Buena noticia para los padres: Sí se puede enseñar a los hijos a ser más amables pero a través del ejemplo y requiere paciencia
4 consejos para enseñar a los hijos a ser más amables.
Podrían ser de mucha utilidad estos consejos para enseñar a los hijos a ser más amables para el mundo. Todos los padres probablemente han dicho a sus hijos: "sé más amable con tu hermana". Estamos de acuerdo en que queremos enseñar a los hijos a ser más amables, pero, ¿es la amabilidad algo que realmente se puede enseñar?
¡Por supuesto que sí! Se puede enseñar a ser más amable pero la mayoría de esta enseñanza se logra a través del ejemplo.
Como lograr enseñar a los hijos a ser más amables?
Si quieres que tu hijo sea amable, no desperdicies tu esfuerzo y tu aliento en darle conferencias o sesiones de algunos capítulos. La amabilidad no es algo que se enseña, se aprende. Para ser amable, el hijo tiene que experimentar esa amabilidad en su propio hogar.
Los hijos entienden la amabilidad a través de las interacciones diarias con sus padres. La empatía engendra empatía. La forma en que te diriges a alguien cuando llega a la puerta o le respondes a tu hijo incluso cuando estás cansado, es la forma en que tu hijo aprende a modelar su comportamiento y a tratar a las demás personas.
¿Por qué enseñar a los hijos a ser más amables?
Hay que enseñar a los hijos a ser más amables porque queremos un mundo mejor donde abunde la generosidad y no el egocentrismo. Una buena sociedad de construye a base de personas amables.
A través de una publicación extraída del blog Forum Libertas, queremos mostrarte un análisis interesante sobre cómo enseñar a los hijos a ser más amables.
Una investigación ha puesto de relevancia que este mensaje no es recibido por los menores: la mayoría cree que sus padres se sentirán más orgullosos de ellos si sacan buenas notas, por ejemplo.
La investigación elaborada en la Universidad de Harvard (Estados Unidos) y basada en encuestas a 10.000 niños de los últimos años de Primaria e Institutos de Estados Unidos, revela que los jóvenes de hoy en día valoran más su felicidad personal, y así creen que lo hacen sus padres.
"Cuando los jóvenes no priorizan el cuidado por los demás y la justicia sobre aspectos de éxito personal tienen más riesgos de desarrollar formas de comportamiento dañino como ser crueles, deshonestos y sin respeto por los demás", sentencian los autores del estudio.
4 consejos para que los hijos sean más amables.
Aun así, a juicio de los responsables del trabajo, hay "buenas noticias": la amabilidad y la justicia "aún cuentan" para jóvenes, padres y profesores y, siguiendo los siguientes consejos, se podrá conseguir que los niños de hoy sean ciudadanos éticos, amables y justos en la sociedad del mañana.
1. Deja que los niños practiquen ser más amables.
Los niños no nacen siendo "buenos" o "malos", todo depende de la educación.
Estos investigadores ponen el ejemplo de un instrumento: para aprender a tocarlo hay que practicarlo, y lo mismo ocurre con la amabilidad: se debe ensayar cada día, ayudando a un compañero con los deberes, por ejemplo.
Con ayuda de los adultos, los niños pueden aprender desde pequeños a desarrollar las habilidades que les sirvan para conocer cuándo y cómo intervenir en situaciones en las que otros están en peligro, por ejemplo, convirtiéndose así en personas honradas, según este trabajo.
2. Enséñale las dos habilidades esenciales.
Existen dos habilidades esenciales que los niños deben aprender. Por un lado, cercanía: estar atentos y escuchar a aquellos que están a su lado; y, por otro, perspectiva: ser capaces de ver la situación en su totalidad y las diferentes formas de enfrentarse a ella.
Si son capaces de ponerse en la piel de los demás, pensando en diferentes perspectivas según quién experimente la situación, estarán desarrollando interés por aquello que les pasa a los demás y, por tanto, podrán ser más justos en su entorno.
3. Sé tú su modelo a seguir.
Los padres que educan a los hijos son, a su vez, su modelo a seguir. Como explican los investigadores, ser el modelo de un hijo no significa ser perfecto ni tener las respuestas a todas y cada una de sus preguntas, significa lidiar con nuestros defectos, reconocer nuestros errores, escuchar a nuestros hijos y alumnos y conectar nuestros valores con su forma de ver el mundo.
Los padres y profesores, ejemplo para sus pupilos, también deben aprender a tener esa perspectiva de la que se hablaba antes, mostrándose comprensibles, empáticos y justos.
4. Ayuda a controlar los sentimientos destructivos.
Enfado, envidia, miedo o vergüenza son algunos de los sentimientos negativos más comunes. Los investigadores instan a los padres a enseñar a sus hijos a controlarlos y hacerlos constructivos.
Para concluir, los autores de este trabajo recomiendan la autocrítica: pararse a pensar qué mensaje se transmite a los niños, y si éste es realmente el que se quiere enviar.
Por su naturaleza inocente, los niños están, en cierto modo, predispuestos a ser amables. Así que los padres pueden aprovechar esta ventaja para poder enseñar a los hijos a ser más amables. La evolución humana no depende exclusivamente de la supervivencia del más apto, también es la supervivencia del más amable.
