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Categoría: Devociones y oraciones
Boletín diario del Evangelio de hoy por email

Recemos con el día 8 de la Novena a María Auxiliadora. En la historia de la Iglesia, Nuestra Señora ha sido una poderosa intercesora y salvaguarda del pueblo.

"Novena a María Auxiliadora. Día 8: Nuestro amparo y nuestra defensa"

María Auxiliadora de los cristianos, es una devoción mariana muy popular en la Iglesia Católica que se celebra cada 24 de mayo. Para el día 8 de la Novena a María Auxiliadora, vamos a conocer por qué la Santísima Virgen ha sido nuestro amparo y nuestra defensa en todas las dificultades que afrontado el Pueblo Cristiano a lo largo de la historia de la Iglesia.

Virgen María Auxiliadora.

San Juan Crisóstomo fue la primera persona en usar este título mariano alrededor del año 345, como devoción a la Virgen María. Don Bosco propagó esta devoción mariana bajo este título y lo hizo popular en su congregación y en el mundo entero.

La Virgen María, en la historia de la Iglesia, ha sido una poderosa intercesora y salvaguarda del pueblo cristiano. Quien a ella acude, no quedará desamparado, pues su auxilio le viene del Señor, de quien ella es Madre por todos los tiempos.

Novena a la Virgen María Auxiliadora.

En el día 8 de la Novena a María Auxiliadora, presentamos a nuestra Santísima Madre, como esa mujer protectora y defensora del pueblo de Dios. A ella siempre acudimos en todas nuestras dificultades. Ella es nuestro amparo y nuestra defensa.

1. Oraciones iniciales de la Novena.

Señal de la Cruz.

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Acto de contrición.

Jesús, mi Señor y Redentor: Yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta hoy, y me pesa de todo corazón, porque con ellos, ofendí a un Dios tan bueno. Propongo firmemente no volver a pecar, y confió en que, por tu infinita misericordia, me has de conceder el perdón de mis culpas y me has de llevar a la vida eterna. Amén.

2. Oración Inicial de invocación.

Oh Dios Todopoderoso y Misericordioso, que en defensa del pueblo cristiano estableciste admirablemente en la Beatísima Virgen María un perpetuo auxilio; concédenos propicio, que fortalecidos con tal protección, luchando en esta vida podamos en la muerte, conseguir victoria del enemigo maligno. Por el mismo Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.

3. Oraciones de ofrecimiento.

Rezar tres Avemarías, un Gloria y la siguiente jaculatoria: "María Auxilio de los Cristianos, Ruega por nosotros".

4. Oración para el octavo día de la Novena.

Oh María, Madre de Dios y Madre nuestra amantísima, de Ti se ha dicho: todo poder se le ha dado en la tierra y en el cielo; te presentas al trono del Altísimo, no como quien pide, sino como quien manda, a Ti clamamos desde el abismo de nuestras miserias, aleja de nosotros todo mal; bajo tu protección ponemos nuestros bienes, nuestros corazones, almas, potencias, sentidos, vida y todo lo que tenemos; sé nuestro amparo y nuestra defensa durante toda la vida. Amén.

Rezar tres Avemarías y un Gloria.

5. Invocación de la Novena a María Auxiliadora.

¡Oh María! Virgen poderosa, grande e ilustre defensora de la Iglesia. Singular Auxilio de los Cristianos, terrible como un ejército ordenado en batalla. Tú sola has triunfado en todas las herejías del mundo. ¡Oh Madre!, en nuestras angustias, en nuestras luchas, en nuestros apuros, líbranos del enemigo, y en la hora de nuestra muerte, llévanos al Paraíso. Amén.

6. Súplica a María Auxiliadora.

Necesitando un favor especial, y confiando en tu bondad, a Ti recurro, poderoso Auxilio de los Cristianos. Conocedor de las innumerables gracias que diariamente concedes a tus devotos, he puesto siempre en Ti toda mi confianza; y hoy, humildemente, postrado a tus plantas, te suplico, con todo el fervor de mi alma. Por la Salud y el Bienestar de todos los Sacerdotes del mundo, quienes entregan su vida y su tiempo de forma desmedida para llevar el Gran mensaje de Amor de tu amadísimo Hijo nuestro Señor Jesucristo. Ten misericordia de todos ellos. Además, concédeme la siguiente gracia que pido ahora...

Pida aquí la gracia que desea obtener.

Bien sé, Madre querida que yo no merezco nada; y aún temo que mis culpas sean un obstáculo a tu bondad. Más Tú puedes, dulcísima Señora, sacarme de este lastimoso estado y hacer que sirva con fidelidad a Ti y a tu divino Hijo, a fin de que yo también pueda experimentar la maravillosa eficacia de tu santo Auxilio. María, Auxiliadora de los Cristianos, Ruega por nosotros. Amén.

Novena a María Auxiliadora.

A continuación, todos y cada uno de los días de la Novena a la Santísima Virgen María Auxiliadora de los Cristianos.

Invoquemos la poderosa fuerza de la Novena a María auxiliadora en este octavo día y pidamos a Dios que nos ayude a cumplir con todos nuestros deberes religiosos y ser testimonios del amor del Padre. "No fue hasta el siglo XIX cuando la Iglesia instituyó la fiesta de María Auxiliadora de los Cristianos. Cuando Napoleón invadió Roma, encarceló al Papa Pío VII. Cuando el Papa se negó a cooperar con él, especialmente en el nombramiento de obispos, este volvió a asaltar el Vaticano, encarcelando a algunos cardenales y trasladando a muchos otros a Francia, con la esperanza de trasladar allí el papado de forma permanente. Tras muchos conflictos con el Papa por el control de la Iglesia, una fuerza alemana lo derrotó en Leipzig en 1813.  Esta derrota provocó el desmoronamiento del imperio de Napoleón y su exilio. El 24 de mayo del año 1814, regresó el Papa Pío VII a Roma. En agradecimiento a la protección de la Virgen, el papa hizo del 24 de mayo la fiesta de Nuestra Señora Auxiliadora. Se extendió por gran parte de la Iglesia, aunque no figura en el calendario universal".  Pon tus intenciones en los comentarios y preséntalos a María auxilio de los Cristianos.

Redacción y edición: Qriswell Quero, PildorasdeFe.net

pildorasdefe qriswell quero firma autorQriswell Quero, Venezolano, esposo y padre de familia, servidor, ingeniero y misionero de la fe. Comprometido con el anuncio del Evangelio. Creyente sólido de que siempre existen nuevos comienzos. Quien a Dios tiene nada lo detiene.

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