San Basilio Magno y San Gregorio Nacianceno, fueron obispos y doctores de la Iglesia - Son considerados los grandes defensores de la Fe Católica
Santos Basilio Magno y Gregorio Nacianceno.
San Basilio Magno, o san Basilio el grande, fue el obispo griego de Cesarea Mazaca en Capadocia, Asia Menor. Fue un influyente teólogo que apoyó el Credo de Nicea y se opuso a las herejías del arrianismo. San Gregorio Nacianceno, también conocido como Gregorio el Teólogo, fue un arzobispo teólogo de Constantinopla en el siglo IV. Como orador y filósofo, infundió el helenismo en la iglesia primitiva, estableciendo el paradigma de los teólogos bizantinos y los funcionarios de la iglesia.
Fiesta: 2 de enero.
Martirologio Romano: Memoria de los santos Basilio Magno y Gregorio Nazianceno, obispos y doctores de la Iglesia. Basilio, obispo de Cesarea de Capadocia (hoy en Turquía), apellidado "Magno"; por su doctrina y sabiduría, enseñó a los monjes la meditación de la Escritura, el trabajo en la obediencia y la caridad fraterna, ordenando su vida según las reglas que él mismo redactó. Con sus egregios escritos educó a los fieles y brilló por su trabajo pastoral en favor de los pobres y de los enfermos. Falleció el día uno de enero de 379. Gregorio, amigo suyo, fue obispo de Sancina, en Constantinopla y, finalmente, de Nacianzo. Defendió con vehemencia la divinidad del Verbo, mereciendo por ello ser llamado "Teólogo". La Iglesia se alegra de celebrar conjuntamente la memoria de tan grandes doctores.
Biografía de los Santos Basilio Magno y Gregorio Nacianceno.
San Basilio Magno y San Gregorio Nacianceno son Doctores de la Iglesia Universal. Esta es la historia de cada uno de ellos y de cómo enfrentaron las adversidades de su tiempo.
San Basilio Magno.
Perteneció a una familia de santos. Su abuelo murió mártir en la persecución. La abuela fue Santa Macrina. La mamá: Santa Amelia. La hermana también fue santa.
Sus hermanos: San Pedro, obispo de Sebaste y San Gregorio Niceno. Su mejor amigo, San Gregorio Nacianceno (el otro santo que se celebra este día).
Al ver que su hermana Santa Macrina había fundado un monasterio de monjas y que estas progresaban mucho en santidad, Basilio se fue a Egipto a aprender de los monjes del desierto el modo de vivir como monje, en soledad; y al volver de allá se hizo monje y redactó sus famosas "Constituciones" que son la primera Regla de vida que se escribió para los religiosos.
En ellas enseña cómo vivir en oración, estudio, buenas lecturas y trabajos manuales en un monasterio y cómo hacerse santo en la vida religiosa.
En esas "Constituciones" se han basado los más famosos fundadores de Comunidades para redactar los Reglamentos de sus Congregaciones.
San Basilio Magno fue elegido arzobispo de Cesarea, y el delegado del gobierno quiso hacerle renegar de la fe. Varios habían renegado por miedo. Pero nuestro santo le respondió:
"¿Qué me vas a poder quitar si no tengo casas ni bienes, pues todo lo repartí entre los pobres? ¿Acaso me vas a atormentar? Es tan débil mi salud que no resistiré ni un día de tormentos sin morir y no podrás seguir atormentándome. ¿Qué me vas a desterrar? A cualquier sitio a donde me destierres, allá estará Dios, y donde esté Dios, allí es mi patria, y allí me sentiré contento..."
El gobernador le respondió admirado: "Jamás nadie me había contestado así". Y San Basilio Magno añadió: "Es que jamás te habías encontrado con un obispo". El gobernante no se atrevió a castigarlo porque le pareció que era un gran santo, y porque todo el pueblo lo veneraba inmensamente.
Por su oratoria maravillosa, por sus admirables escritos y por las muchísimas obras que hizo en favor del pueblo, fue llamado "Basilio el Grande". Era amado por cristianos, judíos y paganos. San Gregorio decía: "Cada vez que leo un escrito de Basilio, siento que el Espíritu Santo transforma mi alma".
Los escritos de San Basilio Magno tienen lo que se llama "Unción", o sea, la cualidad especial de que conmueven al que los lee.
Además de su arrebatadora elocuencia, Basilio tenía una asombrosa actividad en favor de los necesitados. Fue al primero que se le ocurrió fundar por allí un Hospital para pobres y un ancianato. Todo, todo lo que llegaba, lo regalaba a los necesitados.
