Santa Rosa de Lima. Religiosa. Primera mujer canonizada de América

Santa Rosa de Lima fue una miembro laica de la Tercera Orden de Santo Domingo en Lima, Perú, que se hizo conocida tanto por su vida de severa de oración y penitencia como por su cuidado de los más necesitados de la ciudad a través de su propia vida privada Esfuerzos. Esta religiosa y mística, fue declarada santa por la Iglesia Católica, siendo la primera persona nacida en las Américas en ser canonizada. Santa Rosa de Lima es la patrona de América, Perú y Filipinas.

Fiesta universal: 23 de agosto.
Fiesta en el Perú: 30 de agosto.

Martirologio romano: Santa Rosa de Lima, virgen, que, distinguiéndose por una austera sencillez en su vida, se vistió con el hábito de las Hermanas de la Tercera Orden Regular de Predicadores, en Lima, Perú. Se dedicó apasionadamente a la penitencia y la oración y tuvo un ardiente celo por la salvación de los pecadores y de los pueblos indígenas, su aspiración era dar la vida por ellos, llegando a imponerse grandes sacrificios con el fin de conseguir la salvación de su fe en Jesucristo. Murió al día siguiente a esta. Su fiesta en el Santoral se celebra el 23 de agosto por ser la inscripción en el calendario, pero también se celebra el 30 por tradición popular.

Biografía de Santa Rosa de Lima.

Santa Rosa de Lima nació el 20 de abril 1586 en la ciudad de Lima, Perú, en un momento en que Sudamérica se encontraba en su primer siglo de evangelización.

Ella fue uno de los diez hijos de una familia española, Gaspar de Flores y María de Oliva, él era un arquerbusier del ejército imperial español y ella una criolla nativa de Lima. En su bautismo, Santa Rosa de Lima se le había dado el nombre de Isabel Flores de Oliva.

Cambio de nombre de Santa Rosa.

El cambio de nombre a Santa Rosa de Lima fue debido a una experiencia mística. A los tres meses de edad, Isabel estaba en su cuna mientras su madre y otras mujeres estaban sentadas alrededor de ella y apareció de repente en el aire una hermosa rosa; que tocó suavemente la cara del bebé y luego se desvaneció. Durante un tiempo la piel de Isabel se tornaba de un color rosado, así que su madre María, por estos hechos prodigiosos, comenzó a llamarla Rosa.

En su Confirmación, en 1597, el arzobispo le cambió definitivamente el nombre de Isabel a Rosa, nombre con el cual se le conoce en todo el mundo.

En su adolescencia, Santa Rosa de Lima sufrió mucho interiormente, ya que su familia quería darla en matrimonio, pero ella se negaba. Su vocación era otra, y es que ya sentía un fuerte ardor en la oración, por lo cual, pasaba mucho tiempo orando y hablando con Dios.

Jesús se aparece a Santa Rosa de Lima.

En una oportunidad, mientras se encontraba realizando sus habituales oraciones, Santa Rosa de Lima sintió la presencia de un poder sobrenatural, y le pareció escuchar que el Niño Jesús que se encontraba en brazos de una imagen de la Virgen María, le habló diciéndole: "Rosa, conságrame todo tu amor"

Santa Rosa de Lima tuvo la firme convicción de vivir para Dios, de entregarle todo su amor a Jesús, así que decide hacerse un velo para cubrirse el rostro y evitar que los hombres se enamoraran de ella. A pesar de varios intentos de su familia para que ella se casara, Rosa tomó un voto de virginidad.

Santa Rosa de Lima trabajó incansablemente para mantener a su familia con su trabajo de costurera, haciendo encajes que agradaban a todos. Ella también hizo su propio jardín.

Junto con las flores y verduras en el jardín de su familia, cultivó hierbas medicinales, que se utilizan para tratar a los enfermos. Muchas sanaciones milagrosas fueron atribuidas a ella.

Durante las noches, Santa Rosa de Lima se dedicaba completamente a la oración y la penitencia. Con la ayuda de su hermano, construyó una cabaña en el jardín de sus padres, para finalmente trasladarse a ella, convirtiéndola en su refugio personal de oración.

Ella recibió la Santa Comunión a diario, y le fue conferido el hábito de la Tercera Orden de Santo Domingo en 1606, a la edad de 20 años.

