Evangelio de hoy Miércoles, 2 de Febrero, 2022. Lecturas de hoy - Oración del día - Reflexión del Papa Francisco. Lucas 2,22-40. Evangelio del día Explicado
Una espada te atravesará el Corazón.
Santo Evangelio de hoy explicado del Miércoles 2 de Febrero, 2022 y las Lecturas de hoy para reflexionar. Palabra diaria y reflexión sobre el Evangelio del día, en Lucas 2,22-40: "Una espada te atravesará el corazón, a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos corazones". Meditación de la Palabra del Santo Evangelio de hoy por el Papa Francisco. "El Amor que viene de Jesús es una fuerza sanadora capaz de penetrar las profundidades de nuestro interior para transformarnos y devolvernos todo aquello que por los sufrimientos, hemos visto obstaculizado. Acerquémonos a Jesús con fe y toquemos su manto". Se propone las lecturas de hoy con la oración del día para tu vida en el IV Miércoles del Tiempo Ordinario, para el Evangelio de hoy explicado. Palabra diaria para crecer con Dios. "La paciencia no es signo de debilidad: es la fortaleza de espíritu que nos hace capaces de soportar el peso de los problemas", Papa Francisco.
Índice de las lecturas de hoy.
Celebraciones del día:
Fiesta de la Presentación del Señor.
Lecturas de hoy Miércoles.
Primera Lectura para el Evangelio de hoy en el IV Miércoles del Tiempo Ordinario. Lectura del Libro de Malaquías 3,1-4: "Vendrá al templo el Señor a quien buscáis".
Así dice el Señor: He aquí que envío a mi mensajero para que prepare el camino ante mí; y de repente vendrá al templo El Señor a quien buscáis, y el mensajero del pacto que deseáis. Sí, viene, dice El Señor de los ejércitos. Pero, ¿quién soportará el día de su venida? ¿Y quién podrá resistir cuando aparezca? Porque él es como el fuego del refinador, o como la lejía del batán. Se sentará a refinar y purificar la plata, y purificará a los hijos de Leví, refinándolos como el oro o como la plata para que ofrezcan el debido sacrificio a El Señor. Entonces el sacrificio de Judá y de Jerusalén complacerá al Señor, como en los días de antaño, como en los años pasados.
Salmo de hoy Miércoles.
Salmo Responsorial de las lecturas de hoy tomado del Libro del Salmo 24(23),7.8.9.10: "¿Quién es este rey de la gloria? El Señor de los ejércitos". (R).
- Levantad, oh puertas, vuestros dinteles; alzad los antiguos portales, para que entre el rey de la gloria. (R).
- ¿Quién es este rey de la gloria? El Señor, fuerte y poderoso, el Señor, poderoso en la batalla. (R).
- Levantad, oh puertas, vuestros dinteles; alzad los portales antiguos, para que entre el rey de la gloria. (R).
- ¿Quién es este rey de la gloria? El Señor de los ejércitos; él es el rey de la gloria. (R).
Segunda Lectura de hoy.
La segunda lectura para el Evangelio de hoy es tomada de Hebreos 2, 14-18: "Tuvo que hacerse semejante a sus hermanos en todo"
Puesto que los hijos participan de la sangre y de la carne, Jesús también participó de ellas, para destruir, mediante la muerte, al que tiene el poder de la muerte, es decir, al Diablo, y liberar a los que, por miedo a la muerte, habían estado sometidos a la esclavitud durante toda su vida. Ciertamente, no ayudó a los ángeles, sino a los descendientes de Abraham; por tanto, tuvo que asemejarse a sus hermanos en todo, para ser un sumo sacerdote misericordioso y fiel ante Dios para expiar los pecados del pueblo. Porque él mismo fue probado a través de lo que sufrió, es capaz de ayudar a los que están siendo probados.
Aclamación del Evangelio de hoy.
"¡Aleluya, aleluya! La luz para iluminar a los gentiles y dar gloria a Israel, tu pueblo. ¡Aleluya!". (Aclamación de las Lecturas de hoy tomada de Lucas 2,32)
Evangelio de hoy - Lucas 2,22-40.
