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Categoría: Evangelio del día

Evangelio de hoy lunes, 27 de marzo, 2023. Lecturas de hoy y Reflexión del Papa Francisco (Juan 8,1-11): El que esté libre de pecados, que arroje la primera piedra

¿Quien es el que está libre de pecados?.

Santo Evangelio de hoy explicado del lunes, 27 de marzo, 2023 y las Lecturas de hoy para reflexionar. Palabra diaria con el Evangelio del día según San Juan 8,1-11: "Aquel de ustedes que esté libre de pecados, que arroje la primera piedra". Meditación del Evangelio (V lunes de Cuaresma). Reflexión del Papa Francisco para hoy: "El Señor nunca se cansa de perdonar: ¡nunca! Somos nosotros los que nos cansamos de pedirle perdón. Pidamos la gracia de no cansarnos de pedir perdón"


Índice de lecturas de hoy.


Celebración del día:

San Ruperto es el santo patrono de Salzburgo. Construyó una iglesia y un monasterio que dirigió como obispo y abad. Misionero que se encargó de difundir la fe


Antífona de hoy.

 

Ten piedad de mí, oh Dios, porque la gente me asalta, me combaten todo el día y me oprimen. (Salmo 55,2)

 

Oración colecta.

 

Oh Dios, por cuya maravillosa gracia nos enriquece con toda bendición, concédenos pasar de lo antiguo a una vida nueva, para que estemos preparados para la gloria del Reino celestial. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.


Lecturas de hoy lunes.

Primera Lectura para el Evangelio de hoy lunes. Lectura del Libro de Daniel 13,1-9.15-17.19-30.33-62. "Susana y los ancianos".