San Basilio Magno estudió mucho la Biblia y sus sermones están llenos de frases de la Sagrada Escritura. Y era especializado en filosofía y en literatura y así sus escritos están redactados de una manera muy sabia y agradable. Se conservan unas 365 cartas suyas, muy hermosas y de provechosa lectura para el alma.
Su pensamiento dominante después del amor a Dios, era ayudar y hacer que otros ayudaran a los pobres. De San Basilio son aquellas famosas palabras:
"Óyeme cristiano que no ayudas al pobre: tú eres un verdadero ladrón. El pan que no necesitas le pertenece al hambriento. Los vestidos que ya no usas le pertenecen al necesitado. El calzado que ya no empleas le pertenece al descalzo. El dinero que gastas en lo que no es necesario es un robo que le estás haciendo al que no tiene con qué comprar lo que necesita. Si pudiendo ayudar no ayudas, eres un verdadero ladrón".
Trabajaba y escribía sin cesar. La gente decía: "El obispo Basilio predica a todas horas: en las misas, en las reuniones, en las catequesis, y cuando no está hablando con sus labios, está predicando con las buenas obras que hace en favor de los demás".
Muerte de San Basilio Magno.
Y eso a pesar de la salud tan débil que tenía. San Basilio Magno sufría de hepatitis, la cual no le permitía casi alimentarse, hasta tal punto que su piel llegó a tocar sus huesos.
San Basilio Magno murió el 01 enero del año 379, cuando solo tenía 49 años y fue sepultado el 2 de enero, en medio de un gentío tan grande y unos lloros tan impresionantes como nunca se habían presenciado en aquella ciudad capital.
Todos sus escritos y sus sermones tiene por fin hacer que la gente ame más a Dios y se vuelva más santa. Por eso es considerado como el primer escritor ascético del oriente (ascética es la ciencia que enseña a dominarse a sí mismo y a ser santo).
San Gregorio Niacianceno, arzobispo de Constantinopla, dijo en su discurso el día del entierro: "Basilio, santo, nació entre los santos. Basilio, pobre, vivió pobre entre los pobres. Basilio, hijo de mártires, sufrió como un mártir. Basilio predicó siempre con sus labios, y con sus buenos ejemplos, y seguirá predicando siempre con sus escritos admirables".
San Gregorio de Nacianceno.
Nace el año 329, de padres piadosos, en Capadocia. Su padre fue elegido obispo de la ciudad de Nacianzo y tuvo cuidado de que su hijo fuese educado en las mejores escuelas y academias de la antigüedad.
Casi diez años, San Gregorio Nacianceno se iba en Atenas como estudiante y allí cultivó una fiel amistad con Basilio y desarrolló, a la vez, su capacidad para la poesía, literatura y retórica. No cedió a la tentación de vivir entre la vanidad de oradores y filósofos, sino que promovió una profunda vida religiosa, junto con su amigo Basilio.
Al regresar a Nacianzo, San Gregorio Nacianceno recibió el Bautismo de manos de su propio padre y, algo más tarde, el Orden sacerdotal para poder ayudarle en la pastoral de la diócesis.
Como estaba vacante una diócesis en Asia Menor, su amigo Basilio, ya obispo, lo promovió a la dignidad episcopal de esta sede. Gregorio no cumplió con este compromiso y huyó a la soledad de la vida de ermitaño.
Por su gran erudición teológica y sus claros conocimientos en la discutida cristología de los primeros siglos, San Gregorio Nacianceno fue escogido por el Concilio de Constantinopla del año 381 como obispo de esa metrópoli.
Su carácter, demasiado sensible, no soportó las dificultades de la administración de una diócesis. Por segunda vez, renunció a su cargo episcopal y se retiró a Arianz, donde se dedicó a la meditación de los misterios de Dios.
Cuando murió, en el año 390, San Gregorio Nacianceno nos dejó 44 sermones y 244 cartas, que tratan, en especial, sobre la verdadera divinidad del Espíritu Santo y la dignidad de la Virgen como Madre de Dios. Su inspiración poética nos regaló unos cuatrocientos poemas. Sus sermones y escritos dejaron un tesoro de testimonio ortodoxo, en un tiempo de mucha confusión y lucha. San Gregorio Nacianceno, junto con San Basilio Magno y el hermano menor de Basilio, que se llama Gregorio de Nisa, los tres recibieron el título de los "Tres capadocios".
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