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Categoría: Celebración del día

San Andrés Kim, sacerdote, y Pablo Chong se veneran en la nación de Corea celebrando los 103 compañeros mártires que confesaron con valentía la fe cristiana

San Andrés Kim, Pablo Chong y Compañeros Mártires de Corea.

San Andrés Kim Taegon fue el primer sacerdote católico nacido en Corea y es el santo patrono de esta nación, quien en compañía de su amigo Pablo Chong y numerosos laicos, llevaron en este país toda la fe del cristianismo en secreto. Cuando estos líderes de la Iglesia fueron descubiertos, fueron martirizados. Paul Chong Hasang quien era un catequista que estaba siendo educado para el sacerdocio con el Padre Taegon, fue igualmente capturado y martirizado. Se celebra junto con todos los compañeros mártires cristianos que dieron su vida declarando su fe cristiana.

Fiesta: 20 de septiembre.

Martirologio romano: Memoria de los santos Andrés Kim Tae-gon, sacerdote, Pablo Chong Ha-Sang y sus compañeros, mártires en Corea. La celebración de este día en además una veneración a todos los ciento tres mártires, que valientemente dieron testimonio de la fe cristiana, introducida con gran fervor por primera vez en esta nación por algunos laicos y luego alimentada y consolidada por la predicación de los misioneros y la celebración de los sacramentos. Todos estos atletas de Cristo, entre ellos tres obispos, ocho sacerdotes y todos los demás laicos, entre los cuales algunos eran casados y otros no, ancianos, jóvenes y niños, sometidos a crueles torturas, consagraron con su sangre preciosa del comienzo de la Iglesia en Corea.

 

Biografía de San Andrés Kim y Pablo Chong.

 

El cristianismo llegó a Corea en secreto a través de laicos al final del siglo XVI y comienzos del XVII. La gente que viajaba a tierras extranjeras aprendió sobre Jesús y se bautizó. Cuando volvían a casa, compartían su fe con otros. El gobierno coreano no permitía a los cristianos practicar su fe.

Los laicos llevaron la fe católica a Corea al final del siglo XVI. La evangelización era muy difícil porque Corea se mantenía aislada del mundo, excepto por los viajes a Pekín para pagar impuestos. En uno de esos viajes, hacia el año 1777, algunos coreanos cultos obtuvieron literatura de los padres jesuitas en China.

Comenzaron una iglesia doméstica en Corea. Doce años después, un sacerdote chino, fue el primer sacerdote que logró entrar secretamente en Corea. Encontró allí 4000 católicos. Ellos nunca habían visto un sacerdote. Siete años más tarde, en medio de gran persecución, había 10,000 católicos.

 

Relato sobre San Andrés Kim.

 

San Andrés Kim Taegon es hijo de nobles coreanos conversos. Su padre, Ignacio Kim, fue martirizado en la persecución del año 1839 (fue beatificado en 1925 con su hijo). La fe de su padre y de otros valientes católicos, inspiró a San Andrés Kim a convertirse en sacerdote, el primero en nacer en Corea.

Así fue que, San Andrés Kim fue bautizado a los 15 años de edad. Después viajó 1,300 millas hasta el seminario más cercano, en Macao, China. Seis años después se las arregló para volver a su país a través de Manchuria. Ese mismo año cruzó el mar Amarillo y fue ordenado sacerdote en Shanghái. San Andrés Kim era el primer sacerdote nacido en Corea.

Luego, San Andrés Kim regresó a Corea y se le asignó preparar el camino para la entrada de misioneros por el mar, para evitar los guardias de la frontera.

El 5 de junio de 1846, San Andrés Kim fue arrestado en la isla Yonpyong mientras trataba con los pescadores la forma de llevar a Corea a los misioneros franceses que estaban en China.

Inmediatamente, San Andrés Kim fue enviado a la prisión central de Seúl. El rey y algunos de ministros no lo querían condenar por sus vastos conocimientos y dominar varios idiomas. Otros ministros insistieron en que se le aplicara la pena de muerte.

