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Categoría: Papa Francisco

Papa Francisco: Los niños pagan también el precio de uniones inmaduras y de separaciones irresponsables, son las primeras víctimas

"No descarguemos sobre los niños nuestras culpas, por favor. Los niños no son jamás un error", fue parte de lo expresado por el Papa Francisco, durante su catequesis de la audiencia general, celebrada en la Plaza de San Pedro y ante más de miles de fieles y peregrinos procedentes de numerosos países.

El Papa Francisco, en esta oportunidad, abordó el tema de los niños, para continuar así su reflexión sobre la Familia. A continuación la catequesis del Santo Padre

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

En las catequesis sobre la familia completamos hoy la reflexión sobre los niños, que son el fruto más bello de la bendición que el Creador ha dado al hombre y a la mujer.

Ya hemos hablado del gran don que son los niños, hoy lamentablemente debemos hablar de las historias de pasión que viven muchos de ellos.

Los niños no son jamás un error

Tantos niños desde el inicio son rechazados, abandonados, les roban su infancia y su futuro. Alguien osa decir, casi para justificarse, que ha sido un error hacerlos venir al mundo. Esto es vergonzoso.

No descarguemos sobre los niños nuestras culpas, por favor. Los niños no son jamás un error. Su hambre no es un error, como no lo es su pobreza, su fragilidad, su abandono, tantos niños abandonados por las calles; y no lo es tampoco su ignorancia o su incapacidad, tantos niños que no saben qué es una escuela, y no lo es tampoco todo esto. A lo sumo, estos son motivos para amarlos más, con mayor generosidad.

¿A qué sirven solemnes declaraciones de los derechos del hombre y de los derechos del niño si luego punimos a los niños por los errores de los adultos?

Los niños abandonados es un grito que llega a Dios

Aquellos que tienen el deber de gobernar, de educar, pero, diría todos los adultos, somos responsables de los niños y de hacer cada uno lo que pueda para cambiar esta situación. Me refiero a la pasión de los niños.

Cada niño marginado, abandonado, que vive en la calle mendigando y con todo tipo de expediente, sin escuela, sin cuidados médicos es un grito que llega a Dios y que acusa el sistema que nosotros adultos hemos construido.

Y lamentablemente, estos niños son presa de los delincuentes, que los explotan para indignos tráficos y comercios, o adiestrándolos para la guerra y la violencia.

Pero también, en los países llamados ricos, tantos niños viven dramas que los marcan duramente, a causa de la crisis de la familia, de los vacíos educativos y de condiciones de vida a veces deshumanas.  

En todo caso, son infancias violadas en el cuerpo y en el alma. Pero a ninguno de estos niños el Padre que está en los cielos lo ha olvidado. Ninguna de sus lágrimas está perdida. Como tampoco se debe perder nuestra responsabilidad, la responsabilidad social de las personas, de cada uno de nosotros y de los Países.

Una vez Jesús reprochó a sus discípulos porque alejaban a los niños que los padres le llevaban, para que los bendijera. Es conmovedora la narración evangélica:

"Le trajeron entonces a unos niños para que les impusiera las manos y orara sobre ellos. Los discípulos los reprendieron, pero Jesús les dijo: Dejen a los niños, y no les impidan que vengan a mí, porque el Reino de los Cielos pertenece a los que son como ellos. Y después de haberles impuesto las manos, se fue de allí" (Mt 19,13-5).

Qué bella esta confianza de los padres y esta respuesta de Jesús. Cómo quisiera que esta página se transformara en la historia normal de todos los niños.

Es verdad que gracias a Dios, los niños con graves dificultades encuentran muy a menudo padres extraordinarios, dispuestos a todo sacrificio y a toda generosidad. Pero estos padres no deberían ser dejados solos. Deberíamos acompañar su fatiga, pero también ofrecerles momentos de alegría compartida y de alegría despreocupada, para que no estén ocupados sólo por la rutina terapéutica.

Cuando se trata de los niños, en todo caso, no se debería escuchar aquellas fórmulas de defensa legal de oficio, tipo: "después de todo, nosotros no somos un ente de beneficencia" o también "en su vida privada, cada uno es libre de hacer lo que quiere"; o también: "lo sentimos, no podemos hacer nada". Estas palabras no sirven cuando se trata de los niños.

Los niños son las primeras víctimas

Demasiado a menudo sobre los niños recaen los efectos de vidas desgastadas por un trabajo precario y mal pagado, por horarios insostenibles, por transportes ineficientes….

Pero los niños pagan también el precio de uniones inmaduras y de separaciones irresponsables, son las primeras víctimas; sufren los resultados de la cultura de los derechos subjetivos exasperados, y se transforman luego en los hijos más precoces.

A menudo, los niños absorben violencia que no están en condiciones de digerir y bajo los ojos de los grandes están obligados a acostumbrarse a la degradación.

También en esta época nuestra, como en el pasado, la Iglesia pone su maternidad al servicio de los niños y de sus familias.

Con los niños no se juega

A los padres y a los hijos de este nuestro mundo lleva la bendición de Dios, la ternura materna, el reproche firme y la condena decidida. Hermanos y hermanas, piénsenlo bien: Con los niños no se juega

Piensen en que cosa sería una sociedad que decidiera, de una vez por todas, establecer este principio: es verdad que no somos perfectos y que cometemos muchos errores.

Pero cuando se trata de los niños que vienen al mundo, ningún sacrificio de los adultos será juzgado demasiado costoso o demasiado grande, con tal de evitar que un niño piense que es un error, que no vale nada y que es abandonado a las heridas de la vida y a la prepotencia de los hombres. Qué bella sería una sociedad así. Yo digo que a esta sociedad se le perdonaría mucho, de sus innumerables errores. Mucho, de verdad.

El Señor juzga nuestra vida escuchando aquello que le refieren "los ángeles de los niños que ven siempre el rostro del Padre que está en los cielos" (cfr. Mt 18,10).

Preguntémonos siempre: ¿Qué le contarían a Dios de nosotros estos ángeles de los niños?

Papa Francisco. Catequesis Audiencia general, 08 de abril de 2015

 

Traducción y adaptación: Qriswell Quero, PildorasdeFe.net. Con información extraida de: Vatican News

pildorasdefe qriswell quero firma autorQriswell Quero, Venezolano, esposo y padre de familia, servidor, ingeniero y misionero de la fe. Comprometido con el anuncio del Evangelio. Creyente sólido de que siempre existen nuevos comienzos. Quien a Dios tiene nada lo detiene.

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