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Categoría: Evangelio del día
Boletín diario del Evangelio de hoy por email

Lectura del Santo Evangelio de hoy 14 de julio, 2020. Reflexión del Papa. Mateo 11,20-24. Lecturas del día martes. Palabra y oración diaria

Evangelio del día - Lecturas de hoy martes 14 de julio, 2020.

Lecturas del Evangelio de hoy 14 de julio, 2020.

Lectura del día martes.

Isaías 7:1-9

"En tiempo de Ajaz, hijo de Jotam, hijo de Ozías, rey de Judá, subió Rasón, rey de Aram, con Pécaj, hijo de Remalías, rey de Israel, a Jerusalén para atacarla, más no pudieron hacerlo. La casa de David había recibido este aviso: "Aram se ha unido con Efraím", y se estremeció el corazón del rey y el corazón de su pueblo, como se estremecen los árboles del bosque por el viento. Entonces Yahveh dijo a Isaías: "Ea, sal con tu hijo Sear Yasub al final del caño de la alberca superior, por la calzada del campo del Batanero, al encuentro de Ajaz, y dile: "¡Alerta, pero ten calma! No temas, ni desmaye tu corazón por ese par de cabos de tizones humeantes, ya que Aram, Efraím y el hijo de Remalías han maquinado tu ruina diciendo: Subamos contra Judá y desmembrémoslo, abramos brecha en él y pongamos allí por rey al hijo de Tabel." Así ha dicho el Señor Yahveh: No se mantendrá, ni será así; porque la capital de Aram es Damasco, y el cabeza de Damasco, Rasón; Pues bien: dentro de sesenta y cinco años, Efraím dejará de ser pueblo. La capital de Efraím es Samaría, y el cabeza de Samaría, el hijo de Remalías. Si no os afirmáis en mí no seréis firmes."

Salmo de hoy martes.

Salmo 47(48):2-8.

"Dios mantiene su ciudad para siempre". (R).

Grande es el Señor y muy digno de alabanza en la ciudad de nuestro Dios, su monte santo, altura hermosa, alegría de toda la tierra. (R).

El monte Sión, vértice del cielo, ciudad del gran rey; entre sus palacios, Dios descuella como un alcázar. (R).

Mirad: los reyes se aliaron para atacarla juntos; pero, al verla, quedaron aterrados y huyeron despavoridos. (R).

Allí los agarró un temblor y dolores como de parto; como un viento del desierto, que destroza las naves de Tarsis. (R).

Aclamación del Evangelio de hoy.

"¡Aleluya, aleluya! Entréname, Señor, a observar tu ley, a guardarla con mi corazón. Aleluya" (Cfr. Salmo 118,24)

Santo Evangelio de hoy - Mateo 11,20-24.

Evangelio de hoy Lectura del Santo Evangelio de hoy martes 14 de julio (Una muy dura advertencia de Jesús a los pueblos de su tiempo): "En aquel tiempo, Jesús entonces se puso a maldecir a las ciudades en las que se habían realizado la mayoría de sus milagros, porque no se habían convertido: ¡Ay de ti, Corozaín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que se han hecho en vosotras, cubiertas en sayal y ceniza ya se habrían convertido. Por eso os digo que el día del Juicio habrá menos rigor para Tiro y Sidón que para vosotras. Y tú, Cafarnaúm, ¿hasta el cielo te vas a encumbrar? ¡Hasta el Hades te hundirás! Porque si en Sodoma se hubieran hecho los milagros que se han hecho en ti, aún subsistiría el día de hoy. Por eso os digo que el día del Juicio habrá menos rigor para la tierra de Sodoma que para ti". Palabra del Señor. 

Reflexión del Evangelio de hoy por el Papa Francisco.

En la lectura del Evangelio de hoy, Jesús reprende a tres ciudades: Betsaida, Corozaín, Cafarnaúm, porque no escucharon su palabra. Solo la oyeron, pero esa palabra no entró en sus corazones, porque no creyeron en las señales, en los milagros que hizo. La advertencia del Señor es explícita: "Pero si en aquellas ciudades paganas como Tiro y Sidón, hubiera hecho estos milagros, seguro que hubieran creído. Pero vosotros no lo hacéis".