Después de tres meses de cárcel y de torturas continuas, San Andrés Kim fue decapitado junto al río Han, cerca de Seúl, Corea. (Tenía 25 años) el 16 de septiembre de 1846, a la edad de veintiséis años. Antes de morir dijo San Andrés Kim expresó: "Esta es mi última hora de vida, escúchame atentamente: si he mantenido la comunicación con los extranjeros, ha sido por mi religión y por mi Dios. Es por Él que muero. Mi vida inmortal está a punto de comenzar. Convertíos en cristianos si queréis ser felices después de la muerte, porque Dios tiene preparados castigos eternos para aquellos que se han negado a conocerle".

 

Canonización.

 

San Andrés Kim fue beatificado en 1925 y posteriormente canonizado el 6 de mayo de 1984 por Juan Pablo II en su visita a Corea, junto con 102 otros mártires, incluyendo el seminarista Pablo Chong Hasang.

La mayoría de los mártires canonizados eran laicos. La multitud en la misa de canonización de San Andrés Kim fue una de las más grandes que jamás se han reunido en la faz de la tierra.

Nuestro Querido Papa San Juan Pablo II, celebrando la fiesta por  la canonización de San Andrés Kim, expresó lo siguiente: "La Iglesia coreana es única porque fue fundada completamente por laicos. Esta Iglesia incipiente, tan joven y, sin embargo, tan fuerte en la fe, soportó hola tras una ola de feroz persecución. De manera que en menos de un siglo podía gloriarse de tener 10,000 mártires. La muerte de estos mártires fue la levadura de la Iglesia y llevó al espléndido florecimiento actual de la Iglesia coreana. Todavía hoy, el espíritu inmortal de los mártires sostiene a los cristianos de la Iglesia del silencio en el norte de esta tierra trágicamente dividida".

 

San Pablo Chong y los mártires de Corea:

 

San Pablo Chong Hasang era un seminarista coreano de 45 años de edad. Murió mártir en la misma persecución en la que murió San Andrés Kim Taegon, arriba.

Entre los mártires del 1839 está Columba Kim, soltera de 26 años, y su hermana Agnes. Las arrestaron y las tiraron desnudadas a una celda con criminales condenados. Aunque las tuvieron allí dos días, aquellos hombres no las molestaron.

Después que Columba protestó por esa indignidad, ya no sometieron a otras mujeres a esa ignominia. A Columba la quemaron con herramientas calientes y carbones. Ambas fueron finalmente decapitadas.

A un niño de 13 años, Pedro Ryou, le destrozaron la piel de tal manera que podía tomar pedazos de ella y tirarla a los jueces. Lo estrangularon. Protase Chong, un noble de 41 años de edad, apostató bajo tortura y lo liberaron. Más tarde volvió y confesó su fe y lo torturaron hasta la muerte. Poco después también su madre y su hermana sufrieron el martirio.

Fecha de canonización: Los 103 mártires fueron canonizados por San Juan Pablo II el 6 de mayo de 1984, en Seúl, Corea.

 

Compañeros mártires de Corea.

 