Penitencias extremas de Santa Rosa.

Santa Rosa de Lima comenzó a aumentar las penitencias a un nivel más extremo. Evitaba a toda costa todo tipo de reconocimiento. El ayuno que hacía era casi continuo. Y la abstinencia de carnes la mantuvo durante toda su vida.

Solo comía algunas pocas cosas para no morir por debilitamiento. En días calurosos, no tomaba bebidas de ningún tipo, y solo le bastaba mirar el crucifijo y recordar la sed de Jesús en la cruz, con el cual conseguía la valentía de continuar mortificando su cuerpo.

Santa Rosa de Lima dormía sobre duras tablas, y como almohada utilizaba un palo grueso. Cuando sentía deseos de estar más cómoda, miraba al crucifijo y habla con Jesús, y sentía que le respondía diciendo: "Mi cruz, fue mucho más cruel que todo esto".

Santa Rosa: Vocación y servicio.

Así entonces, Santa Rosa de Lima ayudaba a los enfermos y hambrientos alrededor de su comunidad, y a algunos los traería a su casa para cuidar de ellos con mucha dedicación, como si estuviese cuidando al mismo Jesús.

Además, Santa Rosa de Lima fue inspirada por el ejemplo de Santa Catalina de Siena. Tuvo un especial llamado para ayudar a los indios y evangelizarlos, quienes recientemente habían sido conquistados por los españoles de una forma completamente salvaje.

Santa Rosa se dedicó activamente a realizar obras de caridad mientras vivía una vida de austeridad y penitencia extrema.

Santa Rosa de Lima y el demonio.

El demonio atacaba a Santa Rosa de Lima de varias formas. Y había momentos de terrible sequedad espiritual en donde la oración, meditación o penitencias le producía una repulsión enorme. En un momento de sequedad, le dijo a Jesús: "Señor, ¿a dónde te vas cuando me dejas sola en estas terribles tempestades?".

E inmediatamente, Santa Rosa de Lima escuchó que Jesús le decía: "Yo no me he ido lejos. Estaba en tu espíritu dirigiendo todo para que la barquilla de tu alma no sucumbiera en medio de la tempestad".

Santos en la vida de Santa Rosa de Lima.

En su viaje espiritual, Santa Rosa de Lima tuvo interacción con dos grandes santos de la Iglesia que jugaron un papel importante en su vida. El primero fue Santo Toribio de Mogrovejo, el arzobispo de Lima. Este santo, nacido en España, fue el obispo de Lima durante unos ocho años cuando nació Rosa. Fue quien promovió la reforma religiosa y social en todo el Perú, dedicando gran parte de su tiempo a defender y ayudar a la población indígena. Santo Toribio fue aquel mismo obispo que confirmó a nuestra santa, dándole el nombre de confirmación de Rosa.

El segundo santo en la vida de Santa Rosa de Lima fue un compatriota: San Martín de Porres. Al igual que su amiga Rosa, San Martín tenía una profunda devoción a la Sagrada Eucaristía y al cuidado de los enfermos.

Últimos momentos de Santa Rosa.

Durante los últimos años de su vida, Santa Rosa de Lima estableció su hogar en una habitación de la casa de un funcionario del gobierno español, Don Gonzalo de Massa. Durante estos cortos años de estancia allí, llevaba a su habitación a niños sin hogar, ancianos y enfermos para cuidarlos. Este fue el comienzo de los servicios sociales en el Perú.

Aunque vivía como huésped en la casa del funcionario, Santa Rosa de Lima no dudó en protestar contra algunas de las duras prácticas de los españoles. Ella denunciaba que todos los sufrimientos de los pobres eran causados por la codicia de los conquistadores.  Fueron varias las enfermedades que le sobrevinieron. Durante su última enfermedad, se le oyó rezar con frecuencia: "Señor, aumenta mis sufrimientos, y con ellos aumenta tu amor en mi corazón". En sus últimos meses exclamaba:

"Nunca pensé que una persona tuviera que sufrir tanto, tanto como lo que yo estoy sufriendo. Jesús me concede valor para soportarlo todo". (Santa Rosa de Lima)

Los últimos años, Santa Rosa vivía continuamente en un ambiente de oración mística, con la mente casi ya más en el cielo que en la tierra.

