Evangelio del Dí­a Domingo: Ni aunque Resucite un Muerto, Creerán

Santo Evangelio de hoy explicado del Domingo 25 de Septiembre, 2022 y las Lecturas de hoy para reflexionar. Palabra diaria con el Evangelio del día, en Lucas 16,19-31: "Si no escuchan a Moisés y a los Profetas, aunque resucite alguno de entre los muertos, tampoco Creerán". Pequeña meditación del Evangelio de hoy Domingo: "Al final de nuestros días seremos juzgados en el amor que dimos a los demás. Tengamos Misericordia". Lecturas de hoy con la oración del día (Domingo de la Semana 26 del Tiempo Ordinario). Reflexión del Papa Francisco para hoy: "No podemos permanecer insensibles, con el corazón apagado, ante la miseria de tantos inocentes".

 Oración de Encuentro.

Índice de las lecturas de hoy.

Celebraciones del día:

Virgen del Rosario de San Nicolás.

Antífona de hoy.

Todo lo que has hecho con nosotros, oh Señor, lo has hecho con verdadero juicio, porque hemos pecado contra ti y no hemos obedecido tus mandamientos. Pero da gloria a tu nombre y trata con nosotros según la generosidad de tu misericordia. (Deuteronomio 3,31.29.30.43.42)

Oración colecta.

Oh Dios, que manifiestas tu poder omnipotente, sobre todo perdonando y mostrando misericordia, concede, te rogamos, tu gracia en abundancia sobre nosotros y haz que los que se apresuran a alcanzar tus promesas herederos de los tesoros del cielo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

Lecturas de hoy Domingo.

Primera Lectura para el Evangelio de hoy Domingo. Lectura del Libro de Amós 6,1.4-7: "Ay de los que viven en el lujo".

El Señor todopoderoso dice esto: "Ay de los que están tan cómodamente instalados en Sión y de los que se sienten tan seguros en la montaña de Samaria, esos hombres famosos de esta primera de las naciones a los que la Casa de Israel acude como cliente. Tumbados en camas de marfil y despatarrados en sus divanes, cenan corderos del rebaño, y ternera cebada en los establos; berrean al son del arpa, inventan nuevos instrumentos musicales como David, beben vino a manos llenas, y usan el mejor aceite para ungirse, pero la ruina de José no les importa en absoluto. Por eso serán los primeros en ser desterrados; el jolgorio de los dispersos ha terminado".

Salmo de hoy Domingo.

Salmo Responsorial de las lecturas de hoy tomado del Libro de los Salmos 146(145),7-10:

"Alma mía, alaba al Señor". (R).

• El Señor es quien mantiene la fe para siempre, quien es justo con los oprimidos. El Señor es el que da pan a los hambrientos, el que libera a los prisioneros.

"Alma mía, alaba al Señor". (R).

• El Señor es quien da la vista a los ciegos, quien levanta a los encorvados. El Señor ama al justo, el Señor protege al extranjero.

"Alma mía, alaba al Señor". (R).

• El Señor sostiene a la viuda y al huérfano, pero frustra el camino de los malvados. El Señor reinará para siempre, el Dios de Sión, de edad en edad.

"Alma mía, alaba al Señor". (R).

Segunda Lectura de hoy.

La segunda lectura para el Evangelio de hoy es tomada de 1 Timoteo 6,11-16: "Haz todo lo que se te ha dicho, hasta la aparición del Señor".

Como hombre dedicado a Dios, debes aspirar a ser santo y religioso, lleno de fe y amor, paciente y amable. Pelea el buen combate de la fe y gana para ti la vida eterna a la que fuiste llamado cuando hiciste tu profesión y hablaste de la verdad delante de muchos testigos. Ahora, ante Dios, fuente de toda vida, y ante Cristo, que habló como testigo de la verdad ante Poncio Pilato, te encomiendo el deber de hacer todo lo que se te ha dicho, sin faltas ni fracasos, hasta la aparición de nuestro Señor Jesucristo, que a su debido tiempo será revelado por Dios, el bendito y único Gobernante de todo, el Rey de reyes y el Señor de señores, que es el único inmortal, cuya morada está en la luz inaccesible, a quien nadie ha visto, ni nadie puede ver: a él sea el honor y el poder eterno. Amén

Aclamación de hoy.

¡Aleluya, aleluya! Las ovejas que me pertenecen escuchan mi voz, dice el Señor, las conozco y me siguen. ¡Aleluya! (Aclamación del Evangelio de hoy tomada de Juan 10,27)

Evangelio de hoy - Lucas 16,19-31.

Evangelio de hoy explicado - Lecturas de hoy Domingo, para el Santo Evangelio del día: "Has recibido tus bienes, y Lázaro recibió males; ahora él encuentra aquí su consuelo, y tú, el tormento".