Evangelio de hoy explicado - Lecturas de hoy Miércoles para el Santo Evangelio del día (Mis ojos han visto tu Salvación): En aquel tiempo, cuando se cumplieron los días de la purificación de ellos, según la Ley de Moisés, llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarle al Señor, como está escrito en la Ley del Señor: Todo varón primogénito será consagrado al Señor y para ofrecer en sacrificio un par de tórtolas o dos pichones , conforme a lo que se dice en la Ley del Señor. Y he aquí que había en Jerusalén un hombre llamado Simeón; este hombre era justo y piadoso, y esperaba la consolación de Israel; y estaba en él el Espíritu Santo. Le había sido revelado por el Espíritu Santo que no vería la muerte antes de haber visto al Cristo del Señor. Movido por el Espíritu, vino al Templo; y cuando los padres introdujeron al niño Jesús, para cumplir lo que la Ley prescribía sobre él, le tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: "Ahora, Señor, puedes, según tu palabra, dejar que tu siervo se vaya en paz; porque han visto mis ojos tu salvación, la que has preparado a la vista de todos los pueblos, luz para iluminar a los gentiles y gloria de tu pueblo Israel". Su padre y su madre estaban admirados de lo que se decía de él. Simeón les bendijo y dijo a María, su madre: "Este está puesto para caída y elevación de muchos en Israel, y para ser señal de contradicción, ¡y a ti misma una espada te atravesará el corazón!, a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos corazones". Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, de edad avanzada; después de casarse había vivido siete años con su marido, y permaneció viuda hasta los ochenta y cuatro años; no se apartaba del Templo, sirviendo a Dios noche y día en ayunos y oraciones. Como se presentase en aquella misma hora, alababa a Dios y hablaba del niño a todos los que esperaban la redención de Jerusalén. Así que cumplieron todas las cosas según la Ley del Señor, volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño crecía y se fortalecía, llenándose de sabiduría; y la gracia de Dios estaba sobre él". Palabra del Señor.
Reflexión del Evangelio de hoy por Papa Francisco.
"La paciencia no es signo de debilidad: es la fortaleza de espíritu que nos hace capaces de soportar el peso de los problemas". Papa Francisco.
Simeón esperaba el consuelo de Israel. Subiendo al templo, mientras María y José llevaban a Jesús, acogió al Mesías en sus brazos. Es un hombre ya anciano quien reconoce en el Niño la luz que venía a iluminar a las naciones, que ha esperado con paciencia el cumplimiento de las promesas del Señor. Esperó con paciencia.
La paciencia de Simeón.
Observemos atentamente la paciencia de este anciano. Durante toda su vida esperó y ejerció la paciencia del corazón. En la oración aprendió que Dios no viene en acontecimientos extraordinarios, sino que realiza su obra en la aparente monotonía de nuestros días, en el ritmo a veces fatigoso de las actividades, en lo pequeño e insignificante que realizamos con tesón y humildad, tratando de hacer su voluntad.
Caminando con paciencia, Simeón no se dejó desgastar por el paso del tiempo. Era un hombre ya cargado de años, y, sin embargo, la llama de su corazón seguía ardiendo; en su larga vida habrá sido a veces herido, decepcionado; sin embargo, no perdió la esperanza. Con paciencia, conservó la promesa, custodiar la promesa, sin dejarse consumir por la amargura del tiempo pasado o por esa resignada melancolía que surge cuando se llega al ocaso de la vida. La esperanza de la espera se tradujo en él en la paciencia cotidiana de quien, a pesar de todo, permaneció vigilante, hasta que por fin "sus ojos vieron la salvación" (cf. Lc 2,30).
Y yo me pregunto: ¿De dónde aprendió Simeón esta paciencia? La recibió de la oración y de la vida de su pueblo, que en el Señor había reconocido siempre al "Dios misericordioso y compasivo, que es lento para enojarse y rico en amor y fidelidad" (Ex 34,6); reconoció al Padre que incluso ante el rechazo y la infidelidad no se cansa, sino que "soporta con paciencia muchos años" (cf. Ne 9,30), como dice Nehemías, para conceder una y otra vez la posibilidad de la conversión.
La paciencia de Simeón es, entonces, reflejo de la paciencia de Dios. De la oración y de la historia de su pueblo, Simeón aprendió que Dios es paciente. Con su paciencia, dice san Pablo, "nos conduce a la conversión" (Rm 2,4). Me gusta recordar a Romano Guardini, que decía: la paciencia es una forma en que Dios responde a nuestra debilidad, para darnos tiempo a cambiar (cf. Glaubenserkenntnis, Würzburg 1949, 28).
