Toma estos cuatro consejos prácticos que creo que todo cristiano debería tener en cuenta cuando está casado con un no creyente
Estaba hablando con una señora en nuestra Iglesia este domingo y con lágrimas en los ojos comenzó a hablarme de las luchas actuales en su matrimonio. Con una voz temblorosa, me dijo:
"Mi matrimonio se está desmoronando. Es posible que ni siquiera usted sepa que estoy casada, porque mi marido nunca viene a la iglesia conmigo. Él no es cristiano. Es como si viviéramos en dos planetas diferentes. Nuestros sistemas de valores, creencias y cosmovisiones son polos opuestos. Mi fe es lo más importante en mi vida, pero no puedo compartirla con él, porque cuando lo hago, él me acusa de predicarle. Siento que estamos alejándonos cada vez más. Oro por esto todos los días y hago todo lo que esté a mi alcance para mejorar nuestra relación, pero nada parece funcionar. ¿Qué debería hacer?"
He estado trabajando con parejas casadas durante mucho tiempo, y como predicador y consejero matrimonial uno de los mayores desafíos en el matrimonio que escucho de la gente dentro de la iglesia es el mismo desafío que enfrenta esta señora.
Dios sabía que este escenario podría crear un montón de angustia, por lo que da advertencias explícitas en las Escrituras para que un creyente no se case con un no creyente.
No importa la cantidad de química y compatibilidad que puedas pensar que tienes con alguien, si uno de ustedes es cristiano y el otro no lo es, NO se casen. Los mandamientos de Dios son siempre para nuestra protección.
Una vez que ya estés casado, no puedes construir una máquina del tiempo, por lo que las instrucciones de la Biblia sobre con quién decides casarte (o no casarte) ya no aplican.
La Biblia tiene instrucciones muy específicas para este escenario también. Voy a poner el pasaje más directo de la Escritura sobre este asunto a continuación y luego desenvolveré cuatro consejos prácticos que creo que todo cristiano debería tener en cuenta cuando está casado con un no creyente:
"Ahora, hablaré al resto de ustedes, aunque yo no tenga una orden directa del Señor. Si un hombre creyente tiene una esposa que no es creyente y está dispuesto a seguir viviendo con ella, no debe abandonarla. Y si una mujer creyente tiene un esposo que no es creyente y está dispuesto a seguir viviendo con él, no debe abandonarlo. Porque la esposa creyente trae la santidad a su matrimonio, y el esposo creyente trae la santidad a su matrimonio. Pero si el esposo o esposa que no es creyente insiste en irse, deben dejarlos ir. En tales casos, el esposo o esposa creyente ya no está enlazado al otro, porque Dios te ha llamado a vivir en paz. ¿Te das cuenta de que tu pareja podrían ser salvado por ti?" (1 Corintios 7,12-16).
A la luz de este pasaje, creo que todo cristiano que está casado con un no creyente debe tomar en cuenta los siguientes cuatro consejos:
1.- Promover la paz en el matrimonio
El pasaje anterior nos recuerda que estamos llamados a vivir en paz (1 Corintios 7:15). En términos prácticos, esto significa que no debes ocasionar peleas con tu cónyuge.
No trates de usar la culpa, la manipulación u otras demandas para que vean las cosas desde tu perspectiva. Jesús dijo:
"Bienaventurados los pacificadores". (Mateo 5: 9)
Esfuérzate por ser el que resuelve los conflictos en tu matrimonio, no el que los inicie.
2.- Comparte tu fe con tus acciones.
Los sermones más serios no se dan sólo de palabras, sino con acciones. Probablemente no vas a convencer a tu esposo/esposa de que se convierta en cristiano, pero tus acciones pueden hacer que tu fe parezca tan atractiva que él/ella podría llegar a interesarse.
Incluso si nunca aceptan a Cristo, en su hogar van a tener más paz y alegría si están viviendo un ejemplo cristiano de amor y gracia.
3.- No trates de cambiarlo, ámalo
No trates de arreglar, cambiar o juzgar a tu cónyuge. Sólo ámalo. El resto es asunto de Dios.
Como cristiano, estás llamado a amar por encima de todo. Recuerda que el amor es paciente y bondadoso (1 Corintios 13,4), así que se paciente y amable con tu cónyuge.
Nunca serás responsable de las decisiones que tu cónyuge tome en última instancia, pero serás responsable de cómo lo amaste. No trates de cambiar a tu cónyuge; sólo ámalo.
El amor es la herramienta principal que Dios usa para cambiarnos a todos.
4.- La oración en el matrimonio
La oración es poderosa y siempre trae resultados. A veces Dios usa la oración para cambiar nuestras circunstancias, pero otras veces usa la oración para simplemente cambiar nuestra perspectiva sobre nuestras circunstancias.
Ora por tu cónyuge todos los días. Ora por la salvación de ambos. Ora para que Dios le ayude a amarle desinteresadamente.
Ora para que Dios te dé fuerza, gracia y aliento en aquellos días que te sientas solo en su matrimonio. Recuerda que Jesús está contigo y Él nunca te dejará ni te abandonará.
¿Crees que este artículo te ha servido? Por favor compártelo, tal vez estés ayudando a alguien más.