Vivía en Babilonia un hombre llamado Joaquín. Se había casado con una mujer llamada Susana, hija de Jilquías, que era muy bella y temerosa de Dios; sus padres eran justos y habían educado a su hija según la ley de Moisés. Joaquín era muy rico, tenía un jardín contiguo a su casa, y los judíos solían acudir donde él, porque era el más prestigioso de todos. Aquel año habían sido nombrados jueces dos ancianos, escogidos entre el pueblo, de aquellos de quienes dijo el Señor: "La iniquidad salió en Babilonia de los ancianos y jueces que se hacían guías del pueblo". Venían estos a menudo a casa de Joaquín, y todos los que tenían algún litigio se dirigían a ellos. Cuando todo el mundo se había retirado ya, a mediodía, Susana entraba a pasear por el jardín de su marido. Los dos ancianos, que la veían entrar a pasear todos los días, empezaron a desearla. Perdieron la cabeza, dejando de mirar hacia el cielo y olvidando sus justos juicios. Mientras estaban esperando la ocasión favorable, un día entró Susana en el jardín como los días precedentes, acompañada solamente de dos jóvenes doncellas, y como hacía calor quiso bañarse en el jardín. No había allí nadie, excepto los dos ancianos que, escondidos, estaban al acecho. Dijo ella a las doncellas: "Traedme aceite y perfume, y cerrad las puertas del jardín, para que pueda bañarme". En cuanto salieron las doncellas, los dos ancianos se levantaron, fueron corriendo donde ella, y le dijeron: "Las puertas del jardín están cerradas y nadie nos ve. Nosotros te deseamos; consiente, pues, y entrégate a nosotros. Si no, daremos testimonio contra ti diciendo que estaba contigo un joven y que por eso habías despachado a tus doncellas". Susana gimió: "¡Ay, qué aprieto me estrecha por todas partes! Si hago esto, es la muerte para mí; si no lo hago, no escaparé de vosotros. Pero es mejor para mí caer en vuestras manos sin haberlo hecho que pecar delante del Señor". Y Susana se puso a gritar a grandes voces. Los dos ancianos gritaron también contra ella, y uno de ellos corrió a abrir las puertas del jardín. Al oír estos gritos en el jardín, los domésticos se precipitaron por la puerta lateral para ver qué ocurría, y cuando los ancianos contaron su historia, los criados se sintieron muy confundidos, porque jamás se había dicho una cosa semejante de Susana. A la mañana siguiente, cuando el pueblo se reunió en casa de Joaquín, su marido, llegaron allá los dos ancianos, llenos de pensamientos inicuos contra Susana, para hacerla morir. Y dijeron en presencia del pueblo: "Mandad a buscar a Susana, hija de Jilquías, la mujer de Joaquín". Mandaron a buscarla, y ella compareció acompañada de sus padres, de sus hijos y de todos sus parientes. Todos los suyos lloraban, y también todos los que la veían. Los dos ancianos, levantándose en medio del pueblo, pusieron sus manos sobre su cabeza. Ella, llorando, levantó los ojos al cielo, porque su corazón tenía puesta su confianza en Dios. Los ancianos dijeron: "Mientras nosotros nos paseábamos solos por el jardín, entró esta con dos doncellas. Cerró las puertas y luego despachó a las doncellas. Entonces se acercó a ella un joven que estaba escondido y se acostó con ella. Nosotros, que estábamos en un rincón del jardín, al ver esta iniquidad, fuimos corriendo donde ellos. Los sorprendimos juntos, pero a él no pudimos atraparle porque era más fuerte que nosotros, y abriendo la puerta se escapó. Pero a esta la agarramos y le preguntamos quién era aquel joven. No quiso revelárnoslo. De todo esto nosotros somos testigos". La asamblea les creyó como ancianos y jueces del pueblo que eran. Y la condenaron a muerte. Entonces Susana gritó fuertemente: "Oh Dios eterno, que conoces los secretos, que todo lo conoces antes que suceda, tú sabes que estos han levantado contra mí un falso testimonio. Y ahora voy a morir, sin haber hecho nada de lo que su maldad ha tramado contra mí". El Señor escuchó su voz y, cuando era llevada a la muerte, suscitó el santo espíritu de un jovencito llamado Daniel, que se puso a gritar: "¡Yo estoy limpio de la sangre de esta mujer!". Todo el pueblo se volvió hacia él y dijo: "¿Qué significa eso que has dicho?" Él, de pie en medio de ellos, respondió: "¿Tan necios sois, hijos de Israel, para condenar sin investigación y sin evidencia a una hija de Israel? ¡Volved al tribunal, porque es falso el testimonio que estos han levantado contra ella!". Todo el pueblo se apresuró a volver allá, y los ancianos dijeron a Daniel: "Ven a sentarte en medio de nosotros y dinos lo que piensas, ya que Dios te ha dado la dignidad de la ancianidad". Daniel les dijo entonces: "Separadlos lejos el uno del otro, y yo les interrogaré". Una vez separados, Daniel llamó a uno de ellos y le dijo: "Envejecido en la iniquidad, ahora han llegado al colmo los delitos de tu vida pasada, dictador de sentencias injustas, que condenabas a los inocentes y absolvías a los culpables, siendo así que el Señor dice: "No matarás al inocente y al justo". Conque, si la viste, dinos bajo qué árbol los viste juntos". Respondió él: "Bajo una acacia". "En verdad", dijo Daniel, contra tu propia cabeza has mentido, pues ya el ángel de Dios ha recibido de él la sentencia y viene a partirte por el medio". Retirado este, mandó traer al otro y le dijo: "¡Raza de Canaán, que no de Judá; la hermosura te ha descarriado y el deseo ha pervertido tu corazón! Así tratabais a las hijas de Israel, y ellas, por miedo, se entregaban a vosotros. Pero una hija de Judá no ha podido soportar vuestra iniquidad. Ahora, pues, dime: ¿Bajo qué árbol los sorprendiste juntos?". Él respondió: "Bajo una encina". En verdad, dijo Daniel, tú también has mentido contra tu propia cabeza: ya está el ángel del Señor esperando, espada en mano, para partirte por el medio, a fin de acabar con vosotros". Entonces la asamblea entera clamó a grandes voces, bendiciendo a Dios que salva a los que esperan en él. Luego se levantaron contra los dos ancianos, a quienes, por su propia boca, había convencido Daniel de falso testimonio y, para cumplir la ley de Moisés, les aplicaron la misma pena que ellos habían querido infligir a su prójimo: les dieron muerte, y aquel día se salvó una sangre inocente".


