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Categoría: Testimonios

Si tienes una capilla de Adoración Perpetua cerca, ve a visitar a Nuestro Señor. Si no, tal vez puedes idear cómo iniciar una

Digo que la Adoración Perpetua es un regalo porque no está disponible en todas las iglesias, por lo tanto, me siento verdaderamente bendecida porque la ofrecen en mi parroquia, desde hace más de 16 años.

Cuando empezó, mi papá, durante muchos años nos llevaba una hora. Mi marido y yo ayudábamos a cubrir la hora si él estaba ausente, pero en realidad nunca pensé en tomar mi propia hora, y nunca lo hice hasta el pasado diciembre, cuando sentí un llamado a pasar más tiempo con Jesús en el Santísimo Sacramento.

Sé que Dios obra en nuestras vidas de manera misteriosa, y realmente no había estado abierta a esas formas, sino hasta hace algunos años.

Una conexión con Dios

He estado involucrada con diferentes ministerios dentro de mi parroquia, haciéndolos como todos los hacemos, pero en realidad no me concentraba en lo que Dios quería que yo hiciera. A medida que me fui involucrando más en mi parroquia y ofreciéndome como voluntaria a hacer más cosas, me sentía más conectada con Dios.

Pude ver cómo Dios estaba trabajando en mi vida, cosas antes había creído que eran una coincidencia, eran en realidad guías y ayudas que Dios me daba. Por ejemplo, cuando salía de la casa (después de lo previsto, por lo que llegaría a tarde), y de alguna manera todas las luces de los semáforos estaban en verde y milagrosamente, lograba llegar a tiempo o incluso antes.

Dios también ha puesto a muchas personas en mi vida que me han ayudado, si las nombrara a todas, te aburriría, pero puedo decir que hay mucha gente con que la que trabajo en estrecha colaboración, a través de la iglesia, con quienes siento una conexión especial y no los tendría en mi vida si no fuera por mi pasión por Dios y por la Iglesia.

Estoy muy agradecida con Dios por estas personas increíbles. Me ayudan a superar algunos momentos difíciles y a reír incluso cuando pensaba que no podía.

Descubriendo el regalo de la Adoración

Mientras más tiempo invertía y más me involucraba en la Iglesia, me di cuenta de que siempre estaba dándole gracias a Dios (verbalmente, en el carro y donde sea que sintiera que Él estaba trabajando en mi vida), pero era sólo una tendencia general. No iba directamente a Él para decir gracias, y tenía ese regalo en mis manos cada vez que iba a la iglesia para trabajar en algunas cosas o ir a una reunión.

Así que finalmente, me decidí a ir a la capilla cuando sentía la necesidad, cuando estaba preocupada, frustrada, estresada o simplemente necesitaba despejar mi mente.

Empecé a notar que me sentía aliviada y un poco menos estresada cuando me iba. Así que un día en diciembre, decidí tomar una hora en nuestra capilla de Adoración perpetua y desde ese momento ha cambiado mi vida de una manera maravillosa para siempre. Veamos si puedo explicar cómo.

He tenido varios encuentros con Dios dentro de mi tiempo en la capilla de Adoración Perpetua. Algunas veces ese tiempo eran las horas que dedico a Él cada semana, pero muchas veces eran momentos que me detenía para darle gracias o hablar con Él acerca de algo que me estaba molestando.

Señales de Dios

A continuación te contaré una de mis experiencias más memorables (y poderosas):

Un día, fui a la capilla a rezar (no durante mi hora fija de adoración) acerca de algunos de los proyectos que había estado haciendo. Había tomado en el diseño de un nuevo sitio web para nuestra iglesia (soy profesora de matemáticas de la escuela secundaria por lo que no es mi campo de especialización), así como algunos otros proyectos relacionados con la iglesia y quería estar segura de que estaba haciendo lo que Él había planeado para mí.

Así que cuando me senté en la capilla rezando, una de las niñas de nuestra parroquia entró y nos entregó a mí y otra mujer (que estaba en su hora de adoración) un rosario. Ambas le dimos las gracias, yo por su nombre porque la conocía, y después ella salió de la capilla.

Seguí con mis oraciones, pero esta vez pidiendo a Dios que me diera una señal de que estaba haciendo lo que Él quería que hiciera. Dije:

"Por favor, dame una señal para saber que esto es lo que quieres de mí."