Y, sobre todo, el Mesías, Jesús, a quien Simeón tenía en brazos, nos revela la paciencia de Dios, el Padre que tiene misericordia de nosotros y nos llama hasta la última hora, que no exige la perfección sino el impulso del corazón, que abre nuevas posibilidades donde todo parece perdido, que intenta abrirse paso en nuestro interior incluso cuando cerramos nuestro corazón, que deja crecer el buen trigo sin arrancar la cizaña. Esta es la razón de nuestra esperanza: Dios nos espera sin cansarse nunca. Dios nos espera sin cansarse jamás. Este es el motivo de nuestra esperanza Cuando nos extraviamos, viene a buscarnos; cuando caemos por tierra, nos levanta; cuando volvemos a Él después de habernos perdido, nos espera con los brazos abiertos. Su amor no se mide en la balanza de nuestros cálculos humanos, sino que nos infunde siempre el valor de volver a empezar. Nos enseña la resiliencia, el valor de volver a empezar. Siempre, todos los días. Después de las caídas, volver a empezar siempre. Él es paciente.
(...) La paciencia no es un signo de debilidad: es la fortaleza de espíritu que nos hace capaces de "llevar el peso", de soportar: soportar el peso de los problemas personales y comunitarios, nos hace acoger la diversidad de los demás, nos hace perseverar en el bien incluso cuando todo parece inútil, nos mantiene en movimiento aun cuando el tedio y la pereza nos asaltan.
(...) La paciencia nos ayuda a mirarnos a nosotros mismos, a nuestras comunidades y al mundo con misericordia. Podemos preguntarnos: ¿acogemos la paciencia del Espíritu en nuestra vida? En nuestras comunidades, ¿nos cargamos los unos a los otros sobre los hombros y mostramos la alegría de la vida fraterna? Y hacia el mundo, ¿realizamos nuestro servicio con paciencia o juzgamos con dureza?...
(...) Necesitamos la paciencia valiente de caminar, de explorar nuevos caminos, de buscar lo que el Espíritu Santo nos sugiere. Y esto se hace con humildad, con simplicidad, sin mucha propaganda, sin gran publicidad.
Contemplemos la paciencia de Dios e imploremos la paciencia confiada de Simeón y también de Ana, para que del mismo modo nuestros ojos vean la luz de la salvación y la lleven al mundo entero, como la llevaron en la alabanza estos dos ancianos. (Homilía del Evangelio de hoy. Homilía en la Basílica de San Pedro, 2 de Febrero, 2021)
Oración de hoy Miércoles para el Evangelio de hoy.
Reza con nosotros la oración de hoy Miércoles 2 de Febrero, 2022, por los enfermos, por el fin de la pandemia y por todas tus intenciones. Oración de Calma del día Miércoles por eso que necesitamos. Meditemos con las palabras del Evangelio: "Una espada te atravesará el corazón".
Propósito del Evangelio de hoy.
Invoquemos a la Sagrada Familia de Nazaret, quienes supieron confiarse en las manos de Dios en todas sus dificultades.
El sacrificio de la Sagrada Familia.
Frase de reflexión.
"Es hora de que a los pobres les sea restituida la palabra, porque sus peticiones no son escuchadas desde hace demasiado tiempo.". Papa Francisco.
Video reflexión del Evangelio de hoy explicado.
Al meditar las lecturas de hoy Miércoles y después de haber leído el texto de Evangelio del día explicado, escucha ahora la reflexión correspondiente a las lecturas de hoy. Meditación en audio del Santo Evangelio de hoy según San Lucas 2,22-40: "Una espada te atravesará el corazón, a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos corazones". Palabra diaria comentada para la vida. Reflexión de las lecturas y el Evangelio de hoy explicado para tu vida.
Pide ayuda al Espíritu Santo antes de comenzar a escuchar la reflexión de las lecturas del día para el Evangelio de hoy Miércoles.
Intenciones del Evangelio de hoy.
Centremos nuestra vida en la Palabra de Dios. Al meditarlas lecturas de hoy Miércoles con el Santo Evangelio del día en Lucas 2,22-40: "Una espada te atravesará el corazón, a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos corazones". Profundicemos en nuestra relación personal con Dios. La oración del día expresa una petición de transformación en el Evangelio de hoy. "Jesús es amor y por su infinito amor, siente gran compasión por cada uno de nosotros. No temamos de acercarnos a Él para que toque nuestras heridas, pues aunque sea dolorosos, Él podrá transformar todos nuestros sufrimientos en victoria asegurada si tenemos fe". Con la lectura de hoy Miércoles, pidamos por esas intenciones que quieres expresar. Escribe en los comentarios tus peticiones a través de las lecturas de hoy y su Palabra diaria en el Evangelio de hoy explicado para el día Miércoles 2 de Febrero, 2022. Paz y bien a tu vida.
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