Papa Francisco: Hay quienes se dejan encerrar en la tristeza y hay quienes están abiertos a la esperanza
"Jesús no se deja llevar por la tristeza de la muerte de su amigo... Hay quienes se dejan encerrar en la tristeza y hay quienes están abiertos a la esperanza.", así lo dijo el Papa Francisco a los sobrevivientes de un terremoto.
Elevando una reflexión sobre este poblado que fue un día azotado por la naturaleza, el Papa Francisco animó a los sobrevivientes, que se encontraban reunidos en una pequeña plaza situada frente a la catedral de Mirandola, que aún está cubierta de escombros y donde aún se apilan piedras rotas en el suelo:
"Mirando estas cicatrices, ustedes tendrán la fuerza para crecer y hacer que sus hijos crezcan en dignidad, en fuerza, en espíritu de esperanza, en ese coraje que tuvieron en el momento en que fueron hechas esas heridas".
Al visitar Carpi y Mirandola, casi cinco años después de que un terremoto de 5.8 sacudió la región italiana de Emilia-Romagna, el Papa Francisco exhortó que su visita daba un aire de cercanía y aliento mientras que los habitantes continúan reconstruyendo sus hogares y sus vidas.
Antes de dirigirse a la multitud, el Papa Francisco puso un ramo de flores blancas y amarillas en el altar principal de la catedral, cerrando los ojos en oración y luego levantando su mano en señal de bendición.
El Papa Francisco le dijo a la gente de Mirandola que quería recordar y orar por las víctimas, sus familias y por todos aquellos que siguen viviendo en situaciones precarias.
"Que el Señor permita que cada uno de ustedes sienta su apoyo. Quería dejar en el altar de la catedral un ramo de flores en memoria de los que murieron en el terremoto".
Para celebrar la misa en la plaza, el Papa Francisco habló sobre la historia del Evangelio dominical, que trataba de Jesús alzando a Lázaro de entre los muertos, y era un recordatorio del "Dios de la vida, que conquista la muerte".
Dios comparte el sufrimiento y lo transforma
Incluso Jesús, que reza y llora en la tumba, comparte los sufrimientos de los que lloran cuando todo parece haber terminado.
Este es el corazón de Dios: que se encuentra lejos del mal, pero cerca de los que sufren. Él no hace que el mal desaparezca mágicamente, sino que comparte el sufrimiento, lo hace suyo y lo transforma.
Sin embargo Jesús no se deja llevar por la tristeza de la muerte de su amigo, ni se permite ser capturado por el ambiente emocional ni mucho menos resignarse con lo que lo rodea. Él, en su lugar, ora con confianza a Dios.
Así, en el misterio del sufrimiento, ante el cual el pensamiento y el progreso se estrellan como moscas en una ventana, Jesús nos ofrece y facilita el ejemplo de cómo actuar.
Él no escapa del sufrimiento que pertenece a esta vida, sino que no se deja llevar por el pesimismo.
La imagen de Jesús de pie frente a la tumba representa un gran encuentro-conflicto, en que un lado representa la desesperación provocada por la mortalidad humana y el otro lado representa la esperanza dada por Cristo que es victorioso sobre la muerte.
¿De qué lado quieres estar?
Los cristianos están llamados a decidir de qué lado quieren estar.
Usted puede estar en el lado de la tumba o el lado de Jesús. Hay quienes se dejan encerrar en la tristeza y hay quienes están abiertos a la esperanza.
Hay quienes permanecen atrapados bajo los escombros de la vida, y aquellos, como ustedes, que con la ayuda de Dios levantan los restos y construyen con paciencia y esperanza
Dios quiere abrirte caminos
No caer en la tentación de permanecer solos, desalentados y en duelo como aquellos que perdieron la esperanza después de la muerte de Lázaro.
Esta es una atmósfera de tumba. Y el Señor quiere abrir el camino de la vida, el del encuentro con él, el de confiar en él, el de la resurrección del corazón, quiere abrir el camino que te dice:
"¡Levántate! ¡Levántate! ¡Vamos!"
Esto es lo que el Señor nos pide que hagamos y él está cerca de nosotros para que tengamos la capacidad hacerlo.
