3 cosas que me gustaría haber conocido el día de mi boda

¡Oh, el día de mi boda! Nunca olvidaré cuan emocionada, nerviosa y exhausta me sentí en anticipación a mi boda con Dave. Habíamos planeado un día hermoso, asistimos a la preparación matrimonial y habíamos orado para que Dios bendijera nuestro matrimonio. Se podría decir que estábamos completamente preparados, ¿cierto? Bueno, en algunas cosas, sí, en otras, absolutamente no.

He amado estar casada con mi esposo y cada día estoy agradecida porque él es mi esposo. Pero, aun así, hay cosas que me gustaría que alguien me hubiese dicho el día de mi boda. Ustedes saben, las cosas IMPORTANTES. Las cosas de las que no se habla en la clase pre-matrimonial en la iglesia. Quería conocer el material "exclusivo". Así que estaba pensando.

Ahora que he estado casada por casi 15 años, ¿qué me diría a mí misma como novia llena de emoción y efusión en el día de mi boda? ¿Qué me gustaría que esa chica, un yo mucho más joven que pensaba que sabía todo acerca del matrimonio en ese momento, supiera? Es una pregunta difícil, pero voy a intentar responderla.

3 cosas a saber en el día de mi boda.

Hay 3 cosas que me gustaría haberme podido decir a mí misma el día de mi boda y que ahora tenga bastante claras.

1. No hay matrimonios perfectos.

Aunque este día puede parecer el "día perfecto" (y lo es en muchas maneras), NO hay matrimonios perfectos.

No hay matrimonios perfectos porque simplemente NO hay personas perfectas. Pero, ten en cuenta, servimos a un Dios perfecto que nos ama. Puede que esto suene negativo, pero pienso que libera un poco la presión. No es una excusa para tener un mal matrimonio, pero nos recuerda que no podemos señalar a nuestra pareja y decir que somos perfectos ¡No podemos!

Todos cometemos errores de vez en cuando. Hay acciones que son peores que otras, pero TODOS cometemos errores y necesitamos perdón. Me encanta como Pablo describe cómo Dios redime nuestras faltas en la 2 Carta a los Corintios.

"...Pero Él me respondió: "Te basta mi gracia, porque mi poder triunfa en la debilidad". Más bien, me gloriaré de todo corazón en mi debilidad, para que resida en mí el poder de Cristo". (2 Corintios 12,9)

Mi esposo, Dave, describe el matrimonio de esta manera:

Un matrimonio "perfecto" es sencillamente dos personas imperfectas que se rehúsan a darse por vencidas el uno con el otro.

Me encanta esto. Considero que podríamos haber evitado muchas discusiones y expectativas poco saludables al inicio de nuestro matrimonio si hubiese reconocido esta verdad. Ambos somos imperfectos, pero juntos somos una pareja perfecta.

2. Los votos matrimoniales.

Me gsutaría haberme dicho que todos los votos matrimoniales son importantes, pero todos ellos dependen de tu capacidad de amar primero.

Realmente usamos con gran frecuencia la palabra "amor", ¿no es así? Amo los tacos. Amo practicar Zumba. Amo "x" programa de televisión. Lo amamos, ¿cierto? Cuando se trata de nuestra pareja, el amor es mucho más profundo. Creo que todo comienza con el amor a Dios y el permitirle a Dios amarnos. Mientras más hagamos esto, más se expande nuestra capacidad de amar a nuestra pareja. La Primera Carta de Juan dice esto:

"El que no ama no ha conocido a Dios, pues Dios es amor". (1 Juan 4,8)

Si vamos a apreciarnos mutuamente, debemos amarnos primero. Si vamos a renunciar a todo lo demás y a comprometernos el uno con el otro en todas las maneras, debemos amarnos primero. Si vamos a enfrentar y superar enfermedades y tiempos de necesidad, debemos amarnos primero. Todo se reduce al AMOR y debemos comprometernos a ello.

3. Amarse y respetarse en todo momento.

Una de las cosas que más me habría gustado conocer el día de mi boda, es haber estado consciente de que habrán momentos en los que uno se debe RESPETAR mutuamente cuando alguno de los dos no lo merezca y AMARSE cuando creamos que alguno no sea digno de ser amado.

Esto puede resultar difícil de digerir a veces, pero es un mandamiento matrimonial en la Biblia tal como lo describe la Carta a los Efesios de San Pablo (5,22-33).

Estos versos les dicen a las esposas que deben ser sumisas, es decir, deben respetar a sus esposos. También dice que los esposos deben amar a sus esposas y estar dispuestos a dar la vida por ellas. Usualmente se ignora el versículo 33, pero considero que es extremadamente importante en el matrimonio. Dice,

"En cuanto a ustedes, cada uno ame a su esposa como a sí mismo, y la mujer, a su vez, respete a su marido". (Efesios 5,33)

¿Qué significa esto exactamente? Yo lo leo como si Pablo, asumiendo que él le está hablando a los hombres mientras escribe esta carta, estuviese enseñándole a los esposos que el AMOR es un campo de cultivo para el RESPETO.

En un matrimonio, no se puede tener lo uno sin lo otro. Todo comienza con el AMOR. Cuando una esposa se siente amada por su esposo, ella demuestra gran respeto por él. De la misma manera, cuando un esposo se siente respetado por su esposa, él desea amarla aún más.

Dado que Dios pone al hombre en una clara posición de liderazgo, tal como se describe en la cita bíblica "Efesios 5:22-33", Él está demostrando que los esposos necesitan AMAR primero para poder GUIAR sus familias efectivamente.

Todo esto suena muy bien hasta que nos encontramos de mal humor, discutiendo sobre las finanzas, sintiéndonos sobrecogidos por los compromisos y disciplinando a los hijos.

El estrés de la vida tiende a sacar lo peor de nosotros a veces. Pero, cuando leo Efesios 5,22-33, no veo "si...", "pero...", "en caso de...", etc. Sólo veo esposos y esposas llamados a AMARSE y RESPETARSE mutuamente, incluso cuando no lo merezcan.

Nuestra respuesta debe ser siempre de amor y respeto. Entonces, extinguiremos el fuego causado por las discusiones, malentendidos y sentimientos heridos en lugar de derramar gasolina sobre él. Sacaremos a relucir lo mejor en el otro en lugar de lo peor. Ya sea que estés comprometido o que hayas estado casado ya por años, todos podemos beneficiarnos de estos recordatorios. No debemos dejar de intentar mejorar nuestro matrimonio. Es un viaje edificante, que cambia la vida y no un destino final.

Recursos para matrimonios.