Tú fuiste elegido y creado para Jesús, no para tus pasiones, no para el pecado, no para vivir como el mundo te pide
Una de las cosas que tenemos que tener presente en toda nuestra vida es que la Palabra de Dios es clara. En su carta a los colosenses, San Pablo nos dice:
"Jesús es la Imagen del Dios invisible, el Primogénito de toda la creación, porque en Él fueron creadas todas las cosas,... todo fue creado por medio de Él y para ÉL. (Colosenses 1,15-17)
Todo fue creado para Jesús.
Tú fuiste elegido y creado para Jesús, no para tus pasiones, no para el pecado, no para vivir como el mundo te pide. Esta palabra es clave y nos habla de nuestro propósito, el para qué estamos aquí.
¿Te has puesto a pensar que tenemos apenas unos años de vida en la tierra para alcanzar ese propósito para el cual hemos sido creados? Ese propósito te lo da Jesús y tu tarea mientras vivas es descubrirlo y hacerlo realidad. No son tus sueños, tus propios deseos, tus pasiones, tu comodidad, tus gustos y apetencias las razones para las cuales fuiste creado. Fuiste Creado para Jesús
Hoy quiero decirte de forma firme que si tú estás viviendo sumergido en el pecado, adaptado a él, y le estás pidiendo a Dios en tu oración que bendiga tu pecado, que bendiga el estado de desobediencia en la que te encuentras, te estás burlando de Él. ¡Recuerda que nadie se burla de Dios! (Gálatas 6,7)... Recuerda que Dios perdona siempre, pero te invita a salir de esa condición que no le agrada, te invita a "no pecar más" (Jn 8,11; Jn 5,14)
Fuimos creados para Dios, no al contrario. Dios no está hecho para complacer nuestros deseos mezquinos, estamos hechos para vivir para Él, nos creó por amor, porque quiso que viviéramos y nos dio libertad porque es tan bueno, tan bello y tan grande que quiere que lo elijamos libremente, que nuestro destino eterno esté en nuestras propias manos, y además de eso, nos da muchos medios para encontrarnos con Él, día a día nos envía mensajes como éste y como muchos otros para que hagamos conciencia y nos dediquemos a cambiar nuestra vida, nos dio a su hijo Jesucristo para salvarnos y de paso, nos deja una Iglesia con todos sus sacramentos para fortalecernos espiritualmente y con la gracia recibida, apartarnos definitivamente del pecado ¿Qué más deseamos?
Es algo que merece la pena repetir en nuestros pensamientos y que en ellos se grabe: «Dios no fue creado para mí, yo fui creado para Él».
Dejemos de ver a Dios como el sirviente de nuestras apetencias y gustos, al que le reclamamos si las cosas no se dan como queríamos. Comencemos a verlo como nuestro Dios y Señor, a los pies de quien debemos rendirnos. Dios no nos debe nada, nosotros se lo debemos TODO a Él.
¿Continuaremos entonces desperdiciando nuestras vidas viviendo ensimismado en nuestros caprichos personales? Esta vida no se trata de ti, ni de mí, se trata de Él, porque si hacemos su voluntad, el mismo Jesús nos estará esperando en su Reino preparándonos la mejor de todas las habitaciones.
Dios te bendiga,
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Autor: Andrea Pérez de Quero | Publicado originalmente en PildorasdeFe.net