La oración, sacrificios y penitencias de Santa Rosa de Lima conseguían numerosas conversiones de pecadores, y aumento de fervor en muchos religiosos y sacerdotes.

Así, Santa Rosa de Lima Murió el 25 de agosto 1617 a la edad de 31 años. Como ella misma lo había solicitado, su cuerpo fue enterrado en el claustro de la Iglesia de Santo Domingo. Fue beatificada el 15 de abril de 1668 por el Papa Clemente IX y canonizada el 12 de abril 1671 por el Papa Clemente X.

El sumo pontífice la declaró santa y la proclamó Patrona de América Latina. Ella se representa con una corona de rosas. Santa Rosa de Lima es la más bella rosa que ha producido nuestro continente.

Reliquias de Santa Rosa de Lima.

Los católicos veneramos las Reliquias de los santos como signo de admiración por haber sido reflejos del amor de Dios en la tierra. Actualmente, las reliquias de Santa Rosa de Lima se conservan ahora en la Iglesia de los Dominicos de Santo Domingo de Guzmán en Lima. Muchos milagros ocurrieron luego de su muerte. Cada año los devotos hacen una peregrinación a la capilla de Santa Rosa de Quives donde ella pasaba su tiempo en oración.

En el último día de su viaje apostólico a Perú en enero de 2018, el Papa Francisco visitó la Catedral Basílica de San Juan Apóstol de Lima para rezar ante las reliquias de los santos más queridos del Perú, entre ellos, las de Santa Rosa de Lima. Un fragmento de la oración realizada por el Santo Padre es la que sigue:

"Dios, Padre nuestro, a través de Jesucristo, fundaste tu Iglesia en la roca de los Apóstoles, que, guiados por el Espíritu Santo, ella puede ser un signo e instrumento de tu amor y misericordia en el mundo: te damos las gracias por los dones que tienes otorgada a nuestra Iglesia en Lima. Te agradecemos de manera especial por la santidad que ha florecido en nuestra tierra. Nuestra Iglesia Arquidiocesana se ha hecho fructífera por los trabajos apostólicos de Santo Toribio de Mogrovejo, ampliado por la oración, la penitencia y la caridad de Santa Rosa de Lima y San Martín de Porres, adornado por el celo misionero de San Francisco Solano y el humilde servicio de San Juan Macías. Ha sido bendecido por el testimonio de vida cristiana y la fidelidad al Evangelio de muchos otros de nuestros hermanos y hermanas. Te damos gracias por todo lo que han logrado en nuestra historia y te pedimos que nos mantengas fieles a la herencia que hemos recibido (...)".

Reflexión sobre Santa Rosa.

La contribución de Santa Rosa de Lima al cristianismo en las Américas fue muy impresionante. Durante su corta vida, Santa Rosa sufrió una serie de dolencias físicas y pruebas espirituales. Era una reclusa, una mística terciaria dominicana, una visionaria, la fundadora del trabajo social en Perú, ella recibió un estigma invisible, fue un excelente modelo de virtud.

Santa Rosa de Lima tenía una característica común a todos los santos, el sufrimiento inducido por la oposición. También poseía otra característica que es más admirable que imitar, la oración continua y la excesiva práctica de la penitencia. Con todo esto logró innumerables conversiones en toda América.

Oración a Santa Rosa de Lima.

Gloriosa Santa Rosa de Lima, tú que sabías lo que era amar a Jesús con un corazón tan fino y generoso. Tú, que desde la infancia despreciaste las vanidades del mundo para abrazar su cruz. Tú que amaste con infalible devoción a nuestra Madre Celestial y profesaste una gran y tierna dedicación a los desposeídos, sirviendo entonces de la misma manera que Jesús. Oh, querida Santa Rosa, enséñanos a imitar tus mayores virtudes, para que nosotros, siguiendo tu ejemplo, podamos disfrutar de la gloriosa protección de Dios y de su compañía en el Cielo. Amén.

Oh, Santa Rosa de Lima, la más bella Rosa, te llenaste tanto del amor de Dios que te permitió dejar el mundo y ser libre para Él a través de la austeridad y de la penitencia. Por favor, ayúdanos a seguir tus pasos en la tierra para disfrutar contigo del torrente de las delicias de Dios en el cielo. Amén. Te lo pedimos por nuestro Señor, Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina Contigo, en unidad al Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.