Santos Simeón Berneux, Antonio Daveluy, Lorenzo Imbert, obispos; Justo Ranfer de Bretenières, Ludovico Beaulieu, Pedro Enrique Dorie, Padro Maubant, Jacobo Chastan, Pedro Aumaître, Martín Lucas Huin, presbíteros; Juan Yi Yunil, Andrés Chong Hwa-gyong, Esteban Min Kuk-ka, Pablo Ho Hyob, Agustín Pak Chong-won, Pedro Hong Pyong-ju, Pablo Hong Yong-ju, José Chang Chu-gi, Tomás Son Cha-son, Lucas Hwang Sok-tu, Damián Nam Myong-hyog, Francisco Ch’oe Kyong-hwan, Carlos Hyon Song-mun, Lorenzo Han I-hyong, Pedro Nam Kyong-mun, Agustín Yu Chin-gil, Pedro Yi Ho-yong, Pedro Son Son-ji, Benedicta Hyon Kyongnyon, Pedro Choe Chang-hub, catequistas; Agueda Yi, María Yi In-dog, Bárbara Yi, María Won Kwi-im, Teresa Kim Im-i, Columba Kim Hyo-im, Magdalena Cho, Isabel Chong Chong-hye, vírgenes; Teresa Kim, Bárbara Kim, Susana U Sur-im, Agueda Yi Kan-nan, Magdalena Pak Pong-son, Perpetua Hong Kum-ju, Catalina Yi, Cecilia Yu Sosa, Bárbara Cho Chung-i, Magdalena Han Yong-i, viudas; Magdalena Son So-byog, Agueda Yi Kyong-i, Agueda Kwon Chin-i, Juan Yi Mun-u, Bárbara Choe Yong-i, Pedro Yu Chong-nyul, Juan Bautista Nam Chong-sam, Juan Bautista Chon Chang-un, Pedro Choe Hyong, Marcos Chong Ui-bae, Alejo U Se-yong, Antonio Kim Song-u, Protasio Chong Kuk-bo, Agustín Yi Kwang-hon, Agueda Kim A-gi, Magdalena Kim O-bi, Bárbara Han Agi, Ana Pak Ag-i, Agueda Yi So-sa, Lucía Pak Hui-sun, Pedro Kwon Tu-gin, José Chang Song-jib, Magdalena Yi Yong-hui, Teresa Yi Mae-im, Marta Kim Song-im, Lucía Kim, Rosa Kim, Ana Kim Chang-gum, Juan Bautista Yi Kwang-nyol, Juan Pak Hu-jae, María Pak Kuna- gi Hui-sun, Bárbara Kwon-hui, Bárbara Yi Chong-hui, María Yi Yon-hui, Inés Kim Hyo-ju, Catalina Chong Chor-yom, José Im Chi-baeg, Sebastián Nam I-gwan, Ignacio Kim Che-jun, Carlos Cho Shin-chol, Julita Kim, Águeda Chong Kyong-hyob, Magdalena Ho Kye-im, Lucía Kim, Pedro Yu Taechol, Pedro Cho Hwa-so, Pedro Yi Myong-so, Bartolomé Chong Mun-ho, José Pedro Han Chae-kwon, Pedro Chong Won-ji, José Cho Yun-ho, Bárbara Ko Sun-i y Magdalena Yi Yong-dog

Hubo varios miles de mártires coreanos en esa época. Fue en el año 1883 en que al fin llegó la libertad religiosa. San Andrés Kim y sus compañeros mártires, fueron, sin duda, un pilar para la Iglesia naciente de Corea. Ellos nos ayudan a recordar que la fe es una virtud que hace posible conocer y creer en Dios aún en los tiempos difíciles. Su sacrificio nos recuerda que estamos bendecidos por vivir en un país donde somos libres de vivir nuestra fe.

 

Oración a San Andrés Kim y compañeros mártires.

 

Oh Dios de misericordia, tú has dado vida a todas las naciones del mundo y eres Tú nuestra única salvación. En la tierra de Corea, tu llamada a la fe católica formó un pueblo de adopción, cuyo crecimiento nutriste con la valentía y la sangre de San Andrés Kim, Pablo y sus compañeros mártires. A través de su martirio y su intercesión, danos la fuerza para que nosotros también podamos permanecer fieles a tus mandamientos hasta la muerte. Que podamos predicar tu amor sin miedo alguno. Todo esto lo pedimos, en Nombre de Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Santos de la semana

Adaptación, contenido agregado y edición: Qriswell Quero, PildorasdeFe.net | Con información extraída de: Corazones.org
Biografía de Santos - Celebraciones y Fiestas de la Iglesia

pildorasdefe qriswell quero firma autorQriswell Quero, Venezolano, esposo y padre de familia, servidor, ingeniero y misionero de la fe. Comprometido con el anuncio del Evangelio. Creyente sólido de que siempre existen nuevos comienzos. Quien a Dios tiene nada lo detiene.

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