Muchas veces cuando oramos o pedimos a Dios una solución a nuestro problema asumimos una posición de víctima. Pero la oración es encuentro desde la humildad
En la Oración, ¿rezas con Humildad o te haces la Víctima ante Dios?
La oración es un verdadero encuentro con Dios, un encuentro con el amor, que debe hacerse desde el corazón humilde. Es un diálogo amoroso con Aquel que te dio la vida. Sea de agradecimiento o petición, la oración expone nuestra humildad y confesamos nuestras responsabilidades, pero eso no quiere decir que debemos hacernos la víctima ante Dios.
La oración no es hacerse la víctima.
En muchas ocasiones, cuando queremos tener un encuentro íntimo con Dios a través de la oración, cuando oramos o pedimos a Dios una solución a nuestros problemas, asumimos una posición externalista, una posición de víctima ¿Cómo es esto? Por ejemplo: Mi esposo me dejó, siempre viví dedicada a él, se fue con otra, es un mal hombre. Señor, cámbialo, conviértelo y dame paz (aplica tanto al esposo como a la esposa) Esto puede traducirse en: "la culpa es de él", "yo soy víctima de esta situación", "no he hecho nada para merecer esto, pobre de mí".
Esto, muchas veces, lo manifestamos cuando oramos y también, hasta cuando asistimos a la confesión. Nos confesamos y culpamos al otro de haber pecado, o a las circunstancias que nos rodean. Parece que nos cuesta mucho poner la vista en nosotros, ¿saben por qué?: porque asumir responsabilidades, duele, asumir que yo también soy responsable, ¡duele mucho!, y Evitamos a toda costa el dolor. Buscamos causas afuera de nosotros para no hacernos responsable de nuestras propias decisiones.
La oración es encuentro y confesión humilde.
En este día te invito a revisarte a ti mismo. Te invito a dejar de pedirle a Dios que cambie al otro, y empezar a ver: "¿Qué hice yo para estar pasando por esto?", las respuestas pueden ser múltiples si lo miras con un corazón lleno de humildad:
- "Yo escogí mal",
- "Yo idolatré a mi pareja",
- "Yo idolatré a mi hijo",
- "Yo idolatré a mi trabajo",
- "Yo fui imprudente",
- "Yo descuidé mi hogar",
- "Yo descuidé mi trabajo",
- "Yo fui perezoso",
- "Yo despilfarré el dinero",
- "Yo descuidé mi vida espiritual",
- "Yo traicioné aquella confianza",
- "Yo no le entregué suficiente tiempo a Dios"
- "Yo sabía lo que iba a suceder, pero me estaba sintiendo tan bien en el momento", etc.
Estas cosas están dentro de nuestro corazón, y es allí donde primero tenemos que buscar la respuesta. Es más fácil sentarnos a llorar por causa del otro o de las circunstancias que nos ha tocado vivir. Duele, y duele mucho, darnos cuenta de que no solo somos responsables de nuestro éxito, sino también y sobre todo, de nuestros fracasos.
No somos títeres de Dios ni del demonio. Dios nos ama tanto que, en su inmenso y desbordado amor, nos dio la posibilidad de decidir y ser libres. Hay veces que caemos en el error de culpar a Dios de lo malo que nos sucede, o culpamos al demonio de cada caída, pues aunque el demonio existe y es capaz de tentarnos para pecar, estas tentaciones son externas y podemos vencerlas si estamos bien cimentados en la fe, si estamos en la gracia de Dios. Recordemos que los errores nacen primero en nuestro corazón. (Leer Mateo 15,10-20)
Es hora de dejar de comportarnos como niños, de dejar de hacernos las víctimas de las calamidades y de los victimarios, y empezar a comportarnos como adultos que tienen en sus manos la libertad de decidir. Recordemos la parábola del Fariseo y el publicano ¿Quién salió justificado en la oración?, el que se hizo humilde o el que se enalteció? Reflexionemos sobre nuestra forma de orar, sobre cómo debemos llevar ese encuentro íntimo con nuestro padre amado, a través de la oración. Hacerse la víctima no resuelve nada, aceptación desde la humildad, tocará el corazón de Dios. El Señor te bendiga. Paz y bien.
Recursos sobre la oración.
-
5 citas bíblicas que te muestran el gran poder de la oración
Estas citas bíblicas te muestran el gran poder de la oración. Cuando oramos con fe, si es la voluntad de Dios, la oración es indetenible
-
Oración de intercesión. Orar con fe. Conoce su poder y fuerza
La oración de intercesión es un arma poderosa que podemos usar para la transformación personal y la del mundo. Fe y orar con poder y fuerza
-
Cómo mover montañas con la oración de confianza
San Juan enseña: Tenemos plena confianza de que Dios nos escucha. Con esta confianza podemos mover montañas con la oración
-
Pon toda tu confianza en Dios y encontrarás fuerzas para triunfar
Dios quiere ver un fe inquebrantable y sólida, una fe con la que seas capaz de creer que Él mejorará toda situación complicada
