Marcos 12,1-12 - IX lunes tiempo ordinario: ¿Qué podemos hacer para no matar la Palabra de Dios y ser dóciles al Espíritu Santo?
Evangelio según San Marcos 12,1-12
La parábola de los viñadores homicidas: "Jesús se puso a hablarles en parábolas: "Un hombre plantó una viña, la cercó, cavó un lagar y construyó una torre de vigilancia. Después la arrendó a unos viñadores y se fue al extranjero. A su debido tiempo, envió a un servidor para percibir de los viñadores la parte de los frutos que le correspondía. Pero ellos lo tomaron, lo golpearon y lo echaron con las manos vacías. De nuevo les envió a otro servidor, y a este también lo maltrataron y lo llenaron de ultrajes. Envió a un tercero, y a este lo mataron. Y también golpearon o mataron a muchos otros. Todavía le quedaba alguien, su hijo, a quien quería mucho, y lo mandó en último término, pensando: "Respetarán a mi hijo". Pero los viñadores se dijeron: "Este es el heredero: vamos a matarlo y la herencia será nuestra". Y apoderándose de él, lo mataron y lo arrojaron fuera de la viña. ¿Qué hará el dueño de la viña? Vendrá, acabará con los viñadores y entregará la viña a otros. ¿No han leído este pasaje de la Escritura: La piedra que los constructores rechazaron ha llegado a ser la piedra angular: esta es la obra del Señor, admirable a nuestros ojos?" Entonces buscaban la manera de detener a Jesús, porque comprendían que esta parábola la había dicho por ellos, pero tenían miedo de la multitud. Y dejándolo, se fueron" Palabra del Señor
Reflexión del Papa Francisco
Es posible adueñarse de la Palabra de Dios y disponer de ella según el propio gusto, si un cristiano no es humilde y no reza.
Éste es el drama de esta gente, ¡y también nuestro drama! Se adueñaron de la Palabra de Dios. Y la Palabra de Dios se vuelve palabra de ellos, una palabra según su interés, sus ideologías, sus teologías pero a su servicio.
Y cada uno la interpreta según su propia voluntad, según su propio interés. Éste es el drama de este pueblo. Y para conservar esto, asesinan. Esto sucedió a Jesús
Los jefes de los sacerdotes y de los fariseos comprendieron que hablaba de ellos cuando escucharon esta palabra de Jesús. Trataron de capturarlo y hacerlo morir.
De este modo la Palabra de Dios se vuelve muerta, se vuelve prisionera, el Espíritu Santo está enjaulado en los deseos de cada uno de ellos.
Y es exactamente lo que nos sucede a nosotros cuando no estamos abiertos a la novedad de la Palabra de Dios, cuando no somos obedientes a la Palabra de Dios.
Pero hay una frase que nos da esperanza. La Palabra de Dios está muerta en el corazón de esta gente; ¡también puede morir en nuestro corazón! Pero no termina, porque está viva en el corazón de los sencillos, de los humildes, del pueblo de Dios.
¿Y nosotros, qué podemos hacer para no matar la Palabra de Dios, para ser dóciles, para no enjaular al Espíritu Santo? Dos cosas sencillas: Humildad y Oración.
Esta gente no rezaba. No tenía necesidad de rezar. Se sentían seguros, se sentían fuertes, se sentían dioses. Humildad y oración: con la humildad y la oración vamos adelante para escuchar la Palabra de Dios y obedecerle.
En la Iglesia. Humildad y oración en la Iglesia. Y así, no nos sucederá a nosotros lo que le pasó a esta gente: no mataremos para defender la Palabra de Dios, esa palabra que nosotros creemos que es la Palabra de Dios, pero que es una palabra totalmente alterada por nosotros (Homilía en Santa Marta, 21 de marzo de 2014)
Oración de sanación
Señor, tu Palabra es aliento que da vida. Por medio de ella me indicas las formas en que debo obrar correctamente y cómo seguirla procurando el bien.
Dame la gracia de mantener mi espíritu sediento de tu amor, dejarme guiar por la bondad que proviene de la fuente inagotable de tu misericordia.
Tú eres el Hijo del Dios vivo. Ven y siembra en mí tus siete dones y dame el tiempo necesario para hacerlos florecer, con tu bendición no voy fallarte.
Lléname de tus consuelos para vivir una relación plena Contigo centrada en el amor y en el desprendimiento de las cosas del mundo. Solo así seré feliz.
No permitas que me separe de Ti, pues sin Ti nada soy, nada puedo. Solo con tu ayuda soy capaz de enfrentar y vencer los obstáculos de mi vida.
Te reconozco vivo y presente en la Eucaristía. A ella con frecuencia para amarte, adorarte y que te adueñes de ese terreno árido en mi corazón.
Ayúdame a mantener a brújula de mi ser en tu dirección para buscar mi bien, el de los míos y de todos los que me encuentro en mi camino de vida.
Tu misericordia es infinita, por eso confío en ella, en que me proteges y me bendices cada día para darte los frutos que te mereces. Amén
Propósito para hoy
Rezaré un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria por la conversión de los pecadores, por la paz de los países en conflictos y por todos los cristianos que están siendo perseguidos a causa de la fe
Frase de reflexión
"Jesús nunca está lejos de nosotros pecadores. Él quiere derramar sobre nosotros, sin medida, toda su misericordia". Papa Francisco
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