Papa Francisco: Necesitamos aprender a ser dóciles al Espíritu Santo

El Papa Francisco indicó que para ser dóciles al Espíritu Santo hay que seguir 3 pasos y tener un corazón abierto. "Recibamos el Espíritu Santo con docilidad". Este fue parte del mensaje expresado por el Santo Padre durante su homilía del martes por la mañana durante la Misa celebrada en la residencia Santa Marta del Vaticano.

Las Hermanas que trabajan en la residencia de Santa Marta se unieron al Papa Francisco en la Misa, ya que estaban celebrando la fiesta de su fundadora, Santa Luisa de Marillac.

El Papa Francisco, que continuó desarrollando los temas que había tocado en la homilía de la víspera, reflexionó sobre la docilidad y apertura de los primeros cristianos ante el Espíritu Santo con respecto a las primeras persecuciones de cristianos.

Docilidad al Espíritu Santo.

En estos últimos días hemos hablado de la resistencia al Espíritu Santo, por lo que San Esteban regañó a los doctores de la ley. Hoy las lecturas hablan de una actitud contraria, que es que los cristianos tengan docilidad hacia el Espíritu Santo

Después de la muerte de San Esteban, estalló una persecución generalizada contra los cristianos y muchos de ellos huyeron a lugares como Chipre, Fenicia y Antioquía.

Pero esta persecución dio nuevas oportunidades a los cristianos. Hasta ese momento solo habían estado predicando a los judíos.

La Palabra abre el corazón al Espíritu.

Algunos de los cristianos que iban a Antioquía comenzaron a predicar a paganos, porque sentían que el Espíritu Santo los incitaba a hacerlo. Esto mostró docilidad hacia el Espíritu.

Esta docilidad se habla en la primera carta de Santiago, donde exhorta a los creyentes a recibir la Palabra con docilidad. Esto significa tener una actitud abierta y no rígida.

3 pasos para ser dóciles al Espíritu Santo

1. El primer paso en el camino de la docilidad es recibir la Palabra, que abre el corazón.
   
   
2. El segundo paso es conocer la Palabra, conocer a Jesús, que dice: "mis ovejas escuchan mi voz, las conozco y me siguen"
   
   
3. Entonces hay un tercer paso, familiarizarse con la Palabra. Para traer siempre la Palabra con nosotros. Para leerla, para abrir nuestros corazones al Señor, abrir nuestros corazones al Espíritu, quien nos hace entender la Palabra.

Y el fruto de esto, recibir la Palabra, comprender la Palabra, llevarla con nosotros, tener esta familiaridad con la Palabra, es un gran fruto

Una persona que hace esto muestra bondad, amabilidad, alegría, paz, autocontrol y mansedumbre... Esta mansedumbre es la actitud que nos da docilidad hacia el Espíritu.

Pero tengo que recibir al Espíritu que me trae la Palabra con docilidad. Y esta docilidad, al no resistirme al Espíritu, me trae este modo de vivir, este modo de actuar.

Recibir, conocer, llamar.

Recibir la Palabra con docilidad, conocer la Palabra y llamar al Espíritu para concedernos la gracia de entender y dar espacio para que esta semilla brote y crezca en esta actitud de bondad, mansedumbre, paz, caridad y control en nosotros mismos. Todo esto demuestra una actitud cristiana

No fueron los Apóstoles los que predicaron a los paganos en Antioquía, sino otros cuyos nombres no conocemos. Y cuando el apóstol Bernabé llegó a Antioquía, vio allí la gracia de Dios, descansando en corazones fieles al Él.

El Espíritu nos guía a no hacer mal, nos guía a recibir con docilidad, a conocer el Espíritu en la Palabra y a vivir según el Espíritu. Y esto es lo opuesto a la resistencia, por la cual Esteban reprendió a los doctores de la ley: "¡Siempre has resistido al Espíritu!"

¿Resistimos al Espíritu? ¿Creamos resistencia? ¿O lo recibimos? Con docilidad: estas son las palabras de Santiago. "Recibir con docilidad". La resistencia es lo opuesto a la docilidad. Llamemos a esta gracia.

Fue en Antioquía donde la comunidad de discípulos recibió por primera vez el nombre de cristianos.