Papa Francisco: La corrupción es uno de los pecados más graves que afligen a nuestro continente, devasta vidas sumergiéndolas en la pobreza
El Papa Francisco advirtió a los obispos de todo el hemisferio occidental que la corrupción representa una grave amenaza para la población de América Latina. También reiteró los llamamientos para que la Iglesia trabaje estrechamente con la gente para renovar la esperanza.
En una carta al Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), que se reunió en El Salvador hasta el 12 de mayo. Sobre la corrupcion, el Papa Francisco dijo lo siguiente:
"La corrupción es uno de los pecados más graves que hoy afligen a nuestro continente.
La corrupción devasta vidas sumergiéndolas en la pobreza más extrema.
La corrupción destruye poblaciones enteras sometiéndolas a la precariedad.
La corrupción, como un cáncer, consume la vida cotidiana de nuestro pueblo.
Y hay tantos de nuestros hermanos y hermanas quienes, admirablemente, salen a pelear en contra de esto"
El Papa Francisco utilizó la historia de Nuestra Señora de Aparecida, considerada la principal patrona de Brasil, para enfatizar su mensaje de esperanza. Según la tradición del pueblo, la estatua ayudó a traer la fe a tres pescadores cuando la encontraron en un río hace 300 años. Al respecto, el Santo Padre indicó:
"Aún hoy, 300 años después, Nuestra Señora de Aparecida nos hace crecer al hacer discípulos a los hombres.
En Aparecida encontramos la dinámica de un pueblo creyente que se confiesa pecador y se salva, un pueblo fuerte, consciente de que sus vidas están llenas de una presencia que les anima a no perder la esperanza, una presencia que se esconde en la vida cotidiana del hogar y de la familia, en aquellos espacios silenciosos en los que el Espíritu Santo continúa apoyando a nuestro continente"
Iglesia y pueblo trabajando juntos
Les reitero lo que escribí en "Evangelii Gaudium
"Prefiero una Iglesia magullada, herida y sucia porque ha salido a la luz, en vez de una Iglesia que está enferma de estar confinada y de aferrarse a su propia seguridad"
La carta fue leída a los obispos el primer día de una reunión en la cual se encontraban representantes de 21 países de América Latina y el Caribe, Estados Unidos y Canadá. L
os participantes planearon discutir la inmigración y el crimen, la posibilidad de organizar un sínodo de las Américas y las conmemoraciones del beato Oscar Romero, arzobispo de San Salvador que murió en 1980 mientras celebraba una misa.