En aquel tiempo, Jesús dijo a los Fariseos: "Había un hombre rico que se vestía de púrpura y lino finísimo y cada día hacía espléndidos banquetes. A su puerta, cubierto de llagas, yacía un pobre llamado Lázaro, que ansiaba saciarse con lo que caía de la mesa del rico; y hasta los perros iban a lamer sus llagas. El pobre murió y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham. El rico también murió y fue sepultado. En la morada de los muertos, en medio de los tormentos, levantó los ojos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro junto a él. Entonces exclamó: "Padre Abraham, ten piedad de mí y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en el agua y refresque mi lengua, porque estas llamas me atormentan". "Hijo mío, respondió Abraham, recuerda que has recibido tus bienes en vida, y Lázaro, en cambio, recibió males; ahora él encuentra aquí su consuelo, y tú, el tormento. Además, entre ustedes y nosotros se abre un gran abismo. De manera que los que quieren pasar de aquí hasta allí no pueden hacerlo, y tampoco se puede pasar de allí hasta aquí". El rico contestó: "Te ruego entonces, padre, que envíes a Lázaro a la casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos: que él los prevenga, no sea que ellos también caigan en este lugar de tormento". Abraham respondió: "Tienen a Moisés y a los Profetas; que los escuchen". "No, padre Abraham, insistió el rico. Pero si alguno de los muertos va a verlos, se arrepentirán". Abraham respondió: "Si no escuchan a Moisés y a los Profetas, aunque resucite alguno de entre los muertos, tampoco se convencerán". Palabra del Señor.

Reflexión del Papa Francisco.

"No podemos permanecer insensibles, con el corazón apagado, ante la miseria de tantos inocentes". Papa Francisco.

Nosotros corremos el riesgo de convertirnos en aquel rico del Evangelio que se despreocupa del pobre Lázaro, "cubierto de llagas, que de buena gana habría comido hasta saciarse de las sobras que caían de la mesa del rico" (Lc 16,20-21). Demasiado atento a la compra de vestidos elegantes y a la organización de fastuosos banquetes, el hombre rico de la parábola no ve el sufrimiento de Lázaro. Preocupados por preservar nuestro propio bienestar, también nosotros corremos el riesgo de ser ciegos ante nuestros hermanos y hermanas en dificultades.

Sin embargo, como cristianos, no podemos ser indiferentes a la tragedia de las antiguas y nuevas formas de pobreza, al sombrío aislamiento, al desprecio y a la discriminación que sufren los que no pertenecen a "nuestro" grupo. No podemos permanecer insensibles, con el corazón apagado, ante la miseria de tantos inocentes. No debemos dejar de llorar. No debemos dejar de responder. Pidamos al Señor la gracia de las lágrimas, las lágrimas que pueden convertir nuestros corazones ante tales pecados.

Si queremos ser hombres y mujeres de Dios, como exhorta San Pablo a Timoteo, debemos "guardar el mandamiento sin mancha y sin reproche hasta la aparición de nuestro Señor Jesucristo" (1 Tm 6,14). El mandamiento es amar a Dios y amar al prójimo; ambos son indisociables. Amar al prójimo como a uno mismo significa comprometerse firmemente en la construcción de un mundo más justo, en el que todos tengan acceso a los bienes de la tierra, en el que todos puedan desarrollarse como personas y como familias, y en el que los derechos fundamentales y la dignidad estén garantizados para todos.

Amar al prójimo significa sentir compasión por los sufrimientos de nuestros hermanos y hermanas, acercarse a ellos, tocar sus llagas y compartir sus historias, y así manifestar concretamente el tierno amor de Dios por ellos. Esto significa ser prójimo de todos los que son maltratados y abandonados en las calles de nuestro mundo, aliviando sus heridas y llevándolos al refugio más cercano, donde se pueden satisfacer sus necesidades.

Dios dio este santo mandamiento a su pueblo y lo selló con la sangre de su Hijo Jesús, para que sea una fuente de bendición para toda la humanidad. Para que todos juntos podamos trabajar en la construcción de la familia humana según su plan original, revelado en Jesucristo: todos somos hermanos, todos somos hijos del mismo Padre. (Homilía del Papa Francisco sobre el Evangelio de hoy)

Oración para el Evangelio de hoy.

Reza la oración de hoy Domingo. Una oración de Calma por tus intenciones. Palabras a reflexionar del Evangelio de hoy: "No Creerán Ni Aunque Resucite un Muerto".

Recomendado para hoy.

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¿Por qué Rezamos el Rosario?.

Frase de reflexión.

No lo olvidemos: ¡la paz es posible cuando callan las armas y comienza el diálogo! Y sigamos rezando por el martirizado pueblo ucraniano y por la paz en todas las tierras ensangrentadas por la guerra. (Papa Francisco)

Reflexión del Evangelio de hoy.

Al meditar las lecturas y el Evangelio del día explicado, escuchemos ahora la meditación en audio del Santo Evangelio de hoy Domingo, según San Lucas 16,19-31: "No Creerán Ni Aunque Resucite un Muerto".

Pidamos ayuda al Espíritu Santo, para que nos ayude a meditar lo que nos ha dicho a cada uno de nosotros, la reflexión del Evangelio de hoy.

Intenciones para el Evangelio de hoy.

Profundicemos con las lecturas de hoy y el Santo Evangelio de hoy Domingo, en Lucas 16,19-31: "Si no escuchan a Moisés y a los Profetas, aunque resucite alguno de entre los muertos, tampoco Creerán". La oración del día nos ayuda en con esta pequeña meditación. "Cristo está presente en los pobres y necesitados del mundo". Escribe ahora en los comentarios tus peticiones de oración. Paz y bien a tu vida.