Franciscano en Siria al Papa Francisco: Estamos en la miseria humana

Amman, Jordania (20/02/2020) - "Tantos refugiados están sin techo y sin comida. Estamos en la miseria humana", es el llamado que realizó un fraile franciscano en Siria al Papa Francisco.

Las fuerzas del gobierno sirio y los aviones de guerra rusos están bombardeando la provincia de Idlib, mientras decenas de miles de personas se refugian bajo tiras de carpas de plástico en el frío glacial y la nieve. Otros huyen de las explosiones, hacinados en camiones con pocas de sus posesiones terrenales, dirigiéndose a la ya abarrotada frontera norte, cerrada por Turquía.

Pro Terra Sancta, un agrupación que apoya el trabajo de dos frailes franciscanos y otros en la provincia de Idlib y en la cercana Alepo, expresó: 

"El suelo en Idlib tiembla, la gente huye y los gritos de los que no tienen nada se pierden en la nieve... Así es, porque ha estado nevando durante días en la provincia de Idlib, en el norte de Siria, y las bombas caen incesantemente".

Estamos en la miseria humana.

En un video llamado al Papa Francisco, uno de los frailes, el padre Hanna Jallouf, expresó:

"Por favor, os ruego que recéis también por nuestra paz, por nuestra patria y por nuestra zona, porque hay tantos refugiados y tantos refugiados están sin techo y sin comida. Estamos en la miseria humana".

Pro Terra Sancta, con sede en Jerusalén y Milán, apoya a la Custodia Franciscana de Tierra Santa, que incluye a los franciscanos de Siria.

Andrea Avveduto, jefe de comunicaciones, expresó a la agencia Católica de noticias (Catholic News Service):

"Un niño murió mientras era llevado por su padre en el camino al hospital. El padre decidió llevar al niño enfermo al hospital y tuvo que caminar durante dos horas para llegar allí. Pero cuando llegaron, el niño ya estaba muerto por el frío".

"Idlib está experimentando un gran problema. Es una de las mayores crisis humanitarias desde el comienzo de la guerra de Siria en marzo de 2011. Está bajo asedio del régimen sirio debido a los yihadistas y rebeldes que huyeron de otras partes de Siria".

Los padres Jallouf y Louai Beshara "están sirviendo a los necesitados, incluidos los cristianos, en las aldeas de Knayeh y Yacoubieh, pero muchos no tienen nada que comer o beber y hay un frío amargo". Más de 10 niños murieron sólo la semana pasada a causa de las heladas temperaturas. Mucha gente sigue muriendo. La situación es muy dramática, realmente terrible.

Los cristianos de estas aldeas también están atrapados en el punto de mira de los yihadistas, que ocupan estos lugares, y los bombardeos de las fuerzas del gobierno sirio y los aviones de guerra rusos.

El padre Jallouf hizo su llamamiento a la ayuda y a las oraciones cuando más de 50 obispos y patriarcas católicos de los países que bordean el Mar Mediterráneo se reunieron del 19 al 23 de febrero en Bari, Italia.

El Papa Francisco estaba programado para unirse a los obispos el 23 de febrero. Ellos considerarán cómo abordar los terribles acontecimientos que se desarrollan en la región.

Michelle Bachelet, la jefa de derechos humanos de la ONU, pidió a Siria y a sus aliados que permitan el establecimiento de corredores humanitarios seguros en las zonas de conflicto. Dijo que era "increíblemente cruel" que los civiles vivieran bajo lonas de plástico en condiciones de baja intensidad mientras sus hogares eran bombardeados.

Sin embargo, el presidente sirio Bashar Assad ha prometido seguir adelante con una campaña militar que, según la ONU, ha desplazado a más de 900.000 personas de sus hogares desde principios de diciembre. Esto representa el mayor desplazamiento de personas desde que estalló la guerra civil en Siria.

"Los niños y las familias están atrapados entre la violencia, el frío cortante, la falta de alimentos y las condiciones de vida desesperadas. Este desprecio tan abyecto por la seguridad y el bienestar de los niños y las familias está fuera de lugar y no debe continuar", dijo Henrietta Ford, directora ejecutiva de la agencia de las Naciones Unidas para la infancia, UNICEF.

Las Naciones Unidas estiman que el 60 por ciento de los afectados son niños, mientras que el 21 por ciento son mujeres.

Mientras tanto, Avveduto dijo que el antiguo centro comercial de Siria en la cercana Aleppo sigue siendo un bombardeo.

Aunque Pro Terra Sancta ha apoyado a muchos en la segunda ciudad más grande del país para mantener sus condiciones de vida durante las hostilidades, "la falta de agua, electricidad, combustible y alimentos en Alepo significa que tenemos un problema aún mayor allí, porque la gente tiene hambre, no tiene nada para beber y no tiene trabajo", dijo a Catholic News Service.

"Las empresas y fábricas no han reabierto. La gente esperaba el renacimiento de la ciudad, pero no ha sucedido. Alepo está olvidada por el mundo, pero las necesidades económicas de la ciudad son más grandes que nunca antes", dijo.

Las tropas del gobierno, respaldadas por intensos ataques aéreos de aviones rusos y sirios, capturaron más de 30 aldeas alrededor de Alepo el 15 y 16 de febrero. Los analistas dicen que esto ha puesto a Alepo fuera del alcance del fuego rebelde por primera vez en años y ha consolidado el control del gobierno sobre la vital carretera que une Alepo con la capital, Damasco.

Mark Lowcock, el subsecretario general de la ONU para asuntos humanitarios, dijo que "la mayor historia de horror humanitario del siglo XXI" sólo podría evitarse con un alto el fuego.

Dijo que los bebés y los niños pequeños estaban muriendo por el frío, ya que la gente se ve obligada a dormir en campos abiertos y bajo los árboles en temperaturas bajo cero porque los campos están llenos.

"Estamos recibiendo ahora informes de que los asentamientos para personas desplazadas están siendo golpeados, lo que provoca muertes, lesiones y más desplazamientos", añadió.

Lowcock dijo que una importante operación de socorro gestionada desde el otro lado de la frontera en Turquía estaba siendo desbordada.

El presidente turco Recep Tayyib Erdogan dijo a mediados de febrero que su intervención militar en Idlib es "inminente" para hacer frente a los avances del gobierno sirio en ese lugar. Erdogan ha apoyado el dominio militante en la provincia de Idlib y no quiere recibir más refugiados sirios en Turquía