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Categoría: Evangelio del día
Boletín diario del Evangelio de hoy por email

Evangelio de hoy meditado por Papa Francisco. Mateo 11,2-11 - III Domingo de Adviento: Evangelio del día. Dios trae sanación y salvación

Evangelio de hoy - Mateo 11,2-11

Meditación del Evangelio del día - (Los signos de Dios): En aquel tiempo, Juan el Bautista oyó hablar en la cárcel de las obras de Cristo, y mandó a dos de sus discípulos para preguntarle: "¿Eres tú el que ha de venir o debemos esperar a otro?". Jesús les respondió: "Vayan a contar a Juan lo que ustedes oyen y ven: los ciegos ven y los paralíticos caminan; los leprosos son purificados y los sordos oyen; los muertos resucitan y la Buena Noticia es anunciada a los pobres. ¡Y feliz aquel para quien yo no sea motivo de tropiezo!". Mientras los enviados de Juan se retiraban, Jesús empezó a hablar de él a la multitud, diciendo: "¿Qué fueron a ver al desierto? ¿Una caña agitada por el viento? ¿Qué fueron a ver? ¿Un hombre vestido con refinamiento? Los que se visten de esa manera viven en los palacios de los reyes. ¿Qué fueron a ver entonces? ¿Un profeta? Les aseguro que sí, y más que un profeta. El es aquel de quien está escrito: Yo envío a mi mensajero delante de ti, para prepararte el camino. Les aseguro que no ha nacido ningún hombre más grande que Juan el Bautista; y sin embargo, el más pequeño en el Reino de los Cielos es más grande que él". Palabra del Señor.

Reflexión del Evangelio de hoy por el Papa Francisco.

Sobre el Evangelio de hoy - El episodio es el siguiente: Juan Bautista envía a sus discípulos a Jesús (Juan estaba en la cárcel) para hacerles una pregunta muy clara: "¿Eres tú quien debe venir o debemos esperar a otro?". Era justo en el tiempo de la obscuridad…

El Bautista esperaba con ansias el Mesías y en su predicación lo había descrito con colores fuertes como un juez que finalmente habría instaurado el reino de Dios y purificado a su pueblo, premiando a los buenos y castigando a los malos.

Él predicaba así: "El hacha ya está puesta a la raíz de los árboles: por eso el árbol que no produce buen fruto será cortado y arrojado al fuego" (Mt 3,10).

Ahora Jesús ha iniciado su misión pública con un estilo distinto; Juan sufre y en la doble obscuridad –en la obscuridad de la cárcel, en la obscuridad de la celda, y en la obscuridad del corazón no comprende este estilo y quiere saber si es Él el Mesías, o si más bien debe esperar a otro.

Y la respuesta de Jesús parece a primera impresión que no corresponde a la solicitud del Bautista. Jesús, de hecho, dice:

"Vayan a contar a Juan lo que han visto y oído: los ciegos ven, los paralíticos caminan, los leprosos son purificados y los sordos oyen, los muertos resucitan, la Buena Noticia es anunciada a los pobres. ¡Y feliz aquel para quien yo no sea motivo de escándalo!". (Lc 7, 22-23).

Aquí queda claro el intento del Señor Jesús: Él responde que es el instrumento concreto de la misericordia del Padre, que va al encuentro de todos llevando la consuelo y la salvación, y de este modo manifiesta el juicio de Dios.

Los ciegos, los paralíticos, los leprosos, los sordos recuperan su dignidad y no son más excluidos por su enfermedad, los muertos vuelven a vivir, mientras que a los pobres le es anunciada la Buena Noticia.

Y esta se convierte en la síntesis del actuar de Jesús, que en este modo hace visible y tangible el actuar mismo de Dios.

El mensaje que la Iglesia recibe de esta narración de la vida de Cristo es muy claro. Dios no ha mandado a su Hijo en el mundo para castigar a los pecadores ni para aniquilar a los malvados.

A ellos, en cambio, se les dirige la invitación a la conversión de modo que, viendo los signos de la bondad divina, puedan reencontrar el camino de regreso.

Como dice el Salmo: "Si tienes en cuenta las culpas, Señor, Señor, ¿quién podrá resistir? Pero en ti se encuentra el perdón, para que seas temido" (Salmo 130,3-4).

Audiencia general, 07 de septiembre de 2016)

Oración para el Evangelio de hoy.

Padre amado, gracias por todas las enseñanzas que a diario haces llegar a mi vida a través de distintas maneras. Quiero vivir de acuerdo a tu Palabra, entregarte mi corazón para que realices tu obra de amor en mí.

Gracias porque no me abandonas, porque a pesar de mis desánimos y pereza, Tú me inyectas el fuego que aviva la esperanza, me sostienes con tu mano poderosa y me invitas a vivir la alegría en mi corazón.

Tu sabiduría y tu amor es ilimitado, tu conocimiento es algo que sobrepasa nuestro entendimiento y esa autoridad con la que nos enseñas, no es algo que viene de este mundo sino de una compasión celestial. Por ello, quiero aprender a vivir humildemente tus acciones, apreciar tus milagros y aceptar con sencillez cada uno de los regalos de amor con los que has marcado la historia de la humanidad.

Oh Señor, Tú que eres la luz que nace de lo alto, ven e ilumíname para saber enfrentar los momentos difíciles que me toca vivir y responder sabiamente a aquellos que quieren tenderme trampas para verme tropezar.

Ven y fortalece mi voluntad para cumplir con fidelidad cada una de tus promesas y no caer en el error de creer que tu perdón y misericordia no pueden liberarme de las miserias de mi vida.

Quiero redescubrir tu poderosa presencia y reafirmarme con valentía en tu Santo Espíritu. Contigo, creo y sé que puedo salir victorioso de toda experiencia negativa.

Con la alegría de saberte a mi lado, me enrumbo a conquistar este día con un corazón restaurado e impulsado por la autoridad de tu amor. Amén

Propósito para hoy

Ofreceré 10 Avemarías pidiendo por mi propia conversión y para eliminar de mi vocabulario esas palabras obscenas que alejan al Espíritu Santo

Frase de reflexión

"El Señor lo ha dicho claramente: No se puede servir a dos amos. O Dios o las riquezas". Papa Francisco

Audio Evangelio de hoy

Comentarios del Evangelio de hoy en audio:
🎧 Escucha: Evangelio del día

Otros Evangelios del día.

Audio Evangelio: Fray Nelson Medina, O.P.

Redacción y edición: Qriswell Quero, PildorasdeFe.net

pildorasdefe qriswell quero firma autorQriswell Quero, Venezolano, esposo y padre de familia, servidor, ingeniero y misionero de la fe. Comprometido con el anuncio del Evangelio. Creyente sólido de que siempre existen nuevos comienzos. Quien a Dios tiene nada lo detiene.

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