Universidades Pontificias se preparan para clases en la era del Covid-19

Cuando el Vaticano emitió normas para que las universidades pontificias ofrezcan clases presenciales en sus campus para el próximo año académico, los institutos de Roma pasaron el verano discutiendo qué cambios y protocolos serían necesarios para mantener al personal y a los estudiantes a salvo durante los tiempos de la pandemia de Coronavirus Covid-19.

A la luz de la pandemia COVID-19, la Congregación para la Educación Católica publicó recomendaciones a principios de mayo y las confirmó a mediados de junio, pidiendo que las universidades eclesiásticas hicieran lo necesario "para poder enseñar de la manera ordinaria, con las clases celebradas en presencia de estudiantes y profesores".

Ente las recomendaciones, se citaba que la llamada "educación a distancia", "no es una alternativa" y sólo debe ser usada "en parte y para situaciones particulares", con autorización de la oficina del Vaticano.

Según el rector de la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, la importancia de la instrucción presencial se hizo evidente durante la repentina cuarentena nacional en la primavera, que obligó a todas las instituciones educativas de Italia a recurrir a la instrucción virtual.

Gracias a los rápidos administradores y a las plataformas ya existentes, los programas pudieron continuar en línea, y muchos estudiantes completaron sus exámenes de fin de año y defendieron sus disertaciones en línea o en persona.

Mientras que el choque reveló cuán vulnerables y dependientes son las personas entre sí, el rector, el Padre Jesuita Nuno da Silva Gonçalves, dijo que también mostró cómo su universidad estaba lista para responder a las nuevas necesidades, dispuesta a innovar y mejorar para cumplir su misión en la formación humana y la construcción de un futuro mejor.

Sin embargo, aunque la experiencia sacó a la luz "un potencial inimaginable" combinado con "una proximidad imprevista entre los profesores y los estudiantes en las aulas virtuales", la presencia en persona sigue siendo una prioridad, dijo en el sitio web de la universidad.

"Se ha fortalecido nuestra convicción de que ningún dispositivo tecnológico puede sustituir la dinámica del aprendizaje in situ; una convicción que no se debe a la nostalgia, sino que es el resultado de una larga y consolidada experiencia", dijo en los comentarios que acompañan a los nuevos protocolos de la escuela.

Así que queriendo seguir tanto los beneficios probados de la instrucción de persona a persona, como se ve en las recomendaciones del Vaticano, y adherirse a los protocolos y medidas de seguridad italianas, las universidades gregorianas y otras universidades pontificias publicaron a lo largo del mes de julio planes bastante detallados de cómo sería el nuevo año académico.

La inscripción en las clases permanecerá en línea durante julio y agosto, y cuando las clases comiencen a principios de octubre, será un aprendizaje en el sitio, pero las alternativas en línea también estarán listas o en funcionamiento para aquellos que lo necesiten.

Como dijo la Universidad Pontificia de la Santa Cruz en su sitio web, tiene que tener en cuenta que una gran parte de su alumnado está formada por estudiantes extranjeros, que pueden tener problemas para asistir a las clases in situ debido a las continuas restricciones de viaje.

Alrededor del 70% de los estudiantes matriculados en la Pontificia Universidad Gregoriana son estudiantes extranjeros, y el 65% de ellos proceden de países no pertenecientes a la UE.

Los viajes internacionales son un problema aún mayor para los estudiantes de la Pontificia Universidad Urbaniana, cuyo alumnado procede predominantemente de Asia y África, dijo el Padre Roberto Cherubini al Servicio Católico de Noticias.

Algunos no pueden salir de su país, por lo que algunos no podrán venir a la universidad a estudiar, escribió en un correo electrónico de respuesta a preguntas. Se les ofrecerán oportunidades en línea y "garantizaremos asistencia técnica tanto a los estudiantes como a los profesores que la necesiten", dijo el sacerdote, que trabaja en el departamento de relaciones públicas de la universidad.

Un enfoque cauteloso, pero proactivo y flexible es definitivamente el caso de la Universidad Pontificia Salesiana, que se convirtió en un "punto caliente" del coronavirus en la primavera cuando 62 residentes dieron positivo a la prueba del coronavirus. Varios requirieron hospitalización y un sacerdote murió de COVID-19.

El Padre Mauro Mantovani, rector de la universidad y presidente de la conferencia de universidades pontificias de Roma, dijo que los desafíos les hicieron tomar conciencia de la importancia de "la profunda necesidad" de un enfoque educativo que se centre en todos los aspectos de la persona y su llamada a relacionarse con los demás.

En junio, dijo a RomaSette.it, un sitio de noticias en línea de la diócesis de Roma, que lo que les guiaría en el futuro sería "la flexibilidad y la capacidad de adaptación".

Las directrices y oportunidades propuestas por la administración de la escuela tienen como objetivo "no dejar a nadie atrás". Estamos trabajando para garantizar el aprendizaje en persona, pero, donde no sea posible, mantendremos abierta la posibilidad de la enseñanza a distancia, que representa para nosotros una gran oportunidad", dijo.

El padre Mantovani dijo que el Papa Francisco quería que garantizaran que los estudiantes tuvieran la posibilidad de seguir los cursos ya sea en persona o en línea, y de esa manera, las universidades "podrían acompañar la situación personal de cada estudiante individual", de acuerdo con una carta fechada el 26 de junio y enviada por el secretario de estado del Vaticano a las universidades eclesiásticas en Roma.

El acompañamiento y la atención personalizada serán su objetivo mientras "se preparan para los nuevos escenarios que nos esperan", dijo el sacerdote en el sitio web de la universidad salesiana.

El mismo nivel de prudencia y entusiasmo espera a los estudiantes nuevos y a los que regresan, que residirán en el Pontificio Colegio Norteamericano.

El padre David A. Schunk, vicerrector de administración, dijo a Catholic News service, que la universidad no ha reducido el tamaño de su clase entrante, que será de unos 35 estudiantes.

La oficina de admisiones "se ha mantenido en contacto con nuestros nuevos estudiantes, y están entusiasmados con la idea de venir a Roma para comenzar los estudios teológicos", dijo.

Se están llevando a cabo discusiones para asegurar el distanciamiento social en las áreas comunales y hacer que los miembros de la comunidad monitoreen la temperatura de los estudiantes. Como todos los planes, esperamos que cambien con el tiempo a medida que la situación siga cambiando, pero sabemos que debemos ser flexibles para hacer todo lo posible por mantener sana a toda la comunidad", aseguró el padre David A. Schunk.

El Padre Schunk dijo además que, "a medida que avanzamos, creo que la pandemia nos ha enseñado la importancia de las relaciones personales que tenemos con Dios y con los demás. Para nuestros hombres que se preparan para el sacerdocio, esto será un recordatorio de lo sagrado de sus relaciones, la importancia de la persona que está frente a ellos, y no dar por sentadas sus relaciones".