Yo acababa de terminar y la niña entró de nuevo, pero esta vez vino solo a mí y me entregó un rosario azul (el mismo color del rosario con el que siempre rezo). No sé por qué, pero al salir de la capilla, la miré y ella me sonrió y me mostró un pulgar hacia arriba. Lo supe entonces, ella había sido ese ángel enviado por Dios que me dejaba saber que estaba haciendo lo que Él me había pedido.

¡Qué increíble sentimiento y experiencia! Todavía me emociono cuando comparto esa historia.

Tuve otra experiencia verdaderamente divina recientemente, durante la hora de adoración fija que paso con el Señor en la Capilla.

Resumiré brevemente ese día para que puedan entender mejor la historia. Empecé el día sábado, con la misa a las 8 am y luego tomé el primero de mis exámenes finales de mi programa de doctorado en Teología. Tuve el examen desde las 9am hasta las 2pm. Yo había pensado que me llevaría un par de horas, tal vez dos o tres, para terminarlo, pero necesité las cinco horas enteras y lloré varias veces porque era bastante difícil.

Entonces busqué a mis hijos en casa de mis suegros (que me estaban haciendo el favor de cuidarlos), y fuimos a un festival local donde mi marido estaba trabajando como voluntario del equipo de emergencia. Nos quedamos allí por un tiempo y luego nos dirigimos a la fiesta sorpresa para mi suegro en un restaurante local. ¿Mencioné que el día era extremadamente caliente y húmedo?

Así que para cuando había terminado con todo eso, estaba exhausta, pero hora después tendría mi turno de adoración al Santísimo Sacramento a las 9pm.

Estaba tan cansada que quería pedirle a mi compañero de oración que tomara la hora él solo, pero antes de que tuviera oportunidad, me envió un mensaje y me preguntó si yo iba a estar allí. Dije sí. Me dijo que iba a ir temprano para poder salir temprano, ya que él aún tenía su horario invertido ​​(él había regresado la noche anterior de estar 2 semanas fuera del país en otro con un huso horario distinto). Le dije que no había problema, pero me di cuenta que ahora tenía la obligación de ir.

Así que fui, a pesar de estar tan cansada de mi examen y de todo el ajetreo del día, pero olvidé por completo todos mis libros de oraciones y otras lecturas que por lo general llevo a la capilla.

Definitivamente no fue mi día, pero Dios trabaja de maneras misteriosas. Sentía que Él me estaba llamando a hacer más de lo que estaba haciendo. Como estaba en la capilla esa noche y ya había hecho todas las oraciones que se me ocurrieron, busqué en la biblioteca algo para leer, y me encontré con lo que Dios me estaba llamando a hacer.

Leí un libro llamado "Milagros de 5 minutos", de Linda Schubert. En este libro, leí cómo no sólo estamos llamados a orar por la gente, que es lo que hago todo el tiempo, sino que también, estamos llamados a orar CON la gente. ¡Qué idea tan MARAVILLOSA! Así que compartí eso en Facebook y tenía muchas personas que decían que les encantaría que rezara con ellos. Estoy muy emocionada.

Así que si quieres que ore contigo, ¡pregúntame en cualquier momento! Estoy muy inspirada en mi vida y Dios ha sido tan bueno conmigo, al darme el mejor esposo y unos hijos que nadie podría pedir, una buena familia y amigos y una parroquia que es solidaria y acogedora, soy una mujer verdaderamente bendecida.

Si tienes una capilla de Adoración Perpetua cerca, ve a visitar a Nuestro Señor. Comienza a ir a verlo sólo por un tiempo y luego pasa tiempos más largos. Si te sientes conmovido, toma una hora. Les puedo decir, será la mejor hora (tal vez con excepción de la misa) de su semana.

Si no tienes una capilla Adoración Perpetua cerca de ti, tal vez puedas idear cómo iniciar una. ¡Nunca es muy tarde!

Traducción y adaptación: Andrea Pérez, PildorasdeFe.net. Con información extraida de: Catholic365

pildorasdefe andrea perez de quero firmaAndrea Pérez, Venezolana viviendo en Ecuador, hija de Dios, mujer de fe, madre y esposa. De profesión ingeniera, y de corazón misionera. Trabajando día a día en mi crecimiento espiritual y buscando la coherencia, tomando como guía la frase de San Pablo: Cambia tu manera de pensar y cambiará tu manera de vivir (Ro 12,2)

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