Este sitio web utiliza Cookies para mejorar la experiencia de usuario, además de mejorar la velocidad y la seguridad del sitio durante su visita. Estas cookies se utilizan para adaptar el contenido de la web a las preferencias del Usuario del Servicio y optimizar el uso del sitio, las cuales permiten que el dispositivo reconozca al usuario y muestre adecuadamente el servicio ofrecido, adaptada a sus necesidades individuales. Puede retirar su consentimiento u oponerse al procesamiento de datos basado en intereses legítimos en cualquier momento haciendo clic en "Configuración" o en nuestra Política de Cookies en este sitio web. Te invitamos a leer nuestra política de privacidad
FACEBOOK
TWITTER
WHATSAPP
TELEGRAM
Categoría: Reflexiones
Boletín diario del Evangelio de hoy por email

Si soy dócil a las enseñanzas que Dios me envía mi dolor se puede transformar en una hermosa melodía que debo compartir con los demás

Una hermosa melodía que debo compartir con los demás.

Tuve el gusto de platicar con Soraya* (nombre ha sido cambiado para mantener el anonimato), el día en que ambas asistimos a un concierto de música de tango y disfrutamos mucho de las melodías, que eran preciosas. Ella me dijo que lloró al sentir en el alma, la belleza de lo que se puede componer, cuando las personas se coordinan y dan lo mejor de sí mismas, regalando los diferentes talentos que Dios les dio.

Sin embargo, dijo, fueron las palabras del Maestro César Holguín, bandoneonista, lo que más le llamó la atención esa noche. Él decía: "es que ya estoy viejo...", entre una interpretación y la otra, sin embargo, dice Soraya, ¡La maestría con que tocaba su instrumento era magnífica, hipnotizante!, su edad solo resaltaba los años de experiencia que aprovechó para perfeccionar su talento. Realmente era un gran regalo escucharlo ese día. Por eso, dice Soraya, se preguntó:

"Y a mí, ¿Cuánta música me queda dentro por descubrir? ¿Comparto mi talento con los demás para su gozo? ¿Me coordino con los que me rodean o quiero imponer mi sonido por encima de los demás? Y lo más importante, ¿Doy Gloria a Dios por ese don, o en mi soberbia me llevo el crédito que no me corresponde?".

Días después volví a ver a Soraya y entonces me platicó que durante este tiempo tuvo varias experiencias más, para disfrutar la música en otros géneros y el talento de otras personas, pero que las palabras del Maestro Holguín se quedaron en su interior y la llevaron a recordar un fragmento de la película "Mi amada inmortal" con el actor Gary Oldman, en donde la genialidad de Beethoven se descubre al final, al compartir con los demás un recuerdo de su vida convertida en sinfonía. ¿Cuánto es ficción o cuánto realidad? No importa. Por lo que hay que dar gracias es que no se limitó a sí mismo ni dijo: "es que soy sordo y viejo...", sino que creó una hermosa melodía que compartió y ha sido el deleite de millones a lo largo del tiempo, incluida yo misma.

"Siempre me ha gustado esta parte de la película, porque yo también pienso que he tenido una experiencia similar", indicó Soraya

Hay veces, que mi vida se siente como esa parte de la película. Siento un peligro inminente que me paraliza pensando en lo que podría pasar, pero tomo fuerzas desde el interior, corro y no me dejo atrapar. Constantemente salgo en fuga huyendo de mi realidad (A veces abusando de vicios y excesos), que solo me cansa, desgasta y no me da alivio. Finalmente, solo encuentro paz cuando baja la música, entro en el Agua, y estoy en esa unión fraterna con el Creador, es decir, en la oración.

Debo reconocer que no siempre esa oración me da este hermoso sentimiento de paz. Pueden pasar días en que vuelva a sentirlo, porque me he dado cuenta que es un regalo, una gracia, y que usualmente llega a mí cuando Dios así lo dispone y por lo general después de las más inquietantes carreras y sacudidas. Es difícil acostumbrarme, a que cuando más desasosiego tengo, debo recordar que es un preámbulo para recibir un regalo grande, y así fue en esta Pascua 2016.

Tuve una semana intensa de trabajo e inquietud, previo a los días santos. A veces mi oración era tan escasa, que me limitaba a decir: "Tu sabes que te di poco, pero en ese poco quise poner todo mi corazón", que es una frase de la oración no. 5 del Libro Encuentro, del Padre Ignacio Larrañaga.