Jesús parece enfadado... Es, un fuerte reproche de Jesús a estas ciudades, a estos pueblos que, teniéndolo allí, viendo sus maravillas, están siempre en la lógica del "sí, sí, pero, nunca se sabe", y no dan el paso para reconocerlo como el Mesías.

Detrás de este reproche hay un llanto, porque Jesús lamenta ser rechazado, no ser recibido. El Señor ama a esta gente, pero se siente triste. Así que el llanto de Jesús está detrás del reproche, tal como cuando desde la montaña vio a Jerusalén muy lejos y lloró. En efecto, Jesús quería llegar a todos los corazones, con un mensaje que no era un mensaje dictatorial, sino que era un mensaje de amor. Y Jesús lloró, porque estas personas no habían sido capaces de amar.

Les propongo cambiar un poco los personajes de este evento: en lugar de Corozaín, Betsaida, Cafarnaúm, estas ciudades, pongámonos nosotros, pongamos el yo: yo, que he recibido tanto del Señor. Cada uno de nosotros. De ahí la invitación al examen de conciencia: "Que cada uno piense en su propia vida. En que he recibido tanto del Señor. He nacido en una sociedad cristiana, he conocido a Jesucristo, he conocido la salvación, he sido educado, educada, en la fe. Y con qué facilidad lo olvido, y dejo pasar a Jesús". Una actitud que contrasta con la de otras personas que escuchan inmediatamente el anuncio de Jesús, se convierten y lo siguen. En cambio, estamos acostumbrados a ello. Y este hábito nos hace mal, porque reducimos el Evangelio a un hecho social, sociológico, y no a una relación personal con Jesús.

En realidad, Jesús me habla, te habla, nos habla a cada uno de nosotros. El llamamiento de Jesús es para cada uno de nosotros. Y luego uno se pregunta: "¿Cómo es que esos paganos que, tan pronto como escuchan el sermón de Jesús, van con él y yo, que he nacido aquí en una sociedad cristiana y para mí el cristianismo es como un hábito social, una prenda que me pongo y luego la dejo?". Así es como Jesús llora por cada uno de nosotros cuando vivimos el cristianismo formalmente, al menos no realmente.

De esta manera, somos un poco hipócritas. Es la hipocresía de los justos. De hecho, existe la hipocresía de los pecadores, pero la hipocresía de los justos es el temor al amor de Jesús, el temor de dejarse amar. En esencia, cuando hacemos esto, tratamos de manejar la relación con Jesús. Es como si le dijéramos: "Sí, voy a misa pero tú quédate en la iglesia que yo después me voy a casa". Por lo tanto, Jesús no vuelve a casa con nosotros: en la familia, en la educación de los niños, en la escuela, en el vecindario. No, Jesús se queda allí. O bien permanece en el crucifijo o en la imagen, pero aquí.

"Ay de ti, ay de ti", porque te di tanto, me di a mí mismo, te elegí para ser cristiano, para ser cristiana, y prefieres una vida a medias, una vida superficial: sí, un poco de cristianismo y de agua bendita, pero nada más. De hecho, cuando vivimos esta hipocresía cristiana, lo que hacemos es alejar a Jesús de nuestros corazones. Fingimos que lo tenemos con nosotros, pero lo hemos echado. Somos cristianos, orgullosos de ser cristianos, pero vivimos como paganos.

Que cada uno de nosotros piense, "¿Soy Corozaín? ¿Soy Betsaida? ¿Soy Cafarnaúm?". Si Jesús llora, pidamos la gracia de llorar también nosotros: "Pero Señor, tú me diste tanto. Mi corazón es tan duro que no te deja entrar. Señor, he pecado de ingratitud, soy desagradecido, desagradecida". Esta es la oración de hoy. Y abramos el corazón y pidamos al Espíritu Santo que abra las puertas del corazón, para que Jesús pueda entrar, para que no solo escuchemos a Jesús, sino que escuchemos y recibamos su mensaje de salvación y demos gracias por tantas cosas buenas que ha hecho por cada uno de nosotros. (Reflexión del Evangelio de hoy. Santa Marta, 5 de octubre de 2018)

Oración para el Evangelio de hoy.

