Evangelio de hoy Domingo, 11 de Diciembre, 2022. Lecturas de hoy y Reflexión Papa Francisco (Mateo 11,2-11): ¿Eres el que ha de venir o debemos esperar a otro?
¿Eres Tú el que ha de Venir?.
Santo Evangelio de hoy explicado del Domingo, 11 de Diciembre, 2022 y las Lecturas de hoy para reflexionar. Palabra diaria con el Evangelio del día, en Mateo 11,2-11: "¿Eres tú el que ha de venir o debemos esperar a otro?". Meditación del Evangelio con la oración del día (Tercer Domingo de Adviento). Reflexión del Papa Francisco para hoy: "El Adviento es un tiempo de gracia. Nos dice que no basta con creer en Dios: es necesario purificar cada día nuestra fe".
Índice de las lecturas de hoy.
Celebraciones del día:
Antífona de hoy.
Alegraos siempre en el Señor; repito: alegraos. El Señor está cerca (Cfr. Filipenses 4,4-5)
Oración colecta.
Oh Dios, que ves cómo tu pueblo espera fielmente la fiesta de la Natividad del Señor, concédenos, te rogamos, alcanzar las alegrías de una salvación tan grande y celebrarla siempre con solemne adoración y alegre regocijo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
Lecturas de hoy Domingo.
Primera Lectura para el Evangelio de hoy Domingo. Lectura del Libro de Isaías 35,1-6,10: "Dios mismo viene a salvarte".
Que se alegren el desierto y los secanos, que se regocije y florezca el erial, que produzca flores como el junquillo, que se regocije y cante de alegría. La gloria del Líbano le es concedida, el esplendor del Carmelo y de Sarón; verán la gloria de El Señor, el esplendor de nuestro Dios. Fortalece todas las manos cansadas, afianza todas las rodillas temblorosas y di a todos los corazones desfallecidos: "¡Ánimo! No temáis". Mirad, viene vuestro Dios, viene la venganza, el castigo de Dios; viene a salvaros". Entonces se abrirán los ojos de los ciegos, se destaparán los oídos de los sordos, los cojos saltarán como ciervos y las lenguas de los mudos cantarán de alegría, porque volverán los rescatados por El Señor. Llegarán a Sión gritando de alegría, con gozo eterno en sus rostros; la alegría y el gozo irán con ellos y se acabarán la tristeza y el lamento.
Salmo de hoy Domingo.
Salmo Responsorial de las lecturas de hoy tomado del Libro de los Salmos 146(145),6-10
"Ven, Señor, y sálvanos". (R).
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El Señor es el que guarda la fe para siempre, el que es justo con los oprimidos. El Señor es quien da pan a los hambrientos, quien libera a los prisioneros.
"Ven, Señor, y sálvanos". (R).
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El Señor es quien da la vista a los ciegos, quien levanta a los que están postrados, el Señor, quien protege al forastero y sostiene a la viuda y al huérfano.
"Ven, Señor, y sálvanos". (R).
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El Señor es quien ama al justo, pero desbarata el camino de los malvados. El Señor reinará para siempre, Dios de Sión, de edad en edad.
"Ven, Señor, y sálvanos". (R).
Segunda Lectura de hoy.
La segunda lectura para el evangelio de hoy es tomada de Santiago 5,7-10: "No desfallezcáis; El Señor vendrá pronto".
Tened paciencia, hermanos, hasta la venida del Señor. Pensad en el labrador: ¡con qué paciencia espera el fruto precioso de la tierra hasta que ha llovido en otoño y ha llovido en primavera! También vosotros tenéis que tener paciencia; no os desaniméis, porque la venida del Señor será pronto. No os quejéis los unos de los otros, hermanos, para no ser juzgados vosotros mismos; ya se ve al juez esperando a las puertas. Hermanos, tomad como ejemplo a los profetas que hablaron en nombre del Señor para someteros con paciencia
Aclamación de hoy.
¡Aleluya, aleluya! El día del Señor está cerca; Mira, viene a salvarnos. ¡Aleluya! (Aclamación del Evangelio de hoy)
Evangelio de hoy: Mateo 11,2-11.
Evangelio de hoy explicado - Lecturas de hoy Domingo, para el Santo Evangelio del día: "¿Eres tú el que ha de venir o debemos esperar a otro?".
En aquel tiempo, Juan el Bautista oyó hablar en la cárcel de las obras de Cristo, y mandó a dos de sus discípulos para preguntarle: "¿Eres tú el que ha de venir o debemos esperar a otro?". Jesús les respondió: "Vayan a contar a Juan lo que ustedes oyen y ven: los ciegos ven, y los paralíticos caminan; los leprosos son purificados, y los sordos oyen; los muertos resucitan, y la Buena Noticia es anunciada a los pobres. ¡Y feliz aquel para quien yo no sea motivo de tropiezo!". Mientras los enviados de Juan se retiraban, Jesús empezó a hablar de él a la multitud, diciendo: "¿Qué fueron a ver al desierto? ¿Una caña agitada por el viento? ¿Qué fueron a ver? ¿Un hombre vestido con refinamiento? Los que se visten de esa manera viven en los palacios de los reyes. ¿Qué fueron a ver entonces? ¿Un profeta? Les aseguro que sí, y más que un profeta. Él es aquel de quien está escrito: Yo envío a mi mensajero delante de ti, para prepararte el camino. Les aseguro que no ha nacido ningún hombre más grande que Juan el Bautista; y, sin embargo, el más pequeño en el Reino de los Cielos es más grande que él". Palabra del Señor.