Tuve recuerdos y experiencias de dolor e ira, parecía que más se agudizaban mientras llegaba el fin de semana. Por más que las entregaba en Sus Manos, no sentía paz. El sábado fue el peor día, sin embargo, gracias a Dios, recibí apoyo de alguien que se tomó el tiempo de aconsejarme y acompañarme en la distancia. También recordé que tenía que tener paciencia conmigo misma y con los demás. Paciencia…paciencia...

En la noche me fui a la Vigilia Pascual, que me pareció hermosa y fue ahí, en un momento inolvidable, en que Dios hizo que recordara una oración en particular. Llegando a casa la busqué, la oré y ahora todo tenía sentido. Me di cuenta que había librado una batalla y me sentí victoriosa. Igual que el Señor, pasé de la muerte y la oscuridad, a la luz y la alegría. Solo por su Gracia, había iluminado por un momento el cirio de mi interior y ahora podía ver con claridad mi don y mi vida".

De libro Paciencia (Libro Encuentro, no. 34, TOV) encontré este hermoso relato:

Hijo, si emprendes en serio el camino de Dios, prepara tu alma para las pruebas que vendrán; siéntate pacientemente ante el umbral de su puerta aceptando con paz los silencios, ausencias y tardanzas a las que Él quiera someterte, porque es en el crisol del fuego donde se purifica el oro. Señor Jesús, desde que pasaste por este mundo teniendo la paciencia como vestidura y distintivo, es ella la reina de las virtudes y la perla más preciosa de tu corona. Dame la gracia de aceptar con paz la esencial gratuidad de Dios, el camino desconcertante de la Gracia y las emergencias imprevisibles de la naturaleza. Acepto con paz la marcha lenta y zigzagueante de la oración y el hecho de que el camino para la santidad sea tan largo y difícil. Acepto con paz las contrariedades de la vida y las incomprensiones de mis hermanos, las enfermedades y la misma muerte, y la ley de la insignificancia humana, es decir: que, después de mi muerte, todo seguirá igual como si nada hubiese sucedido. Acepto con paz el hecho de querer tanto y poder tan poco, y que, con grandes esfuerzos he de conseguir pequeños resultados. Acepto con paz la ley del pecado, esto es: hago lo que no quiero, y dejo de hacer aquello que me gustaría hacer. Dejo con paz en tus manos lo que debiera haber sido y no fui, lo que debiera haber hecho y no lo hice. Acepto con paz toda impotencia humana que me circunda y me limita. Acepto con paz las leyes de la precariedad y de la transitoriedad, la ley de la mediocridad y del fracaso, la ley de la soledad y de la muerte. A cambio de toda esta entrega, dame la Paz, Señor. (Padre Ignacio Larrañaga)

Y dijo Soraya:

"Ahora me he dado cuenta que si soy paciente conmigo misma, si soy dócil a las enseñanzas que Dios me envía a través de su Palabra y de las palabras de mis amigos, mi dolor se puede transformar en una hermosa melodía que debo compartir con los demás. No soy músico, cantante, ni bailarina, ese no es mi don. Pero lo que Dios ha escrito en mí, hoy quiero compartirlo de esta manera: sonriendo, haciendo bien mi trabajo diario, buscando un resultado en beneficio de todos, sirviendo y amando a mis amigos o familiares de la mejor forma en que pueda hacerlo".

Para conocer más acerca de la espiritualidad de los Talleres de Oración y Vida, TOV, del Padre Ignacio Larrañaga OFM (Movimiento laical católico aprobado por la Santa Sede), consulta la página tovpil.org

Redacción y edición: Patricia Rocha, PildorasdeFe.net

pildorasdefe patricia rochaPatricia Rocha, Mexicana, madre de tres hijos jóvenes. Administradora de profesión. Guía del apostolado Talleres de Oración y Vida, fundados por el P. Ignacio Larrañaga OFM (QEPD). Consagrada al Inmaculado Corazón de María y comprometida en dar testimonio del Amor de Dios a través de la alegría y el servicio

Contenido publicado originalmente en Píldoras de fe, bajo el Link: https://www.pildorasdefe.net/aprender/reflexiones/hermosa-melodia-para-el-alma-para-compartir-con-los-demas - Puede copiar esta información en su Blog citando siempre la referencia a esta fuente consultada. Para compartir en sus redes sociales, utilice los botones compartir. Conozca términos legales - Pildorasdefe.net
Boletín diario del Evangelio de hoy por email
Apoya esta misión


Si crees que este apostolado ha sido de bendición para tu vida, y si está en tus posibilidades hacer una ofrenda voluntaria, de modo que sigamos llevando de forma gratuita esta buena obra, puedes hacerla a continuación.

Recursos de Utilidad