Señor mío, divino Verbo encarnado, tu amor no tiene igual, es un amor eterno, un amor sin límites que se derrama de generación en generación a todos aquellos que esté dispuesto a amarte en Espíritu y Verdad. Mi cuerpo es templo de ese amor. Me hiciste por amor y para el amor. Y por ese mismo amor quiero vivir hasta contemplar tu Gloria.

No puedo imaginarme cómo te habrías sentido al ser despreciado por tu propio pueblo. Tú, el amor más puro que este mundo haya tenido, fue despreciado y humillado. Personas que te vieron crecer y trabajar en medio de ellos, te rechazaron y te apartaron de su lado. Ruego Señor, para que yo nunca pueda despreciarte en ninguna forma. Que pueda apreciar las bondades que has dejado a mi alrededor.

A lo largo de toda la historia, han sido los humildes, los pobres, los enfermos y los mansos de corazón, los que te han abierto los brazos y el corazón. Han sido los grandes beneficiados por tus gracias y bendiciones.. Fue la gente sencilla la que se llenaba de gozo con tu presencia. Así quiero amarte yo Señor, con un amor sincero, con un corazón abierto y humilde, empequeñecido ante tu inmensidad. Ayúdame a ser humilde, reconociendo que solo en Ti se encuentra la alegría y la felicidad plena.

Te pido mi Dios, que pueda tener una verdadera conversión. Quiero descubrirte en lo sencillo, recibirte a través de las pequeñas muestras de amor de los demás. Que pueda ver tu rostro brillar en los más vulnerables. Abro mi corazón a tu Presencia para recibir tu mensaje sanador. Te amo y confío en tu palabra maravillosa que todo lo transforma y lo hace bueno. Eres el Señor de señores y el Rey de reyes. Amén.

Propósito para hoy.

El perdón tiene sus dificultades y lleva su tiempo. Por eso, hoy pediremos a Dios la gracia del perdón. De saber perdonar y pedir perdón por algún rencor que todavía se guarda en el corazón. Reza un Padre Nuestro.

Frase de reflexión.

"Pidamos a la Virgen que nos proteja y sostenga, que tengamos una fe fuerte, gozosa y misericordiosa, que nos ayude a ser santos, a encontrarnos con Ella un día en el Paraíso". (Papa Francisco, 16.08.2019)

Audio Evangelio de hoy 14 de julio.

🎧 Después de haber leído el texto de Evangelio del dia, escucha ahora la reflexión correspondiente a la lectura del Santo Evangelio de hoy Mateo 11,20-24, en audio. Palabra de Dios comentada para la vida diaria.

Pulsa en el ícono de play para comenzar a escuchar la reflexión para el Evangelio de hoy martes.

Índice de lecturas del día.

Intenciones para el día 14 de julio.

No hay nada más sanador que la Palabra de Dios. Al meditar el Evangelio del día profundizas en tu relación personal con Dios. Pidamos por todas esas intenciones de oración para hoy martes que quieres expresar. Escribe en los comentarios todo aquello que quieres que Dios pueda darte o sanarte a través de la lectura de su Palabra en el Evangelio de hoy 14 de julio, 2020. Paz y bien en tu vida.

Otros Evangelios del día.

Audio Evangelio: Fray Nelson Medina, O.P.

Redacción y edición: Qriswell Quero, PildorasdeFe.net

pildorasdefe qriswell quero firma autorQriswell Quero, Venezolano, esposo y padre de familia, servidor, ingeniero y misionero de la fe. Comprometido con el anuncio del Evangelio. Creyente sólido de que siempre existen nuevos comienzos. Quien a Dios tiene nada lo detiene.

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