo y la dosis de medicamento, así como la evolución de la enfermedad, hasta sanar.

Si no es tan grave como para requerir tratamiento psiquiátrico, el psicólogo clínico puede atender a sus pacientes sólo con terapia.

Un psicólogo católico recomendará siempre un adecuado acercamiento al área espiritual"

Un buen psiquiatra no lucha contra la fe del paciente.

Un psiquiatra no es como Dios; No necesitamos creer en él para aprovechar su conocimiento clínico. La neurosis o la enfermedad mental no es algo de qué avergonzarse, pero negar el conocimiento y los recursos del campo de psiquiatría, sí que lo es.

Un médico no se sorprenderá, él entenderá. Su trabajo consiste en averiguar lo que le está sucediendo y por qué, y sobre todo, le ayudará a resolver su situación.

Un buen católico no tiene que elegir entre la ayuda espiritual o la profesional. Las prácticas religiosas y terapéuticas no tienen que competir o luchar entre sí, sino que pueden (o más bien, deben) complementarse.

Es bueno decirle a tu confesor acerca de tu tratamiento clínico. Esta información es importante en la confesión, ayuda a fomentar una nueva comprensión de los actos, la construcción de una mejor conciencia, un arrepentimiento más honesto y el tamaño justo de la culpa por lo que pudiste haber hecho.

Un buen psicólogo no lucha contra la fe del paciente. Sabe que para él es un valor fundamental, y el apoyo moral de un sacerdote o de un grupo de oración, siempre ayuda.

Así, el paciente y sus seres queridos no se sienten estigmatizados, excluidos o la peor persona del mundo.

A veces los trastornos mentales contienen elementos de carácter religioso (moral) y puede haber la necesidad de una conversación directa entre los profesionales y el sacerdote del paciente.

¿El mejor consejo para las personas de fe que están experimentando angustia psicológica? Haz oración y ve con un psicólogo