5 cosas qué hacer cuando sientes que estás aburrido en tu matrimonio

El matrimonio. Es. Difícil. Cuanto más tiempo lleves casado, más retador se vuelve. Entre el trabajo, los niños, tus actividades, las actividades extracurriculares de los niños, las responsabilidades, cuidar por los padres mayores, las actividades de la iglesia, y la lista continua…, es fácil perder de vista a nuestro cónyuge. En lo que se refiere al romance, bueno, a veces simplemente no lo consigues.

En mi matrimonio hemos tenido nuestros altos y bajos en los quince años que llevamos de casados, pero puedo decir honestamente que a mi esposo lo amo más ahora que el día de nuestro matrimonio (lo sé, suena cursi, ¿verdad?). Pero en serio, lo amo más porque lo conozco más, y porque hemos trabajado a través de nuestros retos y dificultades juntos.

A veces, entre más conocemos a nuestro cónyuge, menos nos agrada, especialmente durante estas etapas difíciles y menos románticas. Ese "olor a macho" que tu esposo adquiere después de salir a correr de repente se vuelve realmente insoportable y lo más lejano a sexi, o el tono alto de su risa entrecortada por ronquidos, que al principio te parecía tan atractiva, ahora se siente como clavos rallando una pizarra en tus oídos.

Puede que incluso hayamos notado como nuestros esposos parecen más irritados con nosotros o menos propensos a darnos atención o afecto. Antes de darnos cuenta, nos encontramos en una exhaustiva lucha con nuestros cónyuges, y muchas veces solo queremos escapar en lugar de quedarnos con nuestro ser amado.

Pasamos menos tiempo junto, dejamos de hablar a menos que sea de "negocios", y el sexo, bueno, se convierte simplemente en una tarea de la lista. Nos volvemos más aburridos con nuestro cónyuge.

Es en estos momentos, más que en cualquier otro, que necesitamos cambiar las cosas antes que alguno diga o haga algo de lo que nos vayamos a arrepentir para siempre.

5 cosas qué hacer cuando estás aburrido en tu matrimonio

Siempre que mi esposo y yo nos enfrentamos a esas etapas locas que nos absorven la vida, que sobre todo han sucedido en los últimos años, trato de recordar las siguientes 5 cosas.

No es para nada una lista exhaustiva, pero nos ha ayudado durante estas etapas difíciles en que sentimos que nuestro matrimonio está algo aburrido.

1. Recuerda lo que te hizo querer decir: "Si, acepto".

Cuando estábamos comprometidos, mi esposo me escribió la más dulce carta de amor. La nota incluía una lista de las 10 cosas que más amaba de mí. Sé que suena totalmente cursi, pero aun la guardo y suelo verla de vez en cuando. Espero que aún me vea con todas esas virtudes y más aún, después de todo este tiempo.

Yo creo que cada uno de nosotros debe recordar porque nos enamoramos de nuestra esposa en primer lugar.

Es más difícil permanecer enojado o guardar resentimiento hacia nuestro cónyuge cuando reemplazamos esos sentimientos negativos con algunas más favorables, como el porque nos amamos.

2. Sé el primer motivador de tu cónyuge.

A través de los años, mi esposo y yo hemos hablado con muchas parejas que luchan en sus matrimonios simplemente porque hay una comunicación hiriente o simplemente no hay comunicación.

Es increíble como las palabras reafirmantes de mi esposo pueden elevar mi espíritu y ayudarme a saber que estamos en un buen lugar. Puedo observar cómo el comportamiento de mi esposo mejora cuando lo recibo con una sonrisa y una palabra de aliento aun cuando hubiese tenido un día duro.

Tenemos el poder de hacer que el otro se sienta amado y respetado, simplemente escogiendo las palabras correctas, y estoy agradecida que mi esposo decide motivarme una y otra vez (Romanos 15,5)

3. Muéstrale a tu cónyuge todos los días que estás comprometido con tu matrimonio.

¿Puede existir un matrimonio saludable sin compromiso? Por supuesto que no. De hecho, yo creo que el verdadero amor, el tipo de amor que Dios quiere que tengamos por nuestros cónyuges, puede existir únicamente cuando hay un completo compromiso con el otro.

