Santa Teresa de Calcuta, Madre Teresa, fue una mujer de personalidad firme, decidida, de mucha acción y contundente fe. Estas 10 cosas sobre ella te impactarán
10 Cosas Verdaderamente Admirables de la Madre Teresa de Calcuta.
Santa Teresa de Calcuta (Agnes Goxha Bojaxhiu), nació en 1910, en la entonces Yugoslavia. Sus padres eran albaneses. A los doce años ya sabía que quería ser misionera. A los dieciocho años entró en la comunidad de las Hermanas de Loreto en Calcuta (India). La Hermana Teresa enseñó geografía en la escuela secundaria St. Mary´s High School de Calcuta, de la que más tarde fue directora. Todos sus alumnos procedían de familias ricas. Los niños pobres de los barrios bajos de Calcuta no eran admitidos. Había una gran diferencia entre el cómodo estilo de vida del convento y la miserable pobreza de las afueras.
El 10 de septiembre de 1946, mientras viajaba en un tren, la hermana Teresa sintió una llamada inequívoca de Dios para servir a los más pobres entre los pobres. En la primavera de 1948, recibió el permiso para abandonar los seguros muros de su convento y trabajar con los más pobres de entre los pobres. Así entonces, ella se convertiría en una mujer misionera, con una personalidad firme, decidida, de mucha acción y contundente fe.
10 cosas admirables de Santa Teresa de Calcuta.
En estas 10 sencillas anécdotas, podrás conocer mejor a esta gran Santa del siglo XX que entregó su vida con generosidad por los más desposeídos, los más pobres de entre los pobres.
1. La alegría de dar.
En cierta ocasión, la Madre Teresa de Calcuta supo de una familia hindú con ocho hijos que no tenía nada para comer. Cogió un poco de arroz y se lo llevó; los ojos de los niños brillaban de hambre. Su madre cogió el arroz, lo dividió y salió a la calle con la mitad del recibido. Cuando regresó y Santa Teresa de Calcuta le preguntó qué había hecho, contestó simplemente: "Ellos también tienen hambre".
"Ellos" eran una familia musulmana vecina. Santa Teresa de Calcuta comentó luego: "Aquella noche no les di más arroz, pues quería que ellos también pudiesen disfrutar de la alegría de dar".
2. La caridad, por encima del Papa.
El 29 de noviembre de 1964, Santa Teresa de Calcuta estaba invitada a la ceremonia de apertura del XXXVIII Congreso Eucarístico Internacional, presidida por Pablo VI en Bombay. Pero de camino al acto, vio a dos moribundos junto a un árbol, marido y mujer. Se detuvo con ellos hasta que el hombre murió en sus brazos.
Entonces Santa Teresa de Calcuta cargó en hombros a la esposa y la llevó a un centro de su congregación. Para entonces, la ceremonia ya había concluido.
3. Un premio mayor que un millón de dólares.
Cuando un periodista norteamericano vio sorprendido a Santa Teresa de Calcuta atendiendo a un enfermo con heridas hediondas, le dijo que él no haría eso ni por un millón de dólares. A lo que Santa Teresa de Calcuta le respondió: "Por un millón de dólares tampoco lo haría yo"
4. A los del "rollo social".
A las misioneras de la Caridad, algunos tenían las agallas de reprocharles la atención prestada a los más necesitados, alegando que eso les mantenía en la miseria. Y además, alegaban la manida comparación de qué es mejor, si regalar un pez o una caña de pescar.
Santa Teresa de Calcuta tenía clara la respuesta: "Lo que dicen ustedes me parece perfecto, pero los pobres con los que nosotros trabajamos están tan débiles que no tienen fuerza ni siquiera para sostener la caña entre sus manos. Si les parece, nosotras les alimentamos para que adquieran esa fuerza y luego ustedes les enseñan a manejar la caña".
5. Lección a un funcionario hostil.
Un día Santa Teresa de Calcuta acudió a solicitar una ayuda al edificio principal de la administración del estado de Bengala Occidental en Calcuta. El funcionario reaccionó de una manera muy hostil y humillante a la solicitud.
Pero más tarde, el superior jerárquico de ese funcionario estudió la solicitud y decidió acogerla. Cuando ella fue a recibir la suma concedida, el mismo funcionario malhumorado le dijo: "Este dinero es para usted". A lo que ella respondió inmediatamente: "No, este dinero es para los pobres. Para mí era su comportamiento del otro día".
6. "Sin María no hay Jesús".
Estando en Holanda, un protestante que la visitó junto con su esposa le comentó que, en su opinión, los católicos le daban excesiva importancia a María.
Santa Teresa de Calcuta replicó muy en su línea, breve y de lógica elemental. "Sin María no hay Jesús". Debió hacer pensar a su interlocutor, porque días después recibió una hermosa postal suya con el siguiente texto: "Sin María no hay Jesús".
7. Pasajera de lujo.
En sus viajes por la India, Santa Teresa de Calcuta llevaba consigo una gran imagen de la Virgen de Fátima, casi de tamaño natural, que le habían regalado.
Una vez la colocó en el tren en el asiento contiguo, y el revisor quería hacerle pagar el billete a Nuestra Señora Santa Teresa de Calcuta, le explicó que su pase gratuito de los Ferrocarriles Indios era para ella y una acompañante, y que esa era su acompañante ese día.
El agente insistió: "Las estatuas no hablan y, por tanto, no hacen compañía". A lo que Santa Teresa de Calcuta respondió: "Pues yo le hablo y ella me escucha. Y a veces ella me habla y yo la escucho a ella". Al fin y al cabo, el revisor se dio por vencido.
8. Objetivo Berlín.
Santa Teresa de Calcuta había hecho el voto de seguir inmediatamente la voluntad del Señor nada más conocida, de forma que no dejaba pasar ni un minuto. Así que, cuando en septiembre de 1980 se fue al Berlín Oriental a abrir la primera casa de la orden en un país comunista, la hermana que debía quedarse solo tenía permiso para 24 horas.
Ambas empezaron a recitar su oración de intercesión preferida: el Acordaos, (dirigido a la Virgen María). Cuando llevaban ocho, sonó el teléfono: le habían concedido el visado para seis meses.
9. Novenas express.
Una mujer de acción como Santa Teresa de Calcuta no hacía las novenas en nueve días, sino en uno solo, repitiendo diez veces el Acordaos. ¿Por qué diez? Daba por descontado que la petición iba a ser atendida y añadía una repetición adicional, la décima, en concepto de acción de gracias anticipada.
Si no conoces el Acordaos, esta es la oración: "Acuérdate, ¡oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a tu protección, implorando tu auxilio, haya sido desamparado. Animado por esta confianza, acudo a ti, oh Madre, Virgen de las vírgenes, y gimiendo bajo el peso de mis pecados, me atrevo a comparecer ante Ti. Oh madre de Dios, no deseches mis súplicas, antes bien, escúchalas y acógelas benignamente. Amén"
10. Mucho más que preconciliar.
Un teólogo que visitaba a las misioneras de la Caridad consideraba sus enfoques espirituales y pastorales propios de tiempos anteriores al Concilio Vaticano II. Al despedirse de ellas, no pudo reprimir el decírselo: "Lo que están haciendo ustedes es admirable, pero teológicamente están en un tiempo de hace doscientos años". La respuesta de Santa Teresa de Calcuta fue instantánea: "Peor aún. En hace dos mil años".
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