Salmo de hoy lunes.

Salmo Responsorial de las lecturas de la Santa Misa de hoy, tomado del Salmo 23(22)

"Aunque camine por valles oscuros, no temeré ningún mal". (R)

  • El Señor es mi pastor; nada me falta. Frescos y verdes son los pastos donde él me da descanso. Cerca de aguas tranquilas me conduce, para reanimar mi espíritu decaído.

"Aunque camine por valles oscuros, no temeré ningún mal". (R)

  • Él me guía por el camino recto; es fiel a su nombre. Aunque camine por valles oscuros, no temeré ningún mal. Tú estás allí con tu cayado y tu bastón; con ellos me das consuelo.

"Aunque camine por valles oscuros, no temeré ningún mal". (R)

  • Me has preparado un banquete a los ojos de mis enemigos. Has ungido con aceite mi cabeza; mi copa está rebosando.

"Aunque camine por valles oscuros, no temeré ningún mal". (R)

  • El bien y la bondad me acompañarán todos los días de mi vida. En la casa del Señor habitaré por los siglos de los siglos.

"Aunque camine por valles oscuros, no temeré ningún mal". (R)


Aclamación de hoy.


Gloria a ti, oh Cristo, que eres la Palabra de Dios. Ahora es el tiempo favorable, este es el día de la salvación. Gloria a ti, Cristo, que eres la Palabra de Dios. (Aclamación del Evangelio de hoy, tomada de 2 corintios 6,2)


Evangelio de hoy: Juan 8,1-11.

Evangelio de hoy explicado - Lecturas de hoy lunes, para el Santo Evangelio del día: "El que esté libre de pecados, que tire la primera piedra".

En aquel tiempo, Jesús se fue al monte de los Olivos. Pero de madrugada se presentó otra vez en el Templo, y todo el pueblo acudía a él. Entonces se sentó y se puso a enseñarles. Los escribas y fariseos le llevan una mujer sorprendida en adulterio, la ponen en medio y le dicen: "Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. Moisés nos mandó en la Ley apedrear a estas mujeres. ¿Tú qué dices?" Esto lo decían para tentarle, para tener de qué acusarle. Pero Jesús, inclinándose, se puso a escribir con el dedo en la tierra. Pero, como ellos insistían en preguntarle, se incorporó y les dijo: "Aquel de ustedes que esté libre de pecados, que arroje la primera piedra". E inclinándose de nuevo, escribía en la tierra. Ellos, al oír estas palabras, se iban retirando uno tras otro, comenzando por los más viejos; y se quedó solo Jesús con la mujer, que seguía en medio. Incorporándose Jesús le dijo: "Mujer, ¿dónde están? ¿Nadie te ha condenado?" Ella respondió: "Nadie, Señor". Jesús le dijo: "Tampoco yo te condeno. Vete, y en adelante no peques más". Palabra del Señor.


Reflexión del Papa Francisco.

"El Señor nunca se cansa de perdonar: ¡nunca! Somos nosotros los que nos cansamos de pedirle perdón. Pidamos la gracia de no cansarnos de pedir perdón". Papa Francisco.

En el Evangelio de hoy, vemos una hermosa historia. Primero tenemos a Jesús solo en la montaña, orando. Estaba orando solo. Luego volvió al Templo, y todo el pueblo acudió a él. Jesús en medio del pueblo. Y luego, al final, lo dejaron solo con la mujer. ¡Qué soledad la de Jesús! Pero es una soledad fecunda: la soledad de la oración con el Padre, y la hermosa soledad que es el mensaje de la Iglesia para hoy: la soledad de su misericordia con esta mujer.

Y entre la gente vemos una variedad de actitudes: estaba toda la gente que se acercaba a él, se sentaba y comenzaba a enseñarles: la gente que quería escuchar las palabras de Jesús, la gente con el corazón abierto, hambrienta de la palabra de Dios. Había otros que no oían nada, que no podían oír nada; y estaban los que habían traído a esta mujer: "Escucha, Maestro, esta mujer ha hecho tal y tal cosa... debemos hacer lo que Moisés nos mandó hacer con mujeres como esta".

Creo que también nosotros somos personas que, por un lado, queremos escuchar a Jesús, pero, por otro, a veces, nos gusta encontrar un palo con el que golpear a los demás, con el que condenar a los demás. Y Jesús tiene un mensaje para nosotros: la misericordia. Creo, y lo digo con humildad, que este es el mensaje más poderoso del Señor: la misericordia. Fue él mismo quien dijo: "No he venido por los justos". Los justos se justifican a sí mismos. Entonces, ¡aunque tú puedas, yo no puedo! Pero ellos creen que pueden. "Yo he venido por los pecadores" (Mc 2,17).

Piensa en las habladurías tras la llamada de Mateo: ¡se relaciona con pecadores! (cf. Mc 2,16). Él viene por nosotros, cuando reconocemos que somos pecadores. Pero si somos como el fariseo, ante el altar, que dijo: "Te doy gracias, Señor, porque no soy como los demás hombres, y sobre todo no soy como el que estaba a la puerta, como aquel publicano" (cf. Lc 18, 11-12), entonces no conocemos el corazón del Señor, ¡y nunca tendremos la alegría de experimentar esta misericordia! No es fácil confiarse a la misericordia de Dios, porque es un abismo que escapa a nuestra comprensión. Pero debemos hacerlo. "¡Oh, Padre, si conocieras mi vida, no me dirías eso!". "¿Por qué, qué has hecho?" "¡Oh, soy un gran pecador!" "¡Tanto mejor! Ve a Jesús: ¡le gusta que le cuentes estas cosas!". Él olvida, tiene una capacidad muy especial para olvidar. Olvida, te besa, te abraza y simplemente te dice: "Yo tampoco te condeno; vete y no peques más" (Jn 8,11). Es el único consejo que te da. Al cabo de un mes, si estamos en la misma situación... Volvamos al Señor. El Señor nunca se cansa de perdonar: ¡nunca! Somos nosotros los que nos cansamos de pedirle perdón. Pidamos la gracia de no cansarnos de pedir perdón, porque Él nunca se cansa de perdonar. Pidamos esta gracia. (Homilía del Evangelio de hoy del Papa Francisco. 17 de marzo de 2013)


Oración de hoy.


Señor, que podamos primero juzgarnos a nosotros mismos ante que mirar los pecados ajenos. Nos reconocemos pecadores, ten misericordia de nosotros. Amén.


Frase de reflexión.


El Espíritu Santo, cuando lo invitamos a nuestras heridas, unge los malos recuerdos con el bálsamo de la esperanza, porque Él reconstruye la esperanza. (Papa Francisco, 3 de septiembre de 2019)


Reflexión del Evangelio de hoy.


Al meditar las lecturas y el Evangelio del día explicado, escuchemos ahora la meditación en audio del Santo Evangelio de hoy lunes, según San Juan 8,1-11: "El que esté libre de pecados, que arroje la primera piedra".


Pidamos ayuda al Espíritu Santo, para que nos ayude a meditar lo que nos ha dicho a cada uno de nosotros, la reflexión del Evangelio de hoy.


Intenciones del día.


Reflexión del Santo Evangelio de hoy lunes, 27 de marzo, 2023, según San Juan 8,1-11: "Aquel de ustedes que esté libre de pecados, que arroje la primera piedra". La oración del día nos ayuda con la meditación. ¿Qué pudiste reflexionar con el Evangelio del día? Escribe en los comentarios tus peticiones de oración.

Otros Evangelios del día.

Audio Evangelio: Fray Nelson Medina, OP.

Redacción y edición: Qriswell Quero, PildorasdeFe.net

pildorasdefe qriswell quero firma autorQriswell Quero, Venezolano, esposo y padre de familia, servidor, ingeniero y misionero de la fe. Comprometido con el anuncio del Evangelio. Creyente sólido de que siempre existen nuevos comienzos. Quien a Dios tiene nada lo detiene.

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