Papa Francisco: El consueloque Cristo ofrece a los cansados y oprimidos no es meramente un alivio psicológico o una limosna, sino alegría
Papa Francisco: El consuelo de Jesús no es alivio psicológico, es alegría.
"El consuelo que Cristo ofrece a los cansados y oprimidos no es meramente un alivio psicológico o una limosna, sino la alegría de los pobres de ser evangelizados y de ser constructores de la nueva humanidad", así lo expresó el Papa Francisco durante la reflexión dominical del Ángelus, con una reflexión sobre la lectura del Evangelio del día (Mt 11:25-30), que explicó, está dividida en tres partes.
El 5 de julio, 2020, el Papa Francisco se dirigió a unos fieles que se encontraban un poco dispersos y bien distanciados en la Plaza de San Pedro en el Vaticano
Tomando la lectura del Evangelio del 14º Domingo del Tiempo Ordinario, El Papa Francisco indicó que el consuelo que Cristo ofrece a los cansados y oprimidos no es meramente un alivio psicológico o una limosna.
En la primera parte, "Jesús eleva una oración de bendición y de acción de gracias al Padre, porque reveló a los pobres y a los sencillos los misterios del Reino de los Cielos". Luego, en la segunda parte, "Revela la íntima y única relación entre Él y el Padre". Y finalmente, "Nos invita a ir a Él y a seguirlo para encontrar alivio".
Los misterios del Padre se revelan a los pequeños.
Cuando Jesús da gracias al Padre, lo alaba por haber guardado los secretos de su Reino ocultos a los que irónicamente llama "los sabios y los entendidos".
El Papa Francisco explicó que los llama así "con un velo de ironía, porque presumen de serlo y por lo tanto tienen un corazón cerrado".
Pero Jesús dice que los misterios de su Padre se revelan a los "pequeños", es decir, a los que se abren con confianza a su Palabra de salvación, que sienten la necesidad de Él y esperan todo de Él.
El Padre y el Hijo están en comunión.
El Papa Francisco, continuó: Entonces, Jesús explica que ha recibido todo del Padre. Lo llama "mi Padre", para afirmar la naturaleza única de su relación con él.
Sólo hay una reciprocidad total entre el Hijo y el Padre, cada uno conoce al otro, cada uno vive en el otro. Es esta comunión única la que da vida a la invitación de Jesús: "Vengan a mí...", porque el hijo desea dar lo que recibe del Padre.
Preferencia por los pequeños.
El Papa Francisco continuó señalando que "así como el Padre tiene una preferencia por los "pequeños", Jesús también se dirige a aquellos "que trabajan y están agobiados".
Destacó que la plena dedicación de Jesús al Padre, y su mansedumbre y humildad no son un modelo para los resignados, tampoco lo hace "simplemente una víctima", sino que vive esta condición "desde el corazón" en plena transparencia al amor del Padre, es decir, al Espíritu Santo.
Jesús es el modelo de los pobres de espíritu y de todos los demás bienaventurados del Evangelio, que hacen la voluntad de Dios y dan testimonio de su Reino.
El Papa Francisco concluyó su reflexión señalando que el consuelo que Cristo ofrece a los cansados y oprimidos no es meramente un alivio psicológico o una limosna, sino la alegría de los pobres de ser evangelizados y de ser constructores de la nueva humanidad.
El mensaje de Jesús es para todos.
Es un mensaje para todas las personas de buena voluntad, que Jesús sigue transmitiendo hoy en día en un mundo que exalta a los que se hacen ricos y poderosos, sin importar los medios, pisoteando a veces al ser humano y su dignidad.
También es un mensaje para la Iglesia, que está llamada a vivir las obras de misericordia y a evangelizar a los pobres.
El Papa Francisco concluyó invocando a la Virgen María para ayudarnos a "discernir sus signos en nuestras vidas y ser partícipes de esos misterios que, ocultos a los orgullosos, se revelan a los humildes".