Lectura del Santo Evangelio de hoy 30 de agosto, 2020. Reflexión del Papa. Mateo 16,21-27. Lecturas del día domingo. Palabra oración diaria
Evangelio del día - Lecturas de hoy domingo 30 de agosto, 2020.
Lecturas del Evangelio de hoy 30 de agosto, 2020.
Lectura del día domingo.
Fiesta de Santa Margarita Ward.
Primera Lectura para el Evangelio de hoy: Lectura del libro del Profeta Jeremías 20,7-9.
"Me has seducido, Señor, y me dejé seducir; me has agarrado y me has podido. He sido la irrisión cotidiana: todos me remedaban. Pues cada vez que hablo es para clamar: "¡Atropello!", y para gritar: "¡Expolio!." La palabra del Señor ha sido para mí oprobio y befa cotidiana. Yo decía: "No volveré a recordarlo, ni hablaré más en su Nombre." Pero había en mi corazón algo así como fuego ardiente, prendido en mis huesos, y aunque yo trabajada por ahogarlo, no podía."
Salmo de hoy domingo.
Salmo 62(63):2-6,8-9.
"Por ti mi alma está sedienta, oh Señor mi Dios.". (R).
Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo, mi alma está sedienta de ti; mi carne tiene ansia de ti, como tierra reseca, agostada, sin agua. (R).
¡Cómo te contemplaba en el santuario viendo tu fuerza y tu gloria! Tu gracia vale más que la vida, te alabarán mis labios. (R).
Toda mi vida te bendeciré y alzaré las manos invocándote. Me saciaré como de enjundia y de manteca, y mis labios te alabarán jubilosos. (R).
Porque fuiste mi auxilio, y a la sombra de tus alas canto con júbilo; mi alma está unida a ti, y tu diestra me sostiene. (R).
Segunda Lectura de hoy.
Romanos 12,1-2.
"Os exhorto, pues, hermanos, por la misericordia de Dios, que ofrezcáis vuestros cuerpos como una víctima viva, santa, agradable a Dios: tal será vuestro culto espiritual. Y no os acomodéis al mundo presente, antes bien transformaos mediante la renovación de vuestra mente, de forma que podáis distinguir cuál es la voluntad de Dios: lo bueno, lo agradable, lo perfecto."
Aclamación del Evangelio de hoy.
"¡Aleluya, aleluya! Que el Padre de nuestro Señor Jesucristo ilumine los ojos de nuestra mente, para que podamos ver la esperanza que su llamada nos ofrece. Aleluya." (Cfr. Efesios 1,17.18).
Santo Evangelio de hoy - Mateo 16,21-27.
Evangelio de hoy Lectura del Santo Evangelio de hoy domingo 30 de agosto (El que quiera salvar su vida la perderá): En aquel tiempo, Jesús comenzó a anunciar a sus discípulos que debía ir a Jerusalén, y sufrir mucho de parte de los ancianos, de los sumos sacerdotes y de los escribas; que debía ser condenado a muerte y resucitar al tercer día. Pedro lo llevó aparte y comenzó a reprenderlo, diciendo: "Dios no lo permita, Señor, eso no sucederá". Pero él, dándose vuelta, dijo a Pedro: "¡Retírate, ve detrás de mí, Satanás! Tú eres para mí un obstáculo, porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres. Entonces, Jesús dijo a sus discípulos: El que quiera venir conmigo, que renuncie a sí mismo, que tome su cruz y me siga. Pues el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mí, la encontrará. ¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero, si pierde su vida? ¿Y qué podrá dar uno a cambio para recobrarla? Porque el Hijo del hombre ha de venir rodeado de la gloria de su Padre, en compañía de sus ángeles, y entonces dará a cada uno lo que merecen sus obras. Les aseguro que algunos de los que están aquí presentes no morirán antes de ver al Hijo del hombre, cuando venga en su Reino." Palabra del Señor.
Reflexión del Evangelio de hoy por el Papa Francisco.
"¿De qué te sirve ganar el mundo entero, si pierdes tu vida?".
Sobre la lectura del Evangelio de hoy, Cristo nuestro Señor, Rey eterno, llama a cada uno de nosotros diciéndonos: "Quien quisiere venir conmigo, ha de trabajar conmigo, porque siguiéndome en la pena, también me siga en la gloria":
Ser conquistado por Cristo para ofrecer a este Rey toda nuestra persona y toda nuestra fatiga; decir al Señor querer hacer todo para su mayor servicio y alabanza, imitarle en soportar también injurias, desprecio, pobreza.