Esta es la razón por la que públicamente decimos nuestros votos en el día de nuestra boda.

Podemos mostrarle al otro, todos los días, que estamos 100% comprometidos al escuchar al otro, pasar tiempo juntos, y siendo completamente honestos con el otro.

Yo amo como mi esposo siempre está dispuesto a escucharme, a veces por horas. Él hace de nuestras citas semanales una prioridad, y lo sé porque he visto acomodar su agenda y su tiempo para que nuestras citas semanales sean una realidad.

También es divertido ser creativo con lo que hacemos en nuestras citas ¡Mantenlas frescas y creativas!

También tenemos las mismas claves en los aparatos electrónicos. Como una pareja de casados, no queremos tener ningún secreto entre nosotros de forma que podamos mantener la confianza y la intimidad en nuestro matrimonio. (Hebreos 13,5).

4. Sean íntimos en todos los niveles.

Prometo que no estoy utilizando ningún tipo de lenguaje cómodo aquí; me refiero principalmente al sexo, pero es solo una parte de la intimidad.

El sexo es un maravilloso beneficio del matrimonio, y aun así muchas parejas casadas con las que he conversado o no tienen una vida sexual satisfactoria o no simplemente no tienen vida sexual.

Estaba recientemente conversando con unas amigas en un retiro de mujeres. Estas mujeres me decían que están totalmente enamoradas y atraídas de sus esposos pero que rara vez sienten deseos de tener sexo.

Entre más conversábamos más parecía que el problema era cansancio. Estas mujeres se sienten sobrecargadas, como muchas de nosotras, y el sexo se ha convertido en otra cosa que hacer en la lista de tareas.

El sexo puede ser solo un acto físico, pero Dios lo diseño para ser mucho más que eso. Él nos dio este increíble regalo para compartirlo con nuestro cónyuge como una hermosa celebración de nuestro amor y compromiso con el otro.

Es la comunión espiritual, mental y física de nuestras almas. Así que, hay mucho más que el siempre acto.

Como mujeres, es a menudo muy difícil hacer el espacio en nuestras mentes para incluso pensar en disfrutar el sexo con nuestros esposos, debido a las muchas responsabilidades y la forma en la que Dios diseño nuestras mentes, pero es crucial que lo hagamos.

Estamos robándonos a nosotras mismas y a nuestros esposos una de las cosas más íntimas del matrimonio cuando los rechazamos. Dios nos deja claro en Su Palabra que necesitamos completar las necesidades de intimidad física del otros (1 Corintios 7,3-5). No saques a Dios de tu vida sexual. 

No solo debemos servir al otro al suplir sus necesidades, pero protegemos al otro de algunas tentaciones que pueden atravesarse en nuestro camino fuera de nuestros hogares. Así que, Adelante. Pongan a dormir a los niños, dejen los quehaceres del hogar, pongan música romántica y disfruten. Agradecerán haberlo hecho.

5. Oren juntos todos los días.

Probablemente esto sea algo que ya hacen, o tal vez los haga sentir incomodos. De cualquier manera, te recomiendo fuertemente orar juntos todos los días.

Muchos de nosotros estamos atentos a orar por nuestros hijos y su futuro, pero a veces olvidamos orar por nuestro cónyuge y el futuro de nuestro matrimonio. No tiene que ser demasiado tiempo ni con palabras rebuscadas, la oración es simplemente hablar con Dios.

Cuando ores, agradécele por tu cónyuge, pidiéndole que les de fuerza en el matrimonio, confiesen sus faltas y sean tan específicos como sea posible. No solo te sentirás más cerca de tu Creador, sino también estarás mucho más cerca de tu pareja.

¿Con quién mejor hablar sobre tu matrimonio que con  el mismo Autor y Creador del matrimonio?

Cada matrimonio pasa por pruebas, pero cuando descansamos en Dios y hacemos todo lo que esté en nuestras manos para mantener nuestros matrimonios fuertes, podemos sobrellevar cualquier prueba que venga a nosotros.

Tómalo a pecho, tu matrimonio no tiene que ser aburrido. Cada día es una nueva oportunidad para reavivar la llama del amor