Reflexión del Papa Francisco.
"El Adviento es un tiempo de gracia. Nos dice que no basta con creer en Dios: es necesario purificar cada día nuestra fe". Papa Francisco.
Queridos hermanos y hermanas: ¡Buenos días! En este tercer domingo de Adviento, llamado domingo de la "alegría", la Palabra de Dios nos invita, por una parte, a la alegría y, por otra, a la conciencia de que la existencia incluye también momentos de duda, en los que es difícil creer. Tanto la alegría como la duda son experiencias que forman parte de nuestra vida.
A la invitación explícita del profeta Isaías a la alegría: "El desierto y la tierra reseca exultarán, la estepa se alegrará y florecerá" (35,1), el Evangelio contrasta con la duda de Juan el Bautista: "¿Eres tú el que ha de venir o debemos esperar a otro?". (Mt 11,3). En efecto, el profeta ve más allá de la coyuntura: tiene ante sí personas desalentadas: manos débiles, rodillas vacilantes, corazones perdidos (Cfr. 35,3-4). Es la misma realidad que en cada época pone a prueba la fe. Pero el hombre de Dios mira más allá, porque el Espíritu Santo hace sentir en su corazón el poder de su promesa, y anuncia la salvación: "¡Ánimo, no temas! Aquí está tu Dios, [...] viene a salvarte" (v. 4). Y entonces todo se transforma: el desierto florece, el consuelo y la alegría se apoderan del corazón perdido, los cojos, los ciegos, los que no pueden hablar quedan curados (cf. vv. 5-6). Esto es lo que se realiza con Jesús: "los ciegos recobran la vista, los cojos andan, los leprosos son purificados, los sordos oyen, los muertos resucitan, a los pobres se les anuncia el Evangelio"(Mt 11,5)
Esta descripción nos muestra que la salvación envuelve a toda la persona y la regenera. Pero este nuevo nacimiento, con la alegría que lo acompaña, presupone siempre una muerte a nosotros mismos y al pecado que hay en nosotros. De ahí la llamada a la conversión, que está en la base de la predicación tanto del Bautista como de Jesús; en particular, se trata de convertir la idea que tenemos de Dios. Y el tiempo de Adviento nos estimula a ello precisamente con la pregunta que Juan Bautista hace a Jesús: "¿Eres tú el que tiene que venir o tenemos que esperar a otro?". (Mt 11,3). Pensemos: toda su vida Juan ha esperado al Mesías; su forma de vida, su propio cuerpo está modelado por esta espera. También por eso Jesús lo alaba con aquellas palabras: nadie es más grande que él entre los nacidos de mujer (cf. Mt 11,11). Y, sin embargo, también él tuvo que convertirse a Jesús. Como Juan, también nosotros estamos llamados a reconocer el rostro que Dios ha querido adoptar en Jesucristo, humilde y misericordioso
El Adviento es un tiempo de gracia. Nos dice que no basta con creer en Dios: es necesario purificar cada día nuestra fe. Se trata de prepararnos para acoger no a un personaje de cuento, sino al Dios que nos interpela, nos implica y ante el que se impone una elección. El Niño acostado en el pesebre tiene el rostro de nuestros hermanos más necesitados, de los pobres que "son los privilegiados de este misterio y, a menudo, los más capaces de reconocer la presencia de Dios entre nosotros" (Lett. ap. Admirable signum, 6).
Que la Virgen María nos ayude para que, al acercarnos a la Navidad, no nos dejemos distraer por las cosas externas, sino que hagamos sitio en nuestro corazón a Aquel que ya ha venido y quiere venir de nuevo para curar nuestras enfermedades y darnos su alegría (Homilía del Papa Francisco sobre el Evangelio de hoy)
Oración de hoy.
Reza la oración de hoy Domingo. Una oración de Calma por tus intenciones. Palabras a reflexionar del Evangelio de hoy: "¿Eres tú el que ha de venir o debemos esperar a otro?".
Recomendado para hoy.
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Frase de reflexión.
La Palabra de Dios nos introduce en las situaciones de todos los días, en la escucha del sufrimiento, el grito de los pobres, la violencia, las injusticias que hieren la sociedad y el planeta, para no que no seamos cristianos indiferentes sino laboriosos, creativos, proféticos. (Papa Francisco)
Reflexión del Evangelio de hoy.
Al meditar las lecturas y el Evangelio del día explicado, escuchemos ahora la meditación en audio del Santo Evangelio de hoy Domingo, según San Mateo 11,2-11: "¿Eres tú el que ha de venir o debemos esperar a otro?".
Pidamos ayuda al Espíritu Santo, para que nos ayude a meditar lo que nos ha dicho a cada uno de nosotros, la reflexión del Evangelio de hoy.
Intenciones del día.
Profundicemos con las lecturas de hoy y el Santo Evangelio de hoy Domingo, 11 de Diciembre, 2022, en Mateo 11,2-11: "¿Eres tú el que ha de venir o debemos esperar a otro?". La oración del día nos ayuda con la meditación. Frase del Papa Francisco para recordar hoy: "El Adviento es un tiempo de gracia. Nos dice que no basta con creer en Dios: es necesario purificar cada día nuestra fe". ¿Qué pudiste reflexionar con el Evangelio de hoy? Escribe en los comentarios tus peticiones de oración.
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