(...) Dejarse conquistar por Cristo significa tender siempre hacia aquello que tenemos de frente, hacia la meta de Cristo y preguntarse con verdad y sinceridad: ¿Qué he hecho por Cristo? ¿Qué hago por Cristo? ¿Qué debo hacer por Cristo? (cf. EE, 53)
En el Evangelio de hoy, Jesús nos dice: "Quien quiera salvar su vida la perderá, pero el que pierda su vida por mi causa la salvará... Si uno se avergüenza de mí...". (Lucas 9,23-26). Y así sucesivamente...
La invitación que hace Jesús es la de no avergonzarse nunca de Él, sino seguirle siempre con entrega total, fiándose y confiándose a Él.
Pero contemplando a Jesús, como nos enseña San Ignacio de Loyola en la Primera Semana, sobre todo contemplando al Cristo crucificado, sentimos ese sentimiento tan humano y tan noble que es la vergüenza de no estar a la altura; contemplamos la sabiduría de Cristo y nuestra ignorancia, su omnipotencia y nuestra debilidad, su justicia y nuestra iniquidad, su bondad y nuestra maldad.
A través de la meditación del Evangelio de hoy, vamos a pedir la gracia de la vergüenza; vergüenza que me llega del continuo coloquio de misericordia con Él; vergüenza que nos hace sonrojar ante Jesucristo; vergüenza que nos pone en sintonía con el corazón de Cristo que se hizo pecado por mí; vergüenza que pone en armonía nuestro corazón en las lágrimas y nos acompaña en el seguimiento cotidiano de mi Señor.
Y esto nos lleva siempre a la humildad, a vivir esta gran virtud. Humildad que nos hace conscientes cada día de que no somos nosotros quienes construimos el Reino de Dios, sino que es siempre la gracia del Señor que actúa en nosotros; humildad que nos impulsa a ponernos por entero no a nuestro servicio o al de nuestras ideas, sino al servicio de Cristo y de la Iglesia, como vasijas de barro, frágiles, inadecuados, insuficientes, pero en los cuales hay un tesoro inmenso que llevamos y comunicamos. (Homilía del Evangelio de hoy. Santa Marta, 31 de julio de 2013.)
Oración para el Evangelio de hoy.
Señor Dios, despierto cada día confiado en que, tu poder que todo lo restaura, rige todas mis acciones e ideas, para conducirme por caminos de paz. Ruego a la poderosa fuerza de tu presencia para que abrigues y protejas mi corazón de tantas penas y sufrimientos que mis cruces van causando en él.
Qué difícil es tomar la cruz de cada día con alegría y seguirte. Y más difícil aun cuando esa cruz es la de una enfermedad que no da tregua a mi cuerpo. Ven en mi auxilio junto con toda tu corte de ángeles y apártame de las malas decisiones. Tú eres mi refugio para enfrentar toda situación difícil de mi vida.
No permitas que me quede con sentimientos vacíos. Dame tu gracia para sostenerme en medio de mis cruces, permanecer fuerte y no salir derrotado. Sana mi corazón de las heridas causadas por el rencor y decepciones y dame la sabiduría de tu Espíritu Santo para asumir mis cruces con valentía.
Ayúdame a comprender el poder de la belleza de tu cruz sanadora para así poder comprender la belleza de la mía. Confío en lo que quieres para mí. Ayúdame a que mi cruz pueda transformarla en bendición, a través de una vida de oración, vivida a través de los ojos de tu amor. Amén
Propósito del Evangelio de hoy.
En algún momento del día, tomaré una pequeña pausa y me alejaré un poco de todo para conversar con Dios sobre mis situaciones y pedirle que me ayude a enfrentar los problemas.
Frase de reflexión.
"Las guerras destrozan muchas vidas. Pienso especialmente en los niños a los que les han robado su infancia." Papa Francisco.
Audio Evangelio de hoy 30 de agosto.
Después de haber leído el texto de Evangelio del día, escucha ahora la reflexión correspondiente a la lectura del Santo Evangelio de hoy Mateo 16,21-27, en audio. Palabra de Dios comentada para la vida diaria.
Pulsa en el ícono de Play para comenzar a escuchar la reflexión para el Evangelio de hoy domingo.
Índice de lecturas del día.
Intenciones para el día 30 de agosto.
No hay nada más sanador que la Palabra de Dios. Al meditar el Evangelio del día profundizas en tu relación personal con Dios. Pidamos por todas esas intenciones de oración para hoy domingo que quieres expresar. Escribe en los comentarios todo aquello que quieres que Dios pueda darte o sanarte a través de la lectura de su Palabra en el Evangelio de hoy 30 de agosto, 2020. Paz y bien en tu vida.
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