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Categoría: Devociones y oraciones

Recemos con el primer día de la Novena a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, Madre y Virgen del perpetuo socorro. Día 1: Confiamos en María, dulce esperanza

Novena a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro. Día 1: Dulce esperanza.

La Novena a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro es un homenaje a la Santísima Virgen María con la cual le damos gracias por su amor maternal y al mismo tiempo le pedimos su ayuda e intercesión, su socorro inmediato en medio de nuestras dificultades. Nuestra Señora tiene varios nombres en varios idiomas como Perpetuo Socorro, Nuestra Señora del Perpetuo Socorro y Madre del Perpetuo Socorro. A través de la Novena a Nuestra Señora del perpetuo socorro, reconocemos a María como nuestra madre maternal que nos cobija bajo su manto de amor.

La imagen o el icono de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro que generalmente la representa muestra a la Santísima Virgen protegiendo a Jesús con sus brazos alrededor de Él. Su rostro solemne no lo mira directamente a Él, sino a nosotros. Los dos arcángeles Miguel y Gabriel llevan instrumentos de la crucifixión de Cristo, una lanza y una esponja, una cruz de 3 barras y clavos. Las letras junto a cada figura identifican sus nombres usando el alfabeto griego.

Razones para rezar la Novena a la Virgen del Perpetuo Socorro.

Muchos somos los fieles que acudimos en masa a apreciar y venerar la imagen de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro en busca de su intercesión por una amplia gama de peticiones, incluidas la fortaleza, el bienestar, la protección, la sanación, la orientación materna y la libertad de la tentación.

La devoción a la Novena de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro es una muy profunda tradición de la fe católica en todo el mundo en la que, muy a menudo, se le piden oraciones de intercesión a la Santísima Virgen por un favor especial en una circunstancia de extrema necesidad. Ella es nuestra Madre y está dispuesta en venir a socorrernos cuando hace falta.

Novena a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro.

A continuación, te presentamos la forma de rezar y meditar la novena a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro. Busca un lugar silencioso y toma 5 minutos de respiración lentamente antes e iniciarla.


1. Oraciones iniciales de la Novena.

Pongámonos en la presencia del Señor. Busquemos un lugar silencioso y comencemos con el día 1.


Señal de la Cruz.

Por la Señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén


Oración de inicio.

Oh María, Madre del Perpetuo Socorro, te saludo con devoción filial. Renuevo la consagración de mí mismo, y todo lo que tengo para ti. Te agradezco por tu protección maternal y por las muchas bendiciones que he recibido a través de tu maravillosa misericordia y de la más poderosa intercesión. En todas mis necesidades, recurro a ti con una confianza ilimitada, oh Madre Auxiliadora, oh Madre de misericordia. Te suplico ahora que escuches mi oración y que obtengas de tu divino Hijo el favor que pido en esta novena.

Menciona aquí tu petición.

Alcánzame también para mí, querida Madre del Perpetuo Socorro, la gracia de poder imitarte y llegar a ser más como tú en la práctica de las virtudes de la humildad, la pureza, la sumisión a la voluntad de Dios y la caridad. Sé mi protectora en la vida, guárdame y guíame en los peligros, dirígeme en las dificultades, guíame en el camino de la perfección, y ayúdame en la hora de mi muerte, para que pueda ir a ver a Jesús y disfrutarlo, bendecirlo y amarlo eternamente en el cielo. Amén.


2. Oración y reflexión para el Primer día de la Novena.

Bendito sea por siempre nuestro Dios que te hizo a ti, oh María, tan poderosa, tan compasiva y tan lista para ayudar. ¿Qué sería de nosotros, pobres pecadores, sin ti? ¿Con qué cara, después de tantas veces haber merecido la desgracia y el castigo, podríamos ir ante nuestro juez soberano, y pedirle, no solo perdón, sino también favores y compartir la gloria eterna?

Bendita seas tú también, oh, Clemente Reina, por las muchas veces que te has interpuesto entre la justicia divina y yo, tu más indigno de los devotos, por haber apartado de mí la ira de Dios y por haber obtenido para mí tantas gracias. Estas gracias son mis deseos por aquellos que puedo y aún debo esperar de tu Perpetuo Socorro.

Por lo tanto, para el tiempo venidero, cada vez que sienta más dolorosamente el peso de mi indignidad, cuando todo parezca perdido, y me sienta tentado hasta a la desesperación, entonces, especialmente, lleno de confianza, invocaré su santo Nombre.

Haré que mi miseria sea un reclamo de tu misericordia. Creeré que si Dios me permite sentir mi debilidad, es para obligarme a arrojarme en los brazos de su misericordia y sobre ti, mi dulce y única esperanza. Planeo recordar esta resolución en mi momento de necesidad y concédeme que pueda ser fiel a ella hasta mi último aliento... Oh, Santísima Madre del Perpetuo Socorro, concédeme que nunca deje de recurrir a ti. Amén.

Recitar 3 Avemarías.

Jaculatoria: "Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, ruega por nosotros"


3. Acto de consagración a la Virgen del Perpetuo Socorro.

Santísima Virgen María, que para inspirarme con la más plena confianza, has estado dispuesta a tomar el dulce nombre de Madre del Perpetuo Socorro. Reconozco que mis pecados me hacen indigno de ser admitido entre el número de tus privilegiados hijos. Sin embargo, deseoso de disfrutar de tu misericordioso favor, me arrodillo a tus pies y humildemente postrado ante ti, yo (mencionar tu nombre) te consagro mi entendimiento, para que siempre pueda pensar en consagrarte mi corazón para que, después de Dios, pueda amarte sobre todas las cosas.

Oh mi Soberana Señora, dígnate a recibirme entre el número de tus hijos favorecidos, tómame bajo tu protección, ayúdame en todos mis deseos espirituales y temporales, pero especialmente a la hora de mi muerte.

Oh, Madre del Perpetuo Socorro, sé que me amas más de lo que puedo amarme a mí, confío todos mis intereses a tu cuidado: dispón de mí y de todo lo que me pertenece según tu agrado.

Oh Madre, bendíceme, y por tu poderosa intercesión, apóyame en la debilidad, de manera que, después de haberte sido fiel en el servicio durante esta vida, pueda alabarte durante, amarte y agradecerte eternamente en la próxima. Amén.


4. Oración final.

Oh Santa Virgen María, que para infundirnos una confianza ilimitada, has estado complacida de tomar el dulce nombre de Madre del Perpetuo Socorro, yo (Mencionar tu nombre) te imploro que vengas en mi ayuda siempre y en todas partes; en mis tentaciones; después de mis caídas; en mis dificultades; en todas las miserias de la vida, y sobre todo, en la hora de mi muerte.

Dame, amorosa madre, el deseo, y del mismo modo, el hábito de tener siempre recursos para ti. Me siento seguro de que si te invoco con fidelidad serás fiel y vendrás en mi ayuda. Alcánzame la gracia de orar a ti sin cesar, y con la confianza de un niño, para que en virtud de esta fiel oración pueda garantizar tu Perpetuo Socorro y mi perseverancia final. Bendíceme, Madre amorosa y siempre servicial, y reza por mí ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Oh Dios, que has querido que la Madre de tu Hijo unigénito sea la Señora del Perpetuo Socorro de todos los cristianos en la tierra, concédenos la gracia de invocarla con confianza en todas nuestras necesidades de alma y cuerpo, para que, salvadas a través de su protección y ayuda, podamos ser llevados a la visión eterna de Tu Gloria en el cielo: a través de Jesucristo nuestro Señor. Amén.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.


Acto de Confianza a la Virgen del Socorro.

Oh Madre del Perpetuo Socorro, concédeme que pueda invocar tu poderoso nombre, la protección de los vivos y la salvación de los moribundos. María Purísima, que tu nombre esté siempre en mis labios. No se demore, Bendita Señora, en rescatarme cada vez que la llame. En mis tentaciones, en mis necesidades, nunca dejaré de llamarte, repitiendo siempre tu nombre sagrado, María, María. ¡Qué consuelo, qué dulzura, qué confianza llena mi alma cuando pronuncio tu sagrado nombre o incluso solo pienso en ti! Agradezco al Señor por haberte dado un nombre tan dulce, tan poderoso, tan encantador. Pero no me conformaré con pronunciar tu nombre. Que mi amor por ti me impulse a saludarte siempre como Madre del Perpetuo Socorro.

Santa Virgen del Perpetuo Socorro, ruega por mí y concédeme el favor que te pido con confianza ahora.

Rezar tres Avemarías.

Novena a la Virgen del Perpetuo Socorro completa.

Hemos preparado para ti, la novena a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro para que sea rezada en todo momento, sobre todo en las dificultades y problemas.

Redacción y edición: Qriswell Quero, PildorasdeFe.net

pildorasdefe qriswell quero firma autorQriswell Quero, Venezolano, esposo y padre de familia, servidor, ingeniero y misionero de la fe. Comprometido con el anuncio del Evangelio. Creyente sólido de que siempre existen nuevos comienzos. Quien a Dios tiene nada lo detiene.

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