El demonio disfruta que la mayoría de la gente no tenga idea de que él realmente existe y juega un rol activo en el mundo
Si estuviésemos en una guerra espiritual (en la cual estamos), necesitamos conocer a nuestro enemigo. Ir a la batalla a ciegas, sin la planeación y la preparación necesaria, resultará seguramente en una derrota.
Para prepararnos, usaremos muchas fuentes, pero la principal será el texto de C.S. Lewis "Cartas del diablo a su sobrino", si no tienes una copia, te lo recomiendo. Fue uno de los libros que San Juan Pablo II llevaba en sus excursiones con jóvenes y discutía el libro alrededor de una fogata.
Si no te gusta leer, te recomiendo que compres la dramatización de las cartas hechas por "Focus on The Family", llamada "Las cartas del diablo a su sobrino: Primera dramatización con elenco completo del clásico diabólico" (Radio teatro). Presenta a Andy Serkis, quien interpretó, en El señor de los anillos, al personaje de Gollum.
Antes de comenzar esta tarea, les pido sus oraciones ya que este no es un tema fácil de abordar, uno que estoy seguro que el enemigo no quiere que se sepa. Así que por favor oren por mí y mi familia
¿Los demonios existen?
Primero que todo, debemos convencernos de que SÍ existen, todos tenemos un enemigo y ese enemigo es Satanás y sus subordinados. El demonio disfruta completamente el hecho que muchas personas no creen que él exista.
Adicionalmente, la mayoría, o no cree en él o piensa que puede existir, pero esta imagen de un hombrecito en un traje rojo con cachitos no es alguien a quien debamos temer.
Por otro lado, hay quienes están convencidos de que existe y tienen una atracción insana hacia ellos. Esta gente llega al punto de adorarlos y algunos incluso establecen tiendas en las esquinas y alegan que pueden ver el futuro.
C.S. Lewis lo propone de esta manera en su prefacio:
"Hay dos errores iguales y opuestos en los que nuestra carrera puede caer sobre los demonios. Una es no creer en su existencia. La otra es creer y sentir un excesivo e insano interés en ellos. Ellos mismos se gozan en los dos errores y aclamar a un materialista o un mago con el mismo gusto". (IX)
Así pues, el demonio disfruta que la mayoría de la gente no tenga idea de que él realmente existe y juega un rol activo en el mundo.
Peter Kreeft relaciona esta misma verdad en el contexto de la batalla espiritual:
"Satanás esta igualmente complacido por nuestra sobreestimación y por nuestra subestimación como el comandante de un ejército de enemigos en tiempo de guerra y estará igualmente complacido si tu lado sobreestima enormemente su fuerza y estremece con miedo supersticioso cuando "no hay nada que temer sino al miedo mismo", o si subestimaste su fuerza, o si incluso dejaste de creer en su existencia misma. Ciertamente perderás la batalla y posiblemente la guerra. (Ángeles y Demonios, 112)
Para comenzar, entonces, necesitamos convenir en que, SÍ, el diablo y los demonios existen. Esto es parte del paquete completo de la Revelación Divina y no debemos descontar este hecho.
Los Ángeles y los demonios son reales, tan reales como el aire que respiramos. El catecismo dice:
"Satán o el diablo y los otros demonios son ángeles caídos por haber rechazado libremente servir a Dios y su designio. Su opción contra Dios es definitiva. Intentan asociar al hombre en su rebelión contra Dios". (CIC, 414)
No es cuestión de si existen o no, más bien de, cómo los venceremos.
Sin embargo, sobre todas las cosas, debemos reconocer que Jesucristo es el que vence al enemigo y ya lo ha vencido.
Depende de nosotros que invoquemos Su ayuda en nuestra batalla diaria en contra de Satanás y los demonios que tratan de alejarnos de Dios.