Papa Francisco: La fe verdadera nos hace más caritativos, más misericordiosos, más honestos, más humanos, y mueve nuestros corazones a amar
"El único tipo de fanatismo que es aceptable para Dios es ser fanáticos del amor y de ayudar a otros", así lo dijo el Papa Francisco en su último día en Egipto, en una misa al aire libre en el Estadio de Defensa Aérea de El Cairo, construido por la rama antiaérea de las fuerzas armadas egipcias.
El Papa Francisco concelebró el evento con el patriarca católico copto Ibrahim Isaac Sedrak de Alejandría y los líderes de los otros ritos católicos en Egipto.
En su homilía, el Papa Francisco utilizó la lectura del Evangelio del día sobre el viaje de dos discípulos a Emaús para resaltar lo fácil que es sentir decepción, desesperación y derrota cuando uno está atrapado en una falsa noción de quién es Dios realmente. El Papa dijo lo siguiente:
La fe verdadera nos hace más caritativos, más misericordiosos, más honestos, más humanos, y mueve nuestros corazones a amar a todos sin importar el costo.
¿Cuántas veces caes en despesperación?
Los discípulos no podían creer que aquel que podía levantar a otros de entre los muertos y curar a los enfermos, acabara colgando en la cruz de la vergüenza.
Creyendo que Jesús estaba muerto, todos sus sueños murieron con Él en la cruz y fueron sepultados en la tumba.
¿Con qué frecuencia nos paralizamos al negarnos a trascender nuestras propias ideas acerca de Dios? Un Dios creado a imagen y semejanza de nosotros mismos. ¿Cuántas veces nos desesperamos al negarnos a creer que la omnipotencia de Dios no es de poder y autoridad, sino de amor, perdón y vida?.
Romper el corazón endurecido para encontrar a Dios.
Como esos discípulos, los cristianos nunca reconocerán el verdadero rostro de Dios hasta que dejen que sus ideas erróneas mueran en la cruz, se levanten de la tumba de su comprensión limitada y rompan sus corazones endurecidos como el rompimiento del pan en la Eucaristía.
No podemos encontrar a Dios sin antes crucificar nuestras concepciones estrechas de un dios que refleja sólo nuestra comprensión de la omnipotencia y el poder.
La fe verdadera nos hace ver al otro no como un enemigo a vencer, sino como un hermano o hermana para ser amado, servido y ayudado y conduce al diálogo, al respeto y al valor de defender los derechos y la dignidad de todo el mundo, no sólo de uno mismo.
Dios está complacido por una fe que es proclamada por nuestras vidas, porque el único fanatismo que los creyentes pueden ejercer es el de la caridad, cualquier otro fanatismo no viene de Dios